ERMITA DE SANTA OLALLA-CÁCERES
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 25 may 2024
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Actualizado: 26 mar
PARROQUIA DE SAN MATEO – XVI
ERMITA DE SANTA OLALLA-CÁCERES
Crónica dese la Ronda de la Pizarra.
Esta ermita que tambien pertenece a la parroquia de San Mateo, según parece esta situada en el lugar que de antiguo se llamaba de Pontiano o Ponciano, y que tenia como vecino la granja de Liberio, que a la sazón era padre de una niña de nombre Eulalia, lugar donde vivió y desde donde se trasladó a Mérida en busca de su martirio, y según cantó el poeta Prudencio sobre su vida y los horrores de su muerte.
La creencia es que el lugar de Ponciano, fue el lugar de juegos y devociones santas, más siendo como era hija de un patricio y por lo tanto poco acostumbrada al duro trabajo y a las continuas faenas del campo, tuviese la niña Eulalia, resistencia física suficiente para salvar a pie y en el tiempo de una sola noche, las diez leguas que separaba el lugar, alquería o granja de Ponciano de la ciudad de Mérida, donde pereció quemada en un horno por orden del prefecto Calpurniano.
El Santuario de Santa Olalla, se edifico en una heredad perteneciente a la dehesa Aldehuela, a poco más de una legua de la villa cacerense, y data de mucha antigüedad, al cronista la data de origen romano y que durante la dominación árabe cuidaron de ella y del culto los Mozárabes cacereños, siendo tanta la devoción que, un obispo de la diocesis de Coria cuando entraba en la ermita los hacia siempre de rodillas.
En 22 de junio de 1467 se funda su cofradía y todos los que pertenecen a esta cofradía eran de las familias de alcurnia de la villa cacerense y en sus estatutos decían que una de las fiestas que habían de celebrarse tuviese lugar el domingo siguiente l que la iglesia hacia a los apóstoles Pedro y Pablo, tras la cual el Mayordomo daría de comer a los cofrades en la hospedería.
Durante esta comida se darían noticias de si entre los hermanos habría alguna rencilla o malquerencia, u odios, y en el caso que los hubiere, todos los hermanos tenían que colaborar en deshacer esta enemiga y que todos estuvieren en buena avenencia, y si alguno se negara, se le expulsaría de la hermandad.
“Que allí, durante la comida, veamos y sepamos si algunos hermanos y cofrades están en odio o mala querencia e trabaxemos por lo rreconciliar, que non es cosaguisada que en la hermandad que se ordena e fase por Servicio de Dios, aya odio y malaquerencia que es contrario, y si alguno fuere tan descomunal que no quiera obedecer alarrazon erruego de todos, sea rraydo por rrevoltoso.
Otra ordenanza dice:
Ordenamos que a los enfermos presos e ausentes sede a cada uno de su cáñama medio arrelde de carnero e un conexo emedio azumbre de vino e dos tortillas e que lo de todo el que tubiere el caro bueno avista de dos alcaldes”.
De pocos recursos era esta cofradía de la hija de Liborio, hasta que Aldonza de Orellana, les legó lo que constituyeron sus bienes principalmente, en testamento de fecha 12 de agosto de 1626.
Ya mediados el siglo XVII poco culto tenia esta ermita y santa, tan poca que su hermandad quedó reducida a dos cofrades, y el templo comenzó a arruinarse, escasas las rentas por una administración desastrosa, al punto que dejaron de dar sus fiestas y misas en la ermita entre los años de 1698 y 1700, por lo que el obispo Miguel Pérez de Lera, en auto de 11 de agosto del año de 1705, agregó la cofradía a la parroquia de San Mateo, con obligación de dar su fiesta anual, reparar la ermita y levantar las cargas que pesaban sobre la cofradía.
Pero de estas obligaciones pocas se llegaron a cumplir por parte de la parroquia, la única fue la de dar misa anual, ente pero los tejados del santuario se hundieron y las paredes se desmembraron.
(Publio Hurtado)
Saliendo de la ermita de Santa Lucia y cogiendo el camino dirección al mediodía, a cosa de una legua, se encuentra el sitio llamada Aldehuela, y en él, una hermosa iglesia reedificada, de una sola nave y con un solo altar y en la una efigie de la Virgen de Santa Olalla de Mérida, y a su lado en relieve San Donato y Santa Julia, tambien mártires.
Es de asentada la tradición que en este sitio fue el pueblo y naturaleza de los padres de Santa Olalla y de el salió para el martirio, asegurando que la distancia de la heredad llamada de Ponciano, hasta Mérida, es el que mide el templo de la santa a la citada ciudad, y que, en todo su oriente por sus cuatro partes, no hay vestigio de otro posible que la de Cáceres, y Gil González Dávila, en su teatro de Coria dice:
A una legua de Cáceres, conforme se va Mérida, hay una ermita dedicada a la Santa Olalla, mártir, fundada en la heredad que se llama Ponciano y era Libero el padre de esta ilustre mártir, que vivía con Julia, tambien ilustre mártir, y conciudadana suya, que iban auxiliadas por Félix para su enseñanza y que tambien fue mártir en la ciudad de Mérida.
Y tal era la devoción que tuvo a las gloriosas vírgenes mártires, Santa Olalla y Santa Julia, que, el obispo García de Galarza, entraba en la iglesia arrodillado sin tocas el suelo con los pies.
(Simón Benito Boxoyo-noticias 1794)
En 1705 se encarga una traza a Juan Montero, maestro de obras, en 1708 tanto la ermita como la cofradía son agregadas a la parroquia de San Mateo.
Y Tras quedar anotado en documentos y libros de la cofradía, reflejando que 1400 reales le son entregados a Juan Escandón, maestro arquitecto y vecino de Brozas, para realizar obras en la ermita y en la hospedería.
Y tomó posesión de la sede episcopal Sancho de Velunza y Corcuera, que ayudo y mucho a este templo, lo volvió a reedificar, le hizo su sacristía y mando tallar el retablo, le hizo un púlpito y pila para el agua bendita, adquirió numerosos útiles y arreglo la hospedería, arreglo la fuente que dicen de agua milagrosa, colocándole bóveda y varias mejoras más, para facilitar la llegada hasta ella de los peregrinos y enfermos, al mismo tiempo acondicionó las tierras de alrededor y el olivar, y la huerta en general, en lo que invirtió 29943 reales, los trabajos comenzaron en el año de 1718, terminando en 1730, más el paso del tiempo todo lo transforma y más cuando no existe el mantenimiento, y de nuevo nos encontramos con el santuario dedicado a la Santa Olalla, en ruinas .
Y un escribano de cámara, Pedro Pérez Ortega, era su gracia, junto con su esposa Teresa Sanchez, acudieron al obispo, argumentado el estado ruinoso en que se encontraba la edificación y solicitaron les fuera encomendada para ellos y su descendencia, comprometiéndose a cuidarla y arreglarla, concedió la petición el prelado, y firmó en documento de 27 de julio de 1830, obligando a continuar con las relaciones y actividades propias de la ermita y su cofradía.
Pero por desgracia para el templo, el tiempo volvió a ser devastador, que aquella caga que se echaron el escribano y señora era mucho arroz para tampoco pollo, y volvieron a soplar malos vientos para el pago de Ponciano, el santuario, la hospedería, así como las tierras pertenecientes a él volvían a quedar en ruinas.
En año de 1845, el obispo de la diocesis de Coria y haciendo caso de la petición de Juan García Carrasco, Conde de Santa Olalla, concedió a este la ermita y sus dependencias para él y sus sucesores, y vuelven las misma obligaciones que anteriormente al escribano Pedro Pérez, es decir mantener el culto a la Santa, y mantener su fiesta anual que, en el principio se celebraba el 12 de febrero, después pasó al 15 de diciembre para festejarla más tarde en el cuarto domingo después de pascua de resurrección, que fácil debe ser generoso con lo que no es de su propiedad.
Se encuentra la ermita de Santa Olalla, en una finca particular de los descendientes del Conde de Santa Olalla, estos viven todo el año en Madrid, e imagino que como otros caciques de por estas tierras, vendrán dos días en verano a recoger las rentas del año, y está a poco más de cuatro kilómetros de la viola cacerense, y según la historia originalmente el terreno era propiedad de Liberio, padre de la mártir Santa Eulalia, que fue martirizada hasta su muerte en Mérida el día 10 de diciembre del año de 304 de nuestra era, por orden de Calpurniano, delegado de Daciano.
En 1844, quiso la fortuna que dieran merced con el título de Conde de Santa Olalla, al paisano y ministro de hacienda Juan García Carrasco, y al año siguiente fue cuando acudió al obispo, y como ya tenia el titulo de Conde con la misma determinación que el templo, porque no iba a tener la ermita y sus dependencias, coño que el obispo las dio, para si y sus herederos, y hay que decir que en 1845, le ermita surgió de nuevo al culto así como la populosa romería en el día de su fiesta.
(Publio Hurtado-La parroquia)
(Corrales Gaitán-ermitas)
(Simón Benito Boxoyo-noticias)

San Mateo
Agustín Díaz Fernández
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