EL POZO DE LOS ENAMORADOS
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 29 dic 2019
- 4 Min. de lectura
Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
Sería allá por últimos del siglo XIX o principios de XX, que las fechas resbalan, y el historiador tampoco se pone de acuerdo, vivía una muchacha muy limpita ella y guapa, guapa con toda la guapeza que la insultante juventud permite, de familia acomodada que gozaba de tener los recibos pagados por muchísimos años y cubiertas todas las necesidades y caprichos que como moza joven tenía Margarita que este era el nombre de la protagonista de la historia, caprichos que como no, su augusto padre corría por satisfacerlos al punto, toda vez que era hija unica,este, caballero de fortuna saneada era oidor en la audiencia y según algunos enterados procedía de Salamanca, donde la familia paseaba por su la plaza Mayor luciendo abolengo rancio de gente de bien y cristianos viejos. Como digo la familia pasaba por vivir con largueza y es que el dinero no escaseaba y todo lo daba a lo cobrado por lo no gastado, la niña junto con su madre y una mujer de confianza que solo vivía para reír las gracietas de esta y estar al tanto del menor capricho de la ninfa y también hacia de agradadora y jesusera, ir detrás de Margarita para cuando ésta estornudara decirle Jesús, pasaban la tarde entretenidas las tres madre niña y agradadora, bordando el ajuar por cuanto la joven estaba ya en edad de merecer, y con tal fin se le antojó que les hicieran un cuarto aparte, con más luz pues ella era experta bordadora en fino y necesitaba bastante claridad, dicho y hecho y en maldita la hora.

Sucedió que para estos menesteres de habilitar un cuarto en su residencia, llamaron a una cuadrilla de albañiles del barrio del llopis I
vorra, un Padre llamado Pedro y el hijo, el nombre del hijo no lo sé, o no lo he encontrado por ningún lado, o se fue al olvido de las cosas olvidadas el caso es que el muchacho estaba allí para hacerle el cemento al padre y arrimarle al corte los ladrillos o cuanto necesitara para su faena, dado que el trabajo estaba contratado por horas y en todos los trabajos se fuma, el hijo en ratos de asueto iba a dar una vuelta por la casa-palacio que a la sazón era la casa donde habitaba Margarita, un día por un pasillo se encontraron ¡ hola dijo el mozo, pero ella agachando la cabeza no se molestó en contestar al chaval, pasaban los días y a fuerza de verse y mirarse llego el día feliz de que la muchacha contestó al saludo del mozo, y así fue naciendo una hermosa amistad. Con el paso del tiempo, ya se veían por la calle y agarrados de la mano paseaban por plazas y jardines, compartiendo un cucurucho de raspaduras de pasteles de la Estila o una cubileta de una perra gorda de pipas comprados a Juanito el "Chochero" .Cierto día de Domingo de principios de primavera, y saliendo de misa Mayor de San Francisco Javier, se las prometían tan felices la pareja de enamorados que sin darse cuenta se chocaron de frente con el sr. oidor y su señora, y para que queremos más,

¡ anda que bonito es el aire para el candil, el Oidor pasó de pacifico a la bestia del averno, encerró a la niña Margarita y prohibió que volviera a ver al albañil, pero ya se sabe que el amor lo puede todo y un domingo aciago escapó de casa para reunirse con el mozo y el destino. Había a la salida de Cáceres dirección Trujillo, unos pozos llamados pozos Vizcainos, no se el porqué, pero que junto con un mesón de nombre Castellano hacían apeadero y descanso de viajeros y animales de transporte, con una buena arboleda de sombra y un agua exquisita pura y fina, que no solo hacia las delicias del cansado viajero y las bestias, si no también del mesonero que la usaba para bautizar el vino ya de por si bautizado, estos pozos estaban poco más allá de donde se ubicaría años más tardes la Universidad Laboral, en la finca denominada el Cuartillo, y que hoy al hacer la autovía Cáceres-Trujillo ya desaparecieron. Como decía aquel trágico domingo y después de subir a la Montaña a despedirse de la patrona se quitaron la vida arrojándose a un pozo en prueba de su amor, desde entonces aquel lugar pasó a llamarse pozos de los enamorados, y muchos fueron los romances y coplillas de ciego, contando el hecho no solo en la capital sino en toda la provincia, esto ya está en el olvido de todos y de todo y por todos, en suelo y junto al pozo se encontraron, una gargantilla, unos pendientes, un lazo , una cadena y un reloj y envuelta en un pañuelo de seda una carta de despedida que decía... El domingo por la tarde, subieron a la Montaña al despedirse del mundo los dos amantes del alma,adiós calle de pintores, con tus tiendas y boticas que me voy a tirar a un pozo con mi novia Margarita,

en la orilla del pozo la gargantilla quedó, el lazo y los pendientes y la cadena y el reloj, en el pretil del pozouna carta quedó escrita, con el pañuelo de seda de mi novia Margarita, al pozo del Cuartillo es preciso echar llave, que no se vuelvan a hogar hijos de tan buenos padres,en el pozo del Cuartillo con más de dos metros de agua, se ahogaron dos amantes atados con una faja, en el pozo del Cuartillo por angostas estrechuras se han ahogado dos amantes atados por la cintura

Agustín Diaz
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