(II) TORRES Y CASAS FUERTES CACERES-ERMITA DE LA PAZ
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 10 jul 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 11 jul 2020
Crónica desde la calle Cuba de mi llopis Ivorra
ERMITA DE LA PAZ
Reconstruida en el siglo XVIII, sobre los restos de una capilla renacentista del siglo XVI, adosada a la torre de Bujaco, consta de pórtico de tres arcos de medio punto sobre pilares de piedra, el portal tiene bóveda de ladrillo y una artística reja, fechada está en 1.756 con el monograma IHS y el águila bicéfala de los Austrias, obra de Juan de Acedo.
En el interior una cúpula y retablo de estilo barroco, con imagen en el centro de la Virgen con el niño Jesús en la mano izquierda y una bandera blanca en la derecha, talla de Pedro Corre.
La Hermandad de Nuestra señora de la Paz , fue fundada y aprobadas sus ordenanzas, en 1.720 por el Obispo Sancho Antonio de Velunza, acudiendo los hermanos al ayuntamiento, alegando, que el sitio donde estaba el cuadro de la Virgen de la Paz , en la parte alta de los soportales , Escribanos o portal Llano, no podía decirse misa, y para tal fin pidieron la ermita destina al culto de San Benito , estando esta ruinosa , se reconstruyo el santuario en 1,756 y se colocó en su altar la imagen mandaba tallar por la cofradía.

De esta ermita, conocida desde entonces por Nuestra Señora de la Paz, salía antiguamente la procesión de publicación de bula que se encaminaba a Santa María y el rosario cantado por las calles.

LEYENDA
Nos cuenta que Lázaro Laso fue un cacereño sensible a los actos inmorales y continuos enfrentamientos que, cada vez con mayor frecuencia, tenían como escenario la plaza de la Villa. Devoto de la Virgen, construyó por sí mismo un santuario dedicado a su culto.
Cuando terminó su obra, colocó en el altar la imagen de la santísima, a la que imploró que mediase para dar fin a tanto escándalo. La virgen le escuchó, y en poco tiempo transformó en un recinto de paz lo que antes era lugar de banderías. Alborotos y otras indecencias que no se comentan hubo en los primeros tiempos de esta ermita, hasta el punto de que, en el año 1751, se decidió cerrar el pórtico de la entrada con la artística reja que hoy podemos disfrutar. Con ella se evitó lo que era lugar de encuentro de maleantes, que a su sombra cometían cosas indignas de ser nombradas. En 1751 observó se que el pórtico alzado ante la ermita, con sus tres arcos abiertos, se había convertido durante el día en lugar de reunión de jugadores, siendo por la noche refugio de maleantes de ambos sexos, ‘que toman tabaco y cometen cosas indignas de nombrarlas’. A fin de impedir tales ‘juegos e indecencias’, se acordó cerrar los tres arcos”.

Extracto de “La cofradía de Nuestra Señora de la Paz”, de Miguel Muñoz de San Pedro.
En el antiguo enclave del portal de los Escribanos, en lugar de la primitiva imagen se expuso, desde 1714, un cuadro que representaba a la Virgen. Esta primera pintura fue sustituida en 1869 por otra del pintor extremeño Rafael Lucenqui, cuyo original hoy lo podemos disfrutar en el Museo de Cáceres, sustituyéndola una copia en el sitio tradicional; copia que, cual si fuera el río Guadiana, una veces está y otras no se sabe dónde para.

Esta obra de Lucenqui gozó de estima entre los cacerenses, que comenzaron a llamarla como Virgen de los Portales. Pronto se convirtió en tradición el que las embarazadas pusieran velas a los pies de la pintura, pues ello garantizaría un buen parto y el nacimiento de un niño sano, de ahí que recibiera el nombre popular definitivo de Virgen del Buen Parto

(Fuentes, Historias y Leyendas de la villa de Cáceres)
Agustín Díaz
Commentaires