CASUALIDAD
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 30 mar 2020
- 6 Min. de lectura
Crónica desde la calle cuba de mi Llopis Ivorra.
estando emparejando uno calcetines, me vino a la cabeza las casualidades de la vida, porque debe ser casualidad de que cuando haces la colada se te desemparejen los calcetines, eso o que sea obra del maligno la que haga que esa máquina infernal que es la máquina de lavar, por ese agujero que tiene por boca reclame en forma de calcetín el sacrifico semanal para mantener a la fiera del averno calmada, como sacrificio humano que en la antigüedad ofrecían las diversas culturas a la divinidad, casi como ahora nos están haciendo los políticos a los pobres con sus recortes, mejor perjudicar a un millón de pobres que a un solo rico, vengo a pensar, porque aunque Vds., no lo crean algunas veces hasta pienso que las cosas tienen un porqué que no ocurren por casualidad.
Porque puede que sea casualidad, que en el pueblo de extremeño de cuyo nombre si recuerdo pero no quiero nombrar, de habitantes bajitos, con cara de pueblo y que se me entienda lo que quiero decir, ( yo también soy de pueblo ) me refiero a esas caras inexpresivas de miradas de desconfianza, aviesas y taciturnas, de los que no miran a la cara al hablar, con el pelo de punta como pelo de cochino jabalí y cejas pobladas, pues a esos me refiero , y que dio la casualidad que al pueblo llegara para administrar la justicia divina un cura, presbítero o mosén, de color bermejo, mejor colorao, con esas motas del color que adquieren los hierros viejos abandonados o a la intemperie y que a partir de la llegada del curilla párroco al pueblo empezaron a nacer niños con el color del óxido . Puede que sea casualidad también lo ocurrido en otro pueblo de gente de estatura extremeña, más bien escasa, por aquello de la miseria y de la mala nutrición, mejor por falta de ella y a partir de la llegada al pueblo de unos a alemanes para intervenir en unas obras de un pantano, en su día el más grande de Europa, subió la media de altura al menos en treinta centímetros, ¿casualidad ¿bueno a lo mejor es que, aunque las alemanas sean más “teutonas” las españolas y más las extremeñas sean muy suyas.
Casualidad es que a Esquilo, el dramaturgo, la pitonisa le hubiera afirmada que moriría, porque la caería una casa encima, Esquilo había abandonado la ciudad y no había permitido que por encima de su cabeza hubiera mas que cañas para protegerse de las inclemencias del tiempo, un años después, mientras estaba en medio del campo, una águila soltó un caparazón de una tortuga sobre su cabeza, quizás confundiendo su calva con una piedra y oooh, casualidad , la casa de la tortuga termino con su vida
Después tenemos la casualidad de los nombres, o no es casualidad, lo mismo los nombres nos vienen predeterminados al nacer según oficios o por la mala leches de los padres, que algunos nombres a si lo dan a entender, los Isabelos, Tadelos, Agapios, Amancios, Adelinos, suenan a nombre de dueños de tiendas de Ultramarinos, Onofre, Calixto, Apolinar, a mí me suenan a nombres de dueños de droguerías, los Crispulos, Abundios, Benitos, Crescencios, Demetrios, a mí me suenan a nombre de carniceros, no sé por qué pero es al menos lo que a mí me parece, pongamos por caso y hablemos de profesiones serias de gente que se le supone muy seria como notarios, registradores de la propiedad o correderos de comercio, van Vds., a una notaría y le dice el pasante , un momentin ahora les recibe el Sr. Notario D. Kevin Cosner o D. Borja Mari, lo más probable es que le entren ganas de reír, ahora si les dice el mismo pasante, un pelín que ahorita le recibe el Sr. notario D. Práxedes, o D.Prosapio, o D. Saturno, a que no es lo mismo eh, solo con los nombres es mucho más serio, donde va a parar.
Casualidad es también que los dos curas que he conocido y tratado, tratado poco, pero tratado, uno por bautizarme y otro por haberme dado a entender la doctrina obligatoria por entonces, los dos tienen en común que al poco dejaran de ejercer el ministerio divino, y ¡o, por esas casualidades de la vida los dos por el mismo motivo, y es que ninguno de los dos podían tener la bragueta abrochada, el que me bautizó porque el día que me lo presentaron el a su vez me presento a dos de sus hijos mayores que yo, y el que me administro la doctrina, porque le dio por pasear en moto Vespa a la monjita que quitaba las telarañas a los santos y los mocos a los infantes que iban a tomar la doctrina.
También está la casualidad que quieran enchiquerar en mazmorras y tirar la llaves a una ex alcaldesa y la obligaran a dimitir, o mejor tuvo la decencia de dimitir de un partido político al que le había entregado todo o casi, y dimitió porque sabía que lo tenía que hacer, sin ruidos sin molestar, lo que ella no contaba es con que nadie de su partido le dijera ni lindos ojos tienes, ni media palabra por los años de entrega, sencillamente un abrazo de amistad, como huyendo de ella porque quizás en sus cabezas llenas de ambiciones temieran el qué dirán si salen en defensa de una compañera de ideología, dimitió porque así lo marcan los estatutos, si pero del partido no de las ideas que estas no entienden de tener o no tener carne, y lo mismo con un sencillo gracias por todo se hubiera sentido algo mejor o por lo menos arropada, pero hasta eso le negaron, lo único que dijeron es que vedes las segaron, me cuentan en el mentidero oficial de mi entorno, es decir desde la cola del paro, que iban a por ella, bueno que estaban en contra de ella y los de su propia casa, que si fuera la ajena dolería menos, después del infierno que tuvo que soportar con un tipo de la coalición formada para poder gobernar la ciudad feliz, un tipo que hacia todo lo contrario de lo que predicada y prometía, un tipo capaz de estar de acuerdo y al minuto salir diciendo a la prensa todo lo contrario, de ese envite salió airosa pero la casualidad quiso que en el último minuto para abandonar la alcaldía les pasaran a la firma unas facturas que se debían de pagar ya, antes de dar entrada a la nueva corporación y que estaba bien liquidar las cuentas propias, para que no se hable de herencias y eso, y que en buena fe y confianza firmara sin ver la ponzoña de veneno que llevaban adheridas, me dicen en el mentidero que quizás fuera una encerrona, solo por desprestigiarla que siempre hubo mala leche y mucha entre gente competidora por las poltronas, después hasta los propios le quitaron la portavocia munícipe en un cambio de sillas cuando se iba a mitad de cruzar el rio, y así poco a poco le fueron minando los cimientos, como digo se fue sin ruido para darse cuenta de que la casualidad ella que no quería ruido, iba a ser el ruido el que le trajera otro quebradero de cabeza, un ruido antiguo de silencio roto desde el mismo momento en que se construyó el barrio de la Madrila, yo conocí ese ruido en los finales de los setenta, ya en el año 1.991 y siendo alcalde Sanchez Polo sufrió este barrio de la movida de la ciudad feliz una actuación de la policía jamás vistas por esto pagos, pero el ruido siguió después llego a la alcaldía el Sr. Saponi desde 1.995 hasta 2.007 doce años de ruidos, pero algunas personas que también armaron sus ruidos en la ciudad están empeñados en condenar a esta señora que solo estuvo cuatro años gestionado la ciudad, más pendiente de que sus socios de gobiernos no hicieran tanto ruido que la impedían gobernar que de los ruidos viejos de barrio de la movida, ruidos que tenían que atajar los expertos en la materia y normativa pero que se demoraron en sus informes que demostraron ser ruidosos, no sé quién y porque quieren que doña Carmen pague por el silencio roto de tantos y tantos años de voces en las madrugadas de la movida perdida cacereña, de acuerdo que todo vecino tiene derecho al descanso y que no se debe molestar a nadie, ¿ pero por qué a esta señora, porque no a todos los alcaldes en el paso de los años de ruidos, como quiera que sea todo esto me parece a mí que son muchas casualidades .

Agustín Díaz
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