DIARIO DE UN LOCO (III)
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 26 feb 2021
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 27 feb 2021
DIARIO DE UN LOCO
(REGRESO A CASA)
A mi Llopis Ivorra regreso, después de una larga temporada ausente, regreso, regreso de la casa de los locos, vuelvo a mi calle Cuba, he vuelto y estoy de regreso en mi calle, pero sin haber salido nunca de ella, nunca tuve el valor de cruzar el puente del barrio del Carneril , antiguo nombre de mi Llopis Ivorra, ni cruzar más allá del barrio del Espíritu Santo, ambos marcan las fronteras territorio conocido, y tengo la impresión de que hace media vida que no aparezco por sus calles, mucho tiempo, quizás demasiado, aunque yo para mis viajes necesito poco equipaje, muy poco, para andar más ligero y sin impedimentos, solo con una bata color verde y unas zapatillas, armado con un paquete de chicles de regaliz, un poco de música en los altavoces, suena cadena Dial , si es buena mejor, para que hace falta más, lo justo para trasladarme de mi habitación a la sala del común, 42 pasos mal contados que se hacen largos, hay días que esos 42 pasos se hacen eternos, días en los que crees que jamás podrás llegar y piensas solo en el cansancio que te produce y en la alegría de la vuelta a tu habitación, terreno conocido y explorado, porque despues tienes que volver y eso es demasiado cansancio, es demasiada carga sobre unas espaldas ya envejecidas y castigas por la vida, por la misma existencia, quizás por vivir en valentía y contra corriente.
Ya sin camisa de fuerza, la medicación va remitiendo en sus dosis, cada toma más reducida, al punto que ya está reducida a la mínima expresión y tan solo actúa como placebo, me asustan hablándome de recaídas y eso, y que me tendrán vigilado por el acaso, una vez fijadas las posiciones entre en médico de la cabeza y yo, y de dar la asunción a todo lo que dice, lo veo salir del despacho de las enfermeras con el alta en la mano, al fin libertad, vigilada pero libertad, para festejarlo invito a los demás locos a una copita de "guisqui" que traje de mi casa, guisqui de reserva de dos años, estos son unos malvados y miro a la botella que también la ha tratado el medico la cabeza y la ha convencido, yo cuando traje la botella era de doce años, es lo que hace la medicación que te olvidas hasta de la edad de las cosas... y resta validez al tiempo... ya en la puerta de la calle al despedirse de mí el medico de los locos, me mira seriamente y me dice al oído, para que no le escuchen los que pasan junto a nosotros, que la próxima noche que vaya de viaje no me olvide de avisarle, para compartir gastos.....
En mi Llopis Ivorra, cuando a si me está hablando el médico de la cabeza, yo ya estoy de vuelta en mi Llopis Ivorra, pero no me detengo, solo voy de paso, por el camino de vuelta me enrolé como grumete en la Nao Pinta, y estuve en la cofa, en la misma plataforma el carajo con Rodrigo de Triana cuando grito el tierra a la vista, que no lo grité yo por que andaba dándole al me gusta a una foto del Facebook, en estas andaba y creía precisamente que lo había despistado, al doctor de los locos me refiero, pero no y lo lamento, yo quería hacer esta travesía solo y me ha seguido y alcanzado, un punto de suerte y un golpe de mar lo arroja por la borda y yo me sumerjo en la niebla, espesa y salvadora niebla, que llena el mar de mi cerebro de calma, tensa pero calma al fin....

De vuelta en mi Llopis Ivorra otra vez, salgo a dar una vuelta por ver si encuentro a algún conocido, y es donde me vuelve a alcanzar el doctor, en el bar Cervantes, compartiendo una litrona y una escudilla de carne de caballo, especialidad de la casa, con Jules Maquet, estamos departiendo sobre la memoria histórica y la ley del pájaro bobo de Zapatero y de lo bien que se queda hablando de ella cuando se está en la oposición, buscando el aplauso fácil, para cuando se pasa a gobernar olvidarse de ella, entonces Jules Maquet y sin previo aviso empieza desbarrar y a poner como un trapo al gran Alejandro Dumas, dice que fue al que se le ocurrió lo del castillo de IF, y quien puso sobre el papel a los tres mosqueteros, y todas las aventuras del paniaguado de D! Artañan, que son productos de su magín y que Dumas solo puso la firma al final de cada capítulo, en ese momento él también se percata de la presencia del médico de la cabeza y de que nos está observando atentamente, con mala cara, como con cara de mala leche o de loco, y decide callarse, cambiar de tema no sin antes hacerme por gestos ver que nos están observando , y es entonces cuando me mira atentamente y me dice que me conoce que me ha visto en.....

El medico de locos, ya no anda con disimulo se ha acercado tanto que hasta olemos su hedor a locura, sí es que la loca se puede oler, y me mira con envidia, y me enseña la camisa de fuerza que lleva bajo el brazo en una bolsa del DIA, doy de señas a Jules para que calle, pero este lanzado, no se da por enterado.... ¡Yo a ti te conozco, te he visto, déjame pensar donde, venga otra litrona camarero! Ah, carajo ya lo sé, yo te he conocido me dice, y que me vio a bordo del Redoutable, el doctor no da crédito, se muere de envidia, en el Redoutable al mando del capitán Lucas paisano suyo, allá abajo en cabo trafalgar, el doctor no sabe dónde meterse cuando me dice que me vio en la cofa, con el mosquete en la mano efectuando el disparo que dejo malamente a Nelson, que andaba de chismorreos por la toldilla del Victory, ahí en ese punto manda que nos callemos el doctor, dice que es imposible que va a avisar a los loqueros que soy peligroso que no puedo andar suelto por las calles, que tiene que volver a internarme ,que he recaído y gravemente, en ese mismo momento vuelve a espesar la niebla salvadora....

Tarde, el doctor vuelva a actuar tarde, cuando quiere terminar de hablar yo ya estoy a bordo del barco "Paquod" gritando por ahí resopla, para que el capitán Ahab ponga rumbo hacia la utopía de su ballena blanca... Pero en mi Llopis Ivorra, la niebla empieza a subir, a aclarar por momentos, ya no me puedo esconder más, tengo que dar la cara y decir la verdad, que estas y otras cosas me las conto un loco, un sabio en su locura, ese loco pudo ser el doctor de la cabeza, o tal vez fueron ilusiones mías y lo de la persecución del médico producto solo de mi imaginación, pero por si es cierto y la locura es peligrosa yo me largo a Basilea con Godoy a llevarle una rama de naranjo.....

Agustin Díaz
Comments