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EL CARTERO NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA

  • Foto del escritor: Llopis Ivorra-AgustinDiaz
    Llopis Ivorra-AgustinDiaz
  • 8 feb 2022
  • 4 Min. de lectura

Crónica de la calle Cuba de mi Llopis Ivorra.

Estaba hablando del Llopis y como todo barrio que se precie aunque humilde tiene su cartero, el del Llopis era cuando menos. Diferente se llamaba y se llama que todavía no ha muerto, de apellido Salas, el cual nació soltero cualidad que no es baladí, porque según dicen, esas cosas aunque son de nacimiento te marcan para toda la vida

Iba con su cartera , su gorra y sus sandalias que no hay cartero que no haya tenido unas de esas sandalias, para enseñar mejor la roña de los pies pues este era pelín espeso , Y no se pueden imaginar con que maestría desempeñaba su función, la de llevar buenas noticias de una calle a otra o malas según las circunstancia , eran tan buen cartero que podría competir con el mejor de los mejores que se dedican a estos menesteres carteriles, en todo el mundo mundial , y todavía me lo recuerdo entrando en la Calle Cuba, con su uniforme de cartero, con su gorra, su cartera inmensa, sus pies llenos de roña dentro de sus sandalias, con el cuello de la camisa raído y de un color pardo, de la mugre acumulada, de siglos de no ver el agua y mucho menos jabón, con su uniforme al fin también puestito y con un silbato puesto en la boca, un silbato de cartero naturalmente, nada más escuchar el primer pitido soltado con arte a los cuatro vientos, con ese arte que solo los muy experimentados saben y se atreven a ejecutarlo, y ya estaban todas las vecinas en las puertas de sus casas esperando las buenas nuevas.

-Sra. Felipa, de su hermana la monjita, que la trasladan de Salamanca a las Claras de Cáceres, que dentro de quince días vaya a verla.

-Sra. Hilaria, de su hija Mari Paz, que está bien gracias a dios, que la pensión donde vive la tratan como a una hija, y que la casa donde sirve son unos señores muy buenos y ricos, que ya le contara más de Barcelona, conforme vaya conociendo - PD le mando veinte duros para que me los vaya ahorrando, por el acaso, su hija que los quieres muchos besos y recuerdos para todos.

-Sra. .Paca, de su hijo, que está bien que el tiempo en Melilla es bueno, que se le está haciendo corta la mili, porque el capitán le quiere mucho ,y la trata muy bien, y que no se olvide de mandar un paquete con chorizo y queso, que es lo que más echa de menos ,y algún paquetillo de tabaco.

-Sra. Rufina de su hermano,, que dice que Madrid es muy grande que se trabaja mucho y se gana bien, que si quiere que le mande al hijo mediano que él le busca trabajo, a ver si el chico deja las malas compañías.

-Y así vecina a vecina el, el cartero iba haciendo su trabajo y repartiendo alegrías y tristezas, y siempre con alguna palabra de consuelo para aquellos que esperando noticias de algún ser querido y tardaban en llegar.

- No se preocupe Sr. Narcisa, que verá como mañana le llegan las noticias esperadas, he sentido decir que el tren correo quedo averiado ayer en la Estación de Arroyo-Malpartida.

-Sra. Petra que su hijo Rafael entra en caja para el sorteo de la mili.

-Sra. Demetria, su marido que allí en Alemania, hace mucho frió, que le mande el jersey de lana que le hizo su madre el año pasado, y que no sabe si vendrá por Semana Santa.

-Sra. Margarita su hijo Tomas, que ya ha aprobado el examen de Guardia civil.

Todo correcto, pero Lo más increíble de toda la historia, es que lo hacía con las cartas cerradas, como en aquellos tiempos el personal de lectura y escritura andaba de aquella manera, las mujeres en cuanto veían a algún chico venir del colegio, lo cogían para que les leyera las cartas, y doy fe de que se equivocaba muy poco, pero que muy poco y he leído muchas eh. ¿ Dotes de adivinación, las abría en su casa con algún truco y las leía en secreto, o pura psicología de conocer los intríngulis y la idiosincrasia de los vecinos de la barriada,? quien lo sabe, yo le llegue a preguntar un día poco antes de que se jubilara en plan de bromas por supuesto pero me quedo a la luna de Valencia.

Era solterón de nacimiento, como decía al principio, pero no es del todo cierto, llego a tener relaciones con una muchacha durante más de veinte años, si hubo tocamientos o no eso yo no lo sé pero, ¡ Ay, no todo podía ser de color de rosa y a cada cerdo le llega su San Martín, ¡que tenemos refranes para todo!, el caso que ella un día después de tanto esperar, y quizás aburrida de eso mismo de esperar, y sin decir que bonitos ojos tienes lo dejó, si lo dejo,como se abandonan los zapatos viejos que cantaba Sabina, si como oyen se atrevió a dejar, a la flor y la nata de los trabajadores de correos, se atrevió a abandonar al insigne cartero del Llopis Ivorra, y ahora ,calma sus murrias y su despecho mirando como amarillea en el cajón de su cómoda de la residencia de ancianos, el ajuar que con tanto mimo tenía preparado para su noche de bodas, con el mejor cartero que pasara por este barrio.

Desde el mismo momento en que la chica se atrevió a decirle al cartero que verde las han segado, el ilustre cartero del Llopis Ivorra no tiene quien le escriba.

Agustín Díaz

 
 
 

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