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ALONSO DE MONROY-CÁCERES IX

  • Foto del escritor: Llopis Ivorra-AgustinDiaz
    Llopis Ivorra-AgustinDiaz
  • 1 abr 2022
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 4 abr

HISTORIAS DE LA VILLA CACERENSE ALONSO DE MONROY Clavero de la Orden de Alcántara (IX) El nombre de Monroy lo tiene unido. De Pyrro, el rey de Epyro, Livio escriue Que si á Oriente le echara la ventura, La fama de Alexandre que ora biue Su braço varonil dexara obscura. ¡O suerte don Alonso! á quien recibe Con gloria alta la chica Estremadura: Si Pyrro al Alexandro alras dexara Andando lú en Oriente ¿qué pasara? Alonso de Maldonado-Hechos de Alonso de Monroy 1492) Vida de Alonso de Monroy

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra Lucha por el Maestrazgo de Alcántara. Al recibir el aviso don Francisco de Hinojosa, de parte del Maestre don Gómez de Solís, su dedico a prevenir la defensa, lo que no evito que, un traidor, facilitase a don Alonso de Monroy, la ocupación de una puerta, propiciando su entrada en la Villa de Alcántara, un fraile de San Francisco, que enseñaba leer a los niños fue el traidor, los defensores tras brava pelea, recuperaron parte de lo perdido, y , consiguieron averiguar quién los habia traicionado, hizo morir al fraile don Francisco de Hinojosa, preceptor de sus hijos, arrojándolo al rio Tajo desde lo más alto, del monumental puente romano, andando el tiempo, la muerte del fraile, fue el hecho que más pesar produjo en la vida de Hinojosa. Los defensores de Alcántara, que llevaban tantos meses de sufrimientos, y escaseces con entereza, quedaron tras la victoria del clavero don Alonso de Monroy, totalmente abandonados a su suerte, pero lejos de rendirse estaban dispuestos a seguir defendiendo la plaza, con tanto empeño en la empresa que, un extranjero que por la época visitaba Castilla, dijo: Este es un pueblo que sufre bien el hambre y los trabajos. El hambre que estos sufrieron, fue sonada por todo el reino, comieron perros y gatos, los cueros de las adargas, y paveses y otras infinitas miserias, tenían bastimentos apenas para cinco meses y con mucho tino, les duro catorce meses. Bien escogió el Maestre Solís, a los defensores del feudo alcantarino, los caballeros que dentro se encontraban se defendieron bien y bravos, don Francisco de Hinojosa dio muestras de temple y entereza admirable, residiendo padecimientos materiales y morales, sin que su ánimo decayera en ningún momento, su amada esposa, doña Juana de Solís, murió en Alcántara, durante el cerco, de su cuarto parto, junto al recién nacido, a causa de las privaciones sufridas, no quiso doña Juana separase de don Francisco , y aunque fueron muchos los que aconsejaron su marcha, decidió acompañar a su marido hasta el resultado final, tan noble y digno gesto produjo admiración hasta en el enemigo, admiración y lastima, el Señor de Belvis, le envió numerosos mensajes, dándole facilidades para salir de la plaza, haciéndole llegar en secreto panecillos y conservas, viendo el gran peligro que corría, en calidad de generoso y buen caballero.


Puente Romano de Alcántara Cuando se produjo la muerte de doña Juana de Solís, don Francisco de Hinojosa, dispuso el depósito provisional del cadáver, para llevarla a enterrar en su momento a Trujillo, pero la muerte de su amada esposa, influyo en el ánimo ni hizo mudamiento en su pensar, como tampoco dejo de dar ánimos a su gente, ni de resistir y ofender a los enemigos, con ánimos invencibles. Tras la victoria sobre el Maestre, el Clavero don Alonso de Monroy, quiso acelerar la rendición del Alcázar alcantarino, pero una y otra vez, sus ataques eran rechazados por los sitiados, don Francisco de Hinojosa, enfermo de calenturas, proseguía luchando, aunque durante un tiempo la defensa la dirigía Hernando de Mujica, Caballero del hábito de Santiago, debido a causa de estas.


Cuando después de tantas penalidades sufridas, no tuvo don Francisco de Hinojosa, mas remedio que rendir la plaza, sucedió: Al encontrarse frente a frente se encontraba el Clavero don Alonso de Monroy, al hombre que fue la causa ocasional de la lucha fratricida, don Alonso de Monroy, siempre noble y caballero, debió sentir admiración y pena al contemplar en tan lastimoso estado al que conoció otrora arrogante, en Cáceres, durante las fiestas nupciales, y en tono de consuelo le dijo: -¿Quién ganó más honra, Hinojosa, señor, vos que os habéis defendido tanto tiempo amparado con no muy buen aderezo, o los que entramos ahora por concierto en la villa? - Sed vos juez, señor, respondió Hinojosa, pues tuvisteis ventura. - No pudo caballero en el mundo defenderse mejor que vos habéis hecho, vos sois más honrado- concluyo el Clavero, mientras se quitaba una capa, que ordenó a sus seguidores echar en los hombros de Francisco de Hinojosa. Las caballerosas palabras, y el gesto noble de don Alonso de Monroy, tuvo que mitigar en parte la tristeza del vencido, pero la sensación con la que salía de Alcántara Francisco de Hinojosa, erra de derrota absoluta, don Gómez de Solís, había perdido la cabeza del Maestrazgo, allí mismo poco después, el 19 de octubre de 1472, don Alonso de Monroy se hizo elegir Maestre, aunque esto ocurría cuando don Francisco de Hinojosa se estaba alejando del lugar de sus hazañas y sufrimientos, el futuro no podía ser más negro para su bandería, tras constantes reveses, don Francisco debió ver entonces con claridad que su cuñado don Gómez de Solís, llegaba al ocaso, el bando al que tan lealmente había servido entraba en un periodo agónico. En tanto que estas cosas pasaban, Hernando de Monroy señor de Belvis, fue a dar cuenta a la Duquesa que estaba en Plasencia de lo acaecido, aunque ella ya lo sabía, y no estaba poco enojada de Hernando de Monroy por parecerle que era maña entre él y su hermano, y así mandó que como Hernando de Monroy entrase en Plasencia, luego fuese muerto o preso. Siendo él avisado de lo que la Duquesa habia mandado por un caballero amigo suyo, no quiso entrar en Plasencia, más antes volvió al su castillo de Belvis y a la más prisa que pudo lo abasteció de toda la vitualla que para largo trecho era menester. Sabido esto por la Duquesa, como tuviese el ánimo lleno de saña, envió gran gente sobre Belvis y sitiaron el castillo, tomando todos los caminos por donde podrían avisar á Hernando de Monroy, señor de Monroy, que no poco de él se reculara, y saliendo de él un día los de Belvis a pelear con los de la Duquesa, un hijo de Hernando de Monroy, que se llamaba García de Herrera, de edad de doce años, extremado de buen parecer, y el más querido de los que él tenía, como estuviese mirando la batalla desde un adarve, tiróle un ballestero de los de la Duquesa, no conociéndole, y acertándole por el corazón, que no fue poco el duelo que por este caballero en Belvis se hizo, porque tenían por cierto fuera muy señalado, más enterado de esto por la Duquesa que Hernando de Monroy no tenía culpa en lo de Alcántara, mandó a sus capitanes alzar el cerco a Hernando de Monroy. El clavero, que Maestre se llamaba de Alcántara, así porque tenía el rey Don Enrique, como por la elección de los comendadores, sucedió que: Habia venido a Alcántara a servirle un caballero de la orden muy esforzado y señalado en muchas cosas en que se habia hallado, y como este saliese una noche bien armado a hablar con una mujer, acaeció que el maestre Don Alonso de Monroy, tambien habia salido con sus armas solo a pasearse, donde topó al Comendador, y pasó tras él dos o tres veces, Pensando el Comendador que quiera que fuese lo hacía por agraviarle, fuese el Comendador para él diciéndole que le aguardase y él le pagaría su descomedimiento, no conociendo el Maestre, que tampoco conoció al Comendador, aguardóle y en llegando el Comendador, echó mano a la espada y dio al Maestre en un hombro un recio golpe, aunque no le hirió, más el Clavero Maestre le acertó a herir de un tajo en un muslo que se le cortó á cercen, aunque tenía una calza de malla, y el Comendador se vio herido de tan recio golpe, luego conoció ser de mano de quien habia venido y dio una gran voz diciendo, «gran desastre fue el mío toparme con Vuestra Señoría esta noche.» El Maestre conoció al Comendador y arremetió a él y tomándole en brazos y le metió en una casa y estuvo con él hasta que murió. Mucho fue el sentimiento que el Maestre hizo de la muerte de este Comendador, porque le tenía por muy valiente caballero. A pocos días acaeció otro mayor desastre, que saliendo el maestre Don Alonso de Monroy a mirar por sus guardas, estando al pie de una torre la más principal, salió de una calle Nuño de Chaves, su capitán, hermano de Luis de Chaves, y echó mano a la espada para el Maestre, y él hizo otro tanto y yendo el Maestre a herirle y conociéndolo Nuño de Chaves, por no herirle volvió las espaldas y el Maestre no reconociéndole, ejecutó el golpe y hiriéndole en las espaldas, y de arriba a abajo se las partió, y entró la espada por las espaldas de Nuño de Chaves que se le parecían las entrañas, de manera que cortó todo lo que la espada alcanzó. Estuvo tan triste el Maestre por este desastre que pasaron muchos días sin salir de su posada. Alcántara. Algún historiador cuenta que la actual villa de Alcántara fuera aquella Brutóbriga de los romanos, fundada por el cónsul Junio Bruto que en el año de 138 a.c. sostuvo incesante guerra con los Lusitanos, fortificando con castillos la ribera del rio Tajo, por donde se proveían de vituallas de boca como de guerra, en el supuesto de que su origen no fuera Céltico, según nos cuenta don Publio Hurtado, debido a la terminación en Briga del nombre. Fue colonia romana, según dice Plinio, teniendo su mayor apogeo de habitantes en tiempos de Trajano, bajo el imperio de este, Cayo Julio Lacer, inmortalizo su nombre construyendo el soberbio, magnifico puente sobre el Tajo. Su castillo fue de siempre de los más importantes de la provincia, los árabes hicieron de él uno de los primeros presidios e el Garb, y rodearon de murallas la población, a la que dieron el nombre de Kanterac al Seif, o ciudad del puente, comprendiéndola en la prefectura de Alcázar de Abi Danés. (Fuentes Alonso de Maldonado-Hechos de Alonso de Monroy) (Fuentes Miguel Muñoz San Pedro-Tres Paladines) (Fuentes Publio Hurtado-Castillos)


Emblema Orden de Alcántara Agustin Díaz Fernández


 
 
 

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