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ALONSO DE MONROY-CÁCERES XI

  • Foto del escritor: Llopis Ivorra-AgustinDiaz
    Llopis Ivorra-AgustinDiaz
  • 5 abr 2022
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 4 abr

HISTORIAS DE LA VILLA CACERENSE DE DON ALONSO DE MONROY Clavero de la Orden de Alcántara (XI) (Alonso de Maldonado-Hechos de Alonso de Monroy 1492)


Cónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra Vida de Alonso de Monroy


En la Entrada anterior, dejabamos a Hernando de Monroy, bien a cubierto en la fortaleza de Zalamea tras dar muerte a Juan Guerra, que tras la felonia de Francisco de Solís con el Maestre don Alonso de Monroy, habia mandado dar mueerte al hermano del Maestre. Sabido esto por sus enemigos, vinieron a cercar Zalamea los hermanos del Maestre dela Orden de Santiago con mucha gente, Hernando de Monrroy se vió en mucho aprieto, porque, el año habia sido muy esteril, y como elmaestre Don Alonso de Monroy huviese tenido tres cercos, casi toda la vitualla se habia llevado de Zalamea se habia gastado en estos reales, de manera que Zalamea estaba desbastecida.

Sabido esto por sus enemigos, vinieron a cercar Zalamea los hermanos del Maestre dela Orden de Santiago con mucha gente, Hernando de Monrroy se vio en mucho aprieto, porque, el año habia sido muy estéril, y como el maestre Don Alonso de Monroy hubiese tenido tres cercos, casi toda la vitualla se habia llevado de Zalamea se habia gastado en estos reales, de manera que Zalamea estaba desabastecida Pues tomando a las cosas del maestre Don Alonso, el Electo, que así se llamó siempre Francisco de Solís el Maestre de Alcántara, tuvo muchos paresceres de ver si matarían luego al Maestre, pero todos se conformaron que era bien matarlo luego como a persona de quien el Electo habia de heredar el maestrazgo de Alcántara, porque a aquella sazón el maestre Don Alonso de Monroy lo tenía todo y como a enemigo viejo, destruidor que habia sido de su tío el maestre don Gome y de todo su linaje de ellos, luego entraron todos en la cámara a donde el Maestre estaba preso con muchas cadenas, y hallaronle durmiendo, y tan fuertemente roncaba como si estuviera muy seguro en su cama, el cual animo fue tan grande el que tuvo este Maestre, que sobrepujó a todos los mas animosos que ha habido en el mundo, ni de ninguno se lee, pues sueño tan grande ni tan sosegado como de este nunca se vio, porque el Maestre Don Alonso tuvo por muy cierta su muerte en viéndose preso, porque se vía en poder del mayor enemigo que nunca hombre tuvo, y que en matándole habia de heredar el estado, de manera que con pensamiento que le habían de matar esa noche que le prendieron, y que perdía todo su estado, y que estaba en poder de aquellos que él habia destruido, y que sus hechos quedaban perdidos y sus enemigos vengados de su persona, con este pensamiento se durmió.


Con todo esto él tenía tan grande el ánimo que vencía todas estas cosas, y en medio de estos trabajos dormía sosegadamente. cualquiera de aquellos feroces y muy honrados romanos y africanos, Julio Cesar y Hannibal y otro cualquiera romano de los más valientes, aquella noche se mataran con su espada , o se echaran de alto a abajo, o tomaran ponzoña que ellos traían cuando no podían vencer con el ánimo su mala fortuna, pues mira cuanta ventaja en el ánimo hizo el Maestre a africanos y a romanos, que en el punto que ellos se privaban de la vida, él dormía sosegadamente sin ningún miedo, ni hacer cuenta de la muerte. Pues tomando al Electo que, como viese al Maestre dormir tan sosegadamente y no lo pudo creer, tomó una hacha para verlo, y después lo creyó, fue por estreno espantado del ánimo de este, y determinó de no matarle aquella noche, pues lo tenía en su poder y lo podía matar cuando quisiese. Y otro día pensó más en la muerte del maestre Don Alonso y acordó de no matarlo hasta que ganase todo el maestrazgo, por no tener por enemigos a sus deudos del Maestre don Alonso, y por no haber la guerra en tantas partes hasta verse poderoso de haber ganado el maestrazgo, y luego daría la muerte al Maestre don Alonso de Monroy. Y después que el maestre don Alonso fue preso y en poder de su yerno por la traición que le hicieron, todos los suyos no pensaron de jamás verle ni que de allí saliera vivo, y luego todos sus alcaides se alzaron y comenzaron a robar para si, en todo este año, que fue de mil y cuatrocientos y setenta y cuatro, años fueron ocasión estos alcaides de grandes muertes y robos, que como ellos no eran alcaides para dar las fortalezas sino al mismo Don Alonso de Monroy, hicieron cuenta de él como de hombre muerto. Mas tarde Hernán Centeno se alzó con Trebejo otra fortaleza, y de ella hacia todo el mal que podía, Gonzalo de la Plata que tenía por el maestre D. Alonso de Monroy á Almenara, se alzó así mismo, Sabida esta traición del Maestre por Principe de Aragón Don Fernando, que por muy su servidor tenía al Maestre, envió luego al Electo a hacerle el partido que quisiese, más el Electo, por ningún partido que el Principe le hiciese no lo quiso hacer. En este tiempo como Hernando de Monroy, el señor de Monroy, estuviese cercado en Zalamea y sin abastecimiento por la gente del Maestre de Santiago y otros capitanes, después que el Maestre fue preso, mostraron se tanto ser amigos suyos que antes no se osaban mostrar, Hernando de Monroy hizo en este cerco cosas extrañas por las armas, porque él y un hijo bastardo suyo, que se llamaba Francisco de Monroy, que era muy valiente caballero, con treinta de a caballo que tenían y cuarenta peones, continuamente estaban peleando de día y de noche y quitaban la vituallas a los del real que les era traída, que en catorce meses que Hernando de Monroy estuvo cercado en Zalamea ninguna vitualla comieron en todo este tiempo sino la quitaban por su lanza a los del real. Los hermanos del Maestre de Santiago, que eran los más principales capitanes que allí habia, estaban espantados de la valentía de Hernando de Monroy, y como los del real viesen que estos caballeros con su esfuerzo sostenían a los del castillo, enviaron muchas veces hombres escogidos del real a desafiarle, y él aceptaba, salía y mató a algunos de ellos, y como esto viesen, acordaron de enviar a un alférez que era hombre muy valiente, este le envió á desafiar, y pusose en un cerro, y puso detrás del cerro otro compañero, y como Hernando de Monroy, no pensando que estaba más de aquel, saliese y hallase dos, peleó con ambos valientemente, de manera que el uno mató y el otro matara sino fuera socorrido por los del real. Salió él herido de una herida en el rostro y volviose á Zalamea. Cada noche y cada día salía a dar en los del real, más conocido era entre ellos el capacete de Hernando de Monroy que los proprios suyos, como un dia trajesen al real muchas cabras, Hernando de Monroy salió de la fortaleza sitiada, con cuarenta hombres, y peleó con la gente de la guarda que traían las cabras, y desbarataronla y tomaronles doscientas cabras, y cuando los del real fueron a socorrer a estos, ya las cabras estaban en Zalamea. Visto por Don Alonso de Cárdenas, comendador mayor de León, y por Don Alonso Pacheco, hijo del Maestre de Santiago que habían tomado el cerco a cargo, que no se podían valer con Hernando de Monroy, y que mientras él pudiese salir del castillo era imposible tomárselo, acordaron de hacerle una cava muy honda a la redonda del castillo algo desviada, a manera que una mosca no podia salir ni entrar, con todo esto, al tiempo que se hacia la cava las peleas eran muy continuas de noche y de día, donde Hernando de Monroy hacia tantas cosas y tan señaladas, no cabrían en mucho papel. En este tiempo grande experiencia tuvo la Duquesa Arévalo de cobrar el Maestrazgo de Alcántara para su hijo Don Alonso Pimentel, porque todos tenían al Clavero y Maestre Don Alonso de Monroy por muerto, y luego envió a suplicar al rey don Enrique IV “el Impotente” proveyese del maestrazgo de Alcántara a don Juan su hijo, y el Rey lo hizo así, y luego con esta provisión la Duquesa hizo un gran presente al Papa, y luego sacó las bulas y muy grandes de excomuniones en ellas contra el electo Francisco de Solís, y así mismo contra todos los que tuviesen las fortalezas de la orden y no se las diesen a ella, y sacó mandamientos del Rey, bastantes para que las fortalezas se le entregasen a ella, hecho esto, la Duquesa comenzó a tomar las armas, porque fue muy varonil mujer, para sacar su maestrazgo de Alcántara de tantas manos, que no era poco. Lo primero que hizo fué enviar a llamar a Hernando de Monroy, señor de Belvis, y asentose el concierto que antes estaba entre ellos cuando estaban sobre Alcántara en tiempos pasados, que la enemistad que Hernando de Monroy entonces tenía con su hermano el Maestre don Alonso, no la habia perdido, Luego concedió en esto, y la Duquesa le dio mucha gente y con la que él tenía, que serían por todos ochocientas lanzas y dos mil peones, se fue á Alcántara y la tuvo cercada a la gente del Maestre Don Alonso hasta que se le entregó y entregada, la dio a la Duquesa volviéndose el a su casa. Luego que la Duquesa hubo hecho esto, envió a Ruy Pérez de Monroy que tenía a Mayorga, que se la entregase por las provisiones y mandamientos del Rey y bulas del Papa, Ruy Pérez le respondió que no cumplía él con su honra en hacer la tal cosa, entonces la Duquesa le envió a decir que le daría trecientos mil maravedis de juro perpetuo porque se la entregase, Ruy Pérez respondió que nunca Dios quisiese que por ningún interese hiciese él cosa que no debiese, que él no podía entregar a otro la fortaleza sino a Hernando de Monroy, su hermano, que ahora aunque él se lo mandase no la entregaría, por estar cercado en Zalamea y no en su libertad. La Duquesa no juró más de hablar con Ruy Perez, mas fué a tratar con Diego de Cáceres de Ovando. que cumpliendo los mandamientos del Rey, le entregase a Benquerencia, y de esta manera, unos por fuerza y otros por tacto, tomó el maestrazgo y ganó ella la mayor parte de él. Hernando de Monroy, el señor de Monroy, que en Zalamea estaba, como la cava se hizo, los de Don Alonso Pacheco toda su diligencia era en defender la cava que ninguno saliese del castillo, pues como los del castillo no pudiesen salir, comenzó a crecer la hambre en tanta cantidad que comieron caballos y gatos y otras cosas no acostumbradas, y Hernando de Monroy envió a pedir socorro al conde de Feria y a todos los otros amigos del Maestre don Alonso y suyos. Todos estos le desahuciaron de socorro. Visto esto por Hernando de Monroy, y que las heridas y trabajos pasados no los habían vencido, conoció que la hambre y la fortuna los habia traído al estado de no poder hacer menos de darse.

(fuente Alonso de Maldonado-Hechos de Alonso de Monroy)



Castillo de Zalamea

Agustin Díaz Fernandez


 
 
 

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