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EL PUENTE DE ALCÁNTARA I

  • Foto del escritor: Llopis Ivorra-AgustinDiaz
    Llopis Ivorra-AgustinDiaz
  • 7 jun 2022
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 4 abr

Crónica desde la Ronda de la Pizarra

Alcántara es un municipio español, en la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura. Está situado en la orilla izquierda del río Tajo, en su confluencia con el río Alagón, cerca de Portugal. En otro tiempo fue la capital de la comarca histórica de la Tierra de Alcántara, pero actualmente forma parte de la Mancomunidad Tajo-Salor. Su nombre moderno proviene del término árabe Al Qantarat, que quiere decir "El Puente" debido al puente romano situado en sus inmediaciones, pues fue fundada en época del emperador Trajano y los visigodos la llamaron Oliba. El pueblo es conocido por la Orden de Alcántara, el Puente de Alcántara y el Bronce de Alcántara, así como por ser el lugar de nacimiento de Pedro de Alcántara.

Hasta no hace mucho se estaba en la creencia de que, la villa de Alcántara, fuera aquella Brutóbriga de los romanos, y que fuera fundada por el Cónsul Junio Bruto, que en el año 138 a.c. sostuvo incesante guerra con loa lusitanos, fortificando castillos por la ribera del Tajo, por donde les entraban vivieres de boca y pertrechos de guerra.

Según cuenta Plinio, fue colonia romana, contando con su mayor apogeo y aumento de población en tiempos de Trajano, y que durante su imperio Cayo Julio Lacer, construyo el imprensionante puente sobre el rio Tajo.

Está situada Alcántara un lugar de privilegio estratégico, en las confluencias de los ríos Tajo y Alagón le daba una superioridad militar sobre los otros pueblos de la comarca, esta situación estratégica de la que gozaba, le dieron prestigio y riqueza, a pesar de estar alejada de las principales vías de comunicación.

Su castillo fue de siempre de los de más importancia de la provincia cacerense, los árabes, hicieron de él, uno de los primeros presidios del Garb (parte más occidental del Al-Ándalus), y fortificaron con murallas la población, dándole el nombre de Kanterad al Seif, o Ciudad del Puente, comprendiéndola en la prefectura de Alcázar de Abi Danés.

El Rey Alfonso VII de León en el año de 1143, recuperó la villa alcantarina del poder de moros, que, poco más tarde, volvieron a recuperar para la fe del islam, en la jornada de estrategia del Emir Almohade Abdelmumen contra los cristianos del Algarbe en el año de 1161, campaña que encomendó al Jeke Abul Mahamad Abdala Ben Habi Hafas.

En 1167 el rey Fernando II de León y tras tomar las fortalezas de Santibañez y Milana, cayó sobre Alcántara, cuya fortaleza mal y escasamente guarnecida apenas opuso resistencia, una vez tomada la donó a don Armengol, Conde de Urgel, que lo había ayudado y bien en esta campaña.

Volvió al poco de nuevo al poder de mahometanos, en una de las correrías que hizo por Portugal y Extremadura Abu-Y’a Qub, la villa alcantarina fue objeto en varias las ocasiones de las expediciones conquistadores de don Alfonso IX de León y Galicia, quien en 2013, viniendo a nuestra provincia y pasando por Coria la sitió, pero pidió el moro socorro a sus hermanos de Cáceres, Montánchez, Medellín, Mérida y Badajoz, mandaron estos el socorro que pudieron, que también andaban apurados, más al termino de once meses de sitio, y habiendo cortado los árabes el puente volvió al poder de los cristianos, dando el Rey villa y fortaleza a la Orden Militar de Calatrava, que le habían ayudado y grandemente a tomarlos. Y surgieron discrepancias ente este Instituto armado y sus congéneres de la Orden de San Julián del Pereiro, y sucedió que como esta plaza estaba lejos de los sitios de influencia de la Orden de Calatrava, y no pudiendo defenderla, tal como era su obligación, concordaron con la Orden del Pereiro, y se la cedieron a cambio de cierta dependencia, estamos en el año de 1218.

Los Caballeros de San Julián del Pereiro, una vez en posesión de tan codiciada villa, trasladaron a ella su Casa-Convento, que emplazaron como el castillo extramuros de la población, y de aquí en adelante titularon Orden Militar de Alcántara, Orden que tanta gloria alcanzaría.

Ya no tuvo más cambio de dueño la plaza, la morisma atosigada por las huestes de Alfonso IX de León y Galicia y por Fernando III “El Santo” después, iban perdiendo terreno poco a poco, retrocediendo sobre la marca definitivamente sobre las tierras cacereñas. Más no pudo la villa alcantarina disfrutar de una paz duradera, motivos, ser villa fronteriza y también por ser la capital de la Orden Militar.

Las guerras entre España y Portugal y sus naciones aliadas, y las querellas y cismas que, con frecuencia surgían entre sus caballeros y altos dignatarios, que los dividían en bandos, lo impidieron.

Un conflicto a mano armada y con carácter de internacional, y de orden público, que causó gran cantidad de depredadores, fue el que, en 1295 promovió el Infante don Juan, tío de don Fernando IV, que apoderándose del castillo hizo guerra a su sobrino, al que tildaba de bastardo, y que tanto hastió la comarca, reclamó la Reina doña María de Molina, socorros a los concejos del país, y los de Cáceres y Plasencia, enviaron sus compañías, que bajo la dirección del Maestre de Alcántara, sitiaron y asaltaron tras un largo asedio a la plaza, mientras el Infante don Juan, conseguía atraer hacia su causa al Rey Dionis de Portugal.

Ya, en tiempos de Enrique III de Castilla, los portugueses embistieron con gran alarde de fuerzas villa y el castillo, mandados por el Condestable Nuno Marques Pereira y el propio monarca Juan I de Portugal, más los sitiados mostraron gran resistencia, dando lugar a que acudieran en su socorro tropas castellanas, los sitiadores al saber de su llegada levantaran el sitio y se retiraron.

Llegamos al año de 1431, y la fortaleza y villa volvieron a ser protagonista, en este caso de las revueltas de los Infantes de Aragón, y cuya causa apoyaba el Maestre de la Orden de Alcántara don Juan de Sotomayor, causa al que estaba afiliado por medición de don Fernando de Antequera, padre de los Infantes, cuando era tutor del Rey don Juan II de Castilla.



Sucedía que en el castillo de Alcántara se encarcelaba al enemigo, ósea a los partidarios de la legitimidad del Rey de Castilla, entre estos el Dr., Franco y el Clavero de la Orden, mientras desde la villa los rebeldes Infantes extendían sus correrías y rapiñas por toda la comarca. Intrigas, traiciones, pastos traicionados, rotura de paces, todo tenían lugar en la plaza del pueblo y en sus casas.

Entonces el Comendador Mayor de la Orden, Gutierre de Sotomayor, sobrino del Maestre Juan de Sotomayor, prendió al Infante don Pedro, y en recompensa el Rey don Juan II, le concedió merced con la dignidad del Maestrazgo alcantarino, tres haber depuesto a su tío.

Ya en 1706, el Marques de las Minas, general de los ejércitos aliados, defensores de la causa del Archiduque Carlos, y tras recorrer victorioso buena parte de la provincia cacerense, vino a poner sitio a la villa alcantarina, en 9 de abril del mencionado año, y al que puso resistencia defendiendo la villa el General Miguel Gasco, resultó que tuvo que rendirse a los cinco días de haber montado el cerco el de las Minas, pillando el enemigo de botín, 5000 presos, 47 piezas de artillería, 2961 fusiles, y muchos pertrechos de guerra, la plaza de Alcántara se recuperó al año siguiente tras la batalla de Almansa, empresa en la que también colaboro Cáceres, al enviar un contingente de 500 hombres que fueron enviados al de Borbón por el Corregidor, al mando del Capitán don Lorenzo Paniagua.

También durante la guerra de la Independencia la villa fue muy castigada, lo mismo el vecindario que las fortificaciones fueron duramente atacadas por el General Lapiche, y algún que otro más jefe militar de Napoleón, durante esta contienda el Convento viejo o castillo que se encontraba extramuros, termino destruido al completo, a causa de la voladura del mismo, donde tenían un depósito de pólvora, estamos a 9 de abril de 1809, y el general gabacho cometido grandes desafueros como derechos de conquista. Durante el mes de julio de este mismo año, el también Frances Mariscal Victor, ordenó volar el puente, el magnífico puente que inmortalizó el nombre de Julio Lacer.

En 18 de julio de 1811, e instaló en Alcántara, la Real Audiencia de Extremadura, que había escapado de Cáceres , ante la proximidad de las tropas de Napoleón Bonaparte, y allí permaneció hasta la que, el ejercito aliado salió triunfante de la batalla de Arroyomolinos,

Durante la guerra Carlistas, volvió la villa a sentir los estragos de la contienda, cuando el General Carlista Gómez, trató de incorporarse a Castilla cruzando el impresionante puente romano, que fue cortado por las tropas liberales.

(Fuentes Publio Hurtado-Castillos)

(Fuentes Biografías)



Agustin Díaz Fernández


 
 
 

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