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  • Foto del escritorLlopis Ivorra-AgustinDiaz

LA PARROQUIA DE SAN MATEO-XI CÀCERES-LA ERMITA DEL CALVARIO

                     PARROQUIA DE SAN MATEO-XI

                                    CÁCERES

                            ERMITA DEL CALVARIO

Crónica desde la Ronda de la Pizarra

Conocida como ermita del Calvario, depende de antiguo a la ermita de la Soledad, esta ermita se encuentra al lado de la carretera que conduce hasta el Santuario de la Virgen de la Montaña en la Sierra de la Mosca, de la villa cacerense, y que comienza su escalada esta carretera en la Fuente del concejo, fuente del siglo XV hasta llegar el templo de la Patona de Cáceres.

Se encuentra la mencionada ermita del Calvario en la primera estibación de la Sierra de la Mosca a poco más de un kilómetro de la villa, conforme subes aprecias su color blanco destacando del oscuro peñascal donde se asienta, y que fue destruida y reconstruida en diversas ocasiones en el transcurrir de los años, hasta los franceses la quedaron en ruinas durante la guerra de la Independencia, quemando y profanando todos sus enseres , y hasta 1815 no se volvió a edificar y abrir de nuevo al culto.

Desde la cartera de subida al Santuario, se puede observar por encima del edificio de la ermita, una pequeña plataforma donde están clavadas tres cruces dispuestas para la representación de la tragedia sufrida por el redentor y que se asciende a la cima por unas escalinatas abiertas a pico en las peñas.

Delante del templo, hay o habia, una mesa de granito donde se coloca la urna mortuoria y frente a él, al aire libre, y adosado al muro que delimita el atrio, un pulpito desde donde el predicador dirigía su plática a los que acudían, y lo hacía en gran número, a presenciar la pasión.

Al siglo XV se remonta la hermandad de este oratorio y se denomina Cofradía de la Soledad y Angustia de Nuestra Señora del Monte Calvario y que en 1582 se incorporó a la de Santa Maria de los Caballeros, haciéndose las ordenanzas comunes a ambas y desde entonces prevaleció la advocación de la Santa Maria de los Caballeros sobre la del Calvario.

Sucedía que durante la cuaresma era este santuario muy visitado por los fieles, donde se decían misas todos los viernes y donde se terminaba el ejercicio del Via Crucis.

                                       VIA CRUCIS

“Entre la ermita de San Marcos y la del Amparo, principia el Via Crucis, es de cantería, dándose el sucedido que un viento huracanado los quedo destrozado era el día de San Jerónimo del año de 1672, día que la iglesia celebra el 30 de septiembre, y que ese Via Crucis concluye en la elevación de un monte de peñas donde una capilla, en la que se coloca la imagen de la Virgen de la Soledad el domingo llamado de Lázaro hasta el viernes Santo por la tarde, y que una vez celebrado el descendimiento de la cruz por los sacerdotes se formaba procesión den entierro de Cristo hasta la parroquia mayor, siendo mucho el gentío el que acude al concurso, más en el año de 1788, el obispo de Coria expidió decreto, por el cual suspendía esta función y tras este decreto solo se conducía la efigie de Nuestra Señora del Calvario el mismo domingo de Lázaro, el Viernes Santo de madrugada el señor en el sepulcro que bajando en procesión hacia su entrada en Santa Maria.

El sitio del Calvario según difundió el padre Castillo, tomando nota de su viaje a Tierra Santa, este de Cáceres se le asemeja y mucho.”

(Simón Benito Boxoyo-Noticias)

Y es que era de antiguo la costumbre de, hacer el recorrido de por parte de los fieles e este Via Crucis que, empezando por la Fuente del Concejo se comenzaba a subir en busca de la primera cruz que, se encontraba nada más salir del barrio de San Marquino, esta cruz era de granito donde se hacia el acto de constricción, era esta la primera estación que estaba dedicada a Jesus Condenado a muerte, de aquella cruz se pasaba mientras se seguía subiendo hacia el Santuario de la Virgen de la Montaña a otra cruz, y tras esta a otras cruces más.

Y sucedió que con fecha 26 de marso del año de 1792, el Real Acuerdo de la Audiencia en pleno dicto la prohibición de estos ejercicios nocturnos bajo pena de cuatrocientos ducados de multa, motivo, evitar que gente del mal vivir y con gana de bronca y bajo el amparo de la oscuridad de la noche se cometieren actos punibles, y otros desordenes de fatales consecuencias, (es cuando menos curioso, que cada vez que en estos festejos de la Semana Santa se producen desordenes de cualquier tipo, don Publio Hurtado los achacas a gente de medio pelo, es decir caleros, curtidores, alarifes y demás de los distintos gremios, y nombra que se daban a la bebida, ¿no menciona nunca a que participaran los señoritos de varias cataduras éticas y morales que pululaban y pululan por Cáceres, y me hace sospechar que ese caballero era de estos últimos, que me perdone ese Cáceres rancio que tanto alaban a este caballero, y me hubiera gustado que me acompañara un rato por la taberna de la Colora, pero no puede ser porque se murió hace cuanto a, falleció en el año de 1929, e imagino que por entonces estos caballeros de misa y confesión diaria eran los buenos de la película, ¡Vds. disimulen y sepan perdonar este aparte!), se hizo público el edicto y se le puso en conocimiento del Mayordomo de la Soledad, prohibiéndose que todas las tarde  desde el domingo de Lázaro hasta el viernes Santo se cerrasen las puertas de la ermita del Calvario para toda adoración.

Más esta prohibición con el paso del tiempo cayó en el olvido, y así en cuanto al domingo de Lázaro en que se subía en procesión a la ermita del Calvario la Virgen de la Soledad, se decía misa en ella todos los días, ya por la noche los hermanos velaban la imagen.

Pero todos no se lo iban a llevar las penas y las tristezas, y es que habia costumbre que en las tardes del ultimo indicando de la Semana Santa, después que la imagen fuera bajada en procesión hasta la villa cacerense, las gentes que allí quedaban se daban a la merendola donde se ingerían bollos hechos con harina, aceite, huevos y azúcar y que le dieron el nombre de tartas del Calvario, esta costumbre hace ya cuanto a que desapareció.

Ocurría que en la ceremonia del descendimiento, Viernes Santo, por la mañana se clavaba en la cruz central de la plataforma la imagen de cristo, y en la de los lados dos monigotes, que unas veces de talla y articulados, otras de cartón rellenos de paja que representaban a Dimas y Gestas, aquellos ladrones condenados junto con Jesus a morir en crucificados, se cubrían con velo cada una de las imágenes que eran descubiertas la víspera para el acto, y sucedía que todos los años se producían incidentes de mal gusto y es que como tal espectáculo se realizaba al aire libre, no sola faltar gente de malas ideas y que tras el trasiego de vinos y aguardientes, se coronaban a la parte más alta del peñasco sobre el que esta construido el templete, y haciendo reflejar una haz de luz del sol por medio de un espejo sobre la cara del predicador, el cual perdía el hilo de la predica, o bien con cencerros simulaban la llegada de reses vacunas, que alarmado el gentío hacían que se removieran en sitio tan angosto, también lanzaban sobre el beaterio desde las alturas ratas, culebras, lagartos, todos ellos vivos, con lo que originaban sustos, desmayos, carreras y destrozos varios, mientras los hacedores de la gracia, reían escondidos en el peñasco disfrutaban de la diversión, si es que esos actos se pueden llamar así.

Pero no se vayan todavía que hay más, y es que, cuando los clérigos descolgaban y bajaban de la cumbre el cuerpo del Señor, y la procesión partía camino abajo hasta la vieja villa,  entonces la barbarie no tenia freno, los cafres trepaban a la plataforma con garrotes y navajas y corrían a palos y navajas a los ladrones en sus cruces, terminando con el despeñamiento de los dos monigotes, y sin tener en cuenta el peligro que corría el gentío que se hacinaba abajo.



Estos actos irreverentes fueron los que indujeron al obispo de Coria diego Martin Rodríguez a que en el año de 1788 decretase la suspensión de las funciones del descendimiento en las ermitas ubicadas en los campos, más en esta ermita del Calvario apareció esta costumbre y al poco volvió a desaparecer siento la última función celebrada en el año de 1889.

Este anecdotario y algún otro más que no vienen a cuento, dieron a que el santuario fuera cada vez menos visitado durante la Semana Santa, y estuvo cerrado durante muchos años, y fue el caso de que una joven viuda Carmen Villalobos de nombre se refugio en esa ermita halla por el 1909, con intenciones de hacer vida de asceta y penitente, conducido esto por sentirse culpable de una medicación equivocada que le dio a su marido y que lo llevo a la tumba, al menos eso contaban por los mentideros de la ciudad feliz de Cáceres.

Y al parecer lenguarones varios dieron en chismorrear que, encontrando la viuda el altar vacío y en desuso del recinto, solicito la buena de doña Carmen a don Francisco Polo, párroco de San Mateo a la Sazón, le concediera una imagen para rellenar el abandonado altar, el buen cura procedió a hacerle entrega de una efigie de la Santa Isabel, santa esta que se encontraba en la ermita de la Soledad, y a la que la dama en cuestión gusto vestirla como a la virgen de la Soledad,  quiso la viuda confeccionarle a la santa un manta con sus propios vestidos de boda, mientras el populacho se les iba la lengua de inventar historias en torno a ella y de una paloma que le servía de compañía.

Y fue por entonces cuando volvió a ser esta ermita abandonada del Calvario visitada, y según parece llevados más que por la devoción por conocer a la desdichada viuda.

Más también y sin saber por qué ni cuándo ni donde, desapareció esta efigie de su hornacina, siendo reemplazada por otra de la Soledad.

(Fuentes Simón Benito Boxoyo-Noticias)

(Fuentes Publio Hurtado-La parroquia)



Agustin Diaz Fernandez

 

 

 

 

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