LA TABERNA DE LA COLORÁ-UN PELIN DE HISTORIA II
Cáceres XXIV
Crónica desde la Ronda de la Pizarra
Reinaba la alegría entre los parias, clientes habituales de la Taberna de la Colorá, aparte de que los jugadores de rana, habían tenido buen dia de caza, se notaba en el gran perol situado encima de las estrevedes sobre la lumbre de la chimenea, impregnando toda la pedrera al olor de la carne de liebre guisada, el vino corría por cuenta de los señoritos que pese a todo y al tío Matamoros, aquel que era un no nacido, y que les repartió hostias como cura a beatas, se empeñaban en que el hijoputa del Piyayo los llevara a conocer cómo se entretenían los pobres.
-Una convida, Eugenia, pidió uno de los jugadores de la rana, que hoy vamos a escapar decentemente, mientras hacia su tirada de tejos sobre la boca de la rana, Clan, Clan, Clan.
-Ya va, dijo la Eugenia, que estaba guardando el cobro de la convida anterior en la caja de carne de membrillo de Puente Genil, con una sonrisa pícara en la cara.
-la Ignacia, “la Cañona” había vuelto, la noche anterior tuvo la fabrica abierta hasta tarde y se le notaba en la cara, aun así, presumía de fina estampa entre los señores de levita, que la jaleaban y la miraban con ojos de corderos degollaos.
-Eh tu Chivario, deja de mirar a la puta, que bastante escandalo forman ya los lindos, y sigue con la historia que empezaste ayer, que el chico esta aburrido, a ver si mientras están las liebres a punto, comentó la Eugenia.
-Miro donde quiera, boca alpargata, -dijo Chivario, sieve vino y calla, mala mujer, y tu mozo, siéntate que vamos, ¿Dónde lo dejamos ayer?
Desde las montañas o sierras que rodean Cáceres, desde sus alturas se dominaba toda la penillanura por el Norte y por el Sur se encajonaba las Sierras quedando bajo dos fuegos, las dos vaguadas de la Ribera de Cáceres y las zonas del hoy San Blas hasta San Antón, y ante lugar con las enormes posibilidades estratégicas instaló una guarnición.
Y llegando a este punto, ya tenemos otra vez a Cáceres figurando por derecho propio dentro de la historia.
Todo había lo había perdido Cáceres, todo, hasta el nombre al desaparecer como Colonia, y así fue como el kaib Almorávide que la ocupó, tuvo que ponerles un nombre y este fue:
QASR I’S
Nombre que en los documentos de Al-Idrisi, (Geógrafo, Cartógrafo y Viajero árabe del siglo XII) la nombre como:
HINS QASR I’S
El cronista nos cuenta que los Almorávides, dominaban la posición estratégica cacerense, desde el año 1086, y pasado un siglo es cuando los monarcas leoneses intentan conquistar las posiciones al sur del Tajo, estamos en el año de 1169.
Había que tomar posiciones y situarse en las Sierras, y desde allí continuar con el avance por la cuenca superior del Guadiana, más había que hacerlo rápidamente, antes de que la posición fuera ocupada por Alfonso Henriques, Rey de Portugal, que tenia las mismas pretensiones, pero no podía cegarse el de León en esta aventura, ya que tenia que cuidarse y mucho del Rey de Castilla Alfonso VIII, que comenzaba su reinado con todo el ímpetu de su juventud, que ansiaba fuera proclamado Emperador y que también tenía proyecto de expansión de su reino, y no era de extrañar que lo hiciera por el área del de León.
Ya desde 1169-1170, Cáceres se encontraba en poder cristiano, año en que Fernando II, Rey de León la tomó a los musulmanes, a partir de entonces las relaciones entre cristianos y moros, era de aparente tranquilidad, y quizás fuera este le motivo por el que debían de tomar este conquista como definitiva , toda vez que las crónicas señalan que el suelo cacerense comenzó a poblarse, asi como el Conde Gonzalo de Marañón, que fuera Alférez del Emperador Alfonso VII, y que tras la muerte del monarca, sirvió a las órdenes de su hijo Fernando II, fundó en los bordes de la Sierra, cerca del Cruce de las Herrerías, un Casar, con carácter de señorío y cuyo nombre fue Casar del Conde don Gonzalo, y que hoy se llama las Casas de Don Antonio, como recuerdo de la época señorial, una vistosa picota en el medio de la plaza evocando así, la justicia señorial.
PICOTA CASA DE DON ANTONIO
Muy cerca, y sobre las ruinas de la mansión romana Sorores, rozando el borde la Vía Lata (Vía Ancha, o Vía de la Plata), un morisco llamado Aben Valos, crio una labranza, protegida por una Atalaya, de nombre Santiago de Bencaliz, y más adelante n el camino, un tipo que debió ser valiente, toda vez que estaba muy cerca del territorio moro y cuyo nombre era Pedro Cervero, fundo una granja (Aldai) que aún se llaman la Cervera.
Cáceres, estaba protegido por una guarnición de Caballeros Leoneses, que tenían la misión de la vigilancia de los pasos por las sierras, reunidos con el monarca leones Fernando II, acordaron fundar una fraternidad Religioso-Militar, con el fin de defender la religión, la lucha contra los moros y la custodia de los caminos y a los peregrinos que se dirigían a la tumba del Apóstol Santiago, y cuyo Primer Maestro fue un Pedro Fernández, teniendo como casa-convento la actual iglesia cacerense de Santiago de los Caballeros, adoptaron como insignia una espada roja con el puño y los gavilanes floreados, insignia que llevaban cosido a su hábito blanco, y que en un principio se denominaron Fratres de Cáceres, pero a causa de su insignia fueron pronto conocidos como Hermanos de la Espada, y que andando el tiempo y una degollina se habrían de llamar Caballeros de la Orden Militar del Señor Santiago.
Más en esas andaban, cuando sucedió que el Califa Almohade Abu-Yà Qub, descontento con la situación creada en la vertiente Sur, ni con las treguas pactadas con los cristianos que, por causas de estas treguas se habían apoderado del total del territorio cacerense, y que los cristianos se habían enseñoreando de toda de toda la llanura meridional hasta las sierras, con lo que quedaba impedido el avance musulmán hasta la línea del Tajo, y quedando por otra parte una clara amenaza cristiana para Badajoz.
Y ocurrió que en el año de 1173, estas paces sin saber con rotundidad quien fue el culpable, lo mismo moros que cristianos se echaron las culpas mutuamente de la ruptura y del comienzo de las hostilidades; Hecho cierto era que, el Califa de los Almohades, no estaba contento con la situación, más según cuentan las cronistas Fernando II de León inició la lucha, con el pretexto de que Abu-Yà Qub, había firmado treguas con el sobreaño de Castilla Alfonso VIII, treguas estas que el de León interpreto como gesto poco amistoso, toda vez que podía indicar que se trataba de impedir que los caballeros Castellanos vinieran en auxilio del de León, en caso de guerra.
Alguna crónica habla de que fue Fernando II de León el que provoco al Califa Almohade, al raziar tierras que pertenecían al moro, por la parte de Andalucía, como represasila Abu-Yà Qub, dio comienzo a la guerra.
La cosa fue que en 1173, las aguerridas tropas de Abu-Y’a Qub, cruzó los puertos y subiendo por la antigua Vía Lata, ya llamada Vía Guinea, donde a cada poco encontraba resistencia por parte de los Caballeros de los Fratres de la Espada, y según parece el objetivo principal era apoderarse de Coria y de Alcántara, cuando se desvió hacia el Oeste, dejando a cargo a su lugarteniente Abu-Hafs Humar, que marchó sobre Cáceres, mientras el califa seguía la invasión por la línea del Tajo.
La tropa mora, salieron de Sevilla en agosto de 1173, cuando el Califa dejo al mando de la tropa a Abu-Hafs, este paso por Mérida para aprovisionarse de tropa y bagajes y impedimenta, llegando ante los muros de Cáceres a últimos de Septiembre primeros de Octubre, montado sitio, talaron los alrededores y se dedicaron ha hacer amagos de asalto, y vigilar que nadie ni nada saliera ni entrara de la villa cacerense, y ras seis meses de asedio en 10 de Marzo de 1174, tomó la villa por asalto, las temibles hordas almohades, hicieron una carnicería con todo el cristiano que le salia al paso, ya dominada la ciudad, los últimos defensores de la villa, junto con los cuarenta Caballeros de Los Fratres que quedaban con vida, se refugiaron en una de las torres defensivas, unos lo fijan en la de Bujaco, otros en la Atalaya Redonda que se adosó como Torre del Homenaje al palacio de Carvajal, el caso es, que en una de estas torres se produjo una degollina horrorosa con los defensores, cansados tal vez, de la resistencias que les había presentado los Caballeros de los Fratres durante su expansión por territorio cacerense. Estamos en 10 de marzo del año de 1174.
-Venga Chivario, siete cuentos, que ya esta la liebre, voceo la Eugenia, que cada cual coja un plato y marica el ultimo, y tu mañana sigues con la historia y Salud.
-Vamos, que es la ultima tirada, contestaron los de la partida de la rana, mientras sonaba el Clan, Clan, Clan, de los tejos resbalando por el cuello de la rana
(Fuentes Floriano Cumbreño-Guia)
Agustin Díaz Fernández
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