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¿QUE FUE DE HINS QAZRIX)

  • Foto del escritor: Llopis Ivorra-AgustinDiaz
    Llopis Ivorra-AgustinDiaz
  • 16 dic 2021
  • 8 Min. de lectura

¿QUE FUE DE HINS QAZRIX?

¿QUE FUE DEL CÁCERES ALMOHADE?

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

Un paseo en compañía de unas apreciadas amigas, que llevan acompañandome en estos paseos virtuales casi desde el principio del los tiempos Tuiteros.

@Hlr2906Hilary @IsabelFraca @EstrellaFlores9 @Anabell74Ana

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra y al estar preparando unas lentejas estofadas, al buscar pimentón para hacer el sofrito, acuden a mí los olores del cajón de las especias, y sin saber cómo ni porque me trasladan a la ciudad monumental de Cáceres, mi pensamiento vuela hacia atrás. muy hacia atrás aproximadamente 900 años atrás, y el pensamiento trata de ver y oler lo que pasaba y cocinaba en la ciudad almohade de Hins-Qzriz, mi imaginación trata de adentrarse por sus calles y de adivinar como fue aquella esplendida ciudad creada por los romanos 35 años A.C. e inventada por los árabes almohades (los que reconocen la unidad de dios) en árabe "Al-Muwahhidun", donde el bullicio de sus gentes sus mercados, los viajeros. los juegos y las risas de los niños el trabajo de los mayores, las luchas y guerras por el control de la ciudad o los cantos del almuecín llamando a la oración y unos ojos y una figura de mujer a medios adivinados entre las celosías de sus ventanas y balcones al retirarse precipitadamente al sentir en su mirada la mirada anónima de un transeúnte anónimo o no tan anónimo, dejando tras de si, un revuelo de sedas de velos, y de algodones de sus vestidos , el olor de los guisos y de los tenderetes de las especias traídas de ultramar.

De improvisto m encuentro admirando la fuente fría, otrora acuífero de gran importancia para el agua de boca de la ciudad, ( yo mismo iba a coger agua para beber a esa fuente, desde mi llopis ivorra, antes llamado el Carneril, por encontrarse en la finca así denominada, claro que yo soy muy antiguo ) fuente fría es su nombre, a la que se acede por la calleja de Mansaborá, nombre que otorgan algunos a la princesita mora que se enamoró del capitán de los cristianos y que le abrió las puertas de la ciudad, Mansaborá en realidad es nombre de calleja o callejón, sigo ya en la calle Mira al Rio, me impresiono con la presencia de la torre del baluarte de los Pozos o torre del gitano, torre albarrana de fábrica de adobe y planta cuadrada, custodiando el principal acuífero de la ciudad con la vista puesta al río que regaba las huertas, en una hondonada y sin percatarse de su existencia aparece la fuente del concejo o fuente del pueblo, donde hasta anteayer por la tarde se podía ver a las aguadoras de la ciudad recoger el precioso líquido para repartirlo por toda la urbe o a las lavanderas haciendo su colada, esperando la llegada de febrero para quemar a su pelele, y así, despedir al mal tiempo, pero sigo andando subiendo hacia el Santuario de la Montaña, para tratar de admirar desde alto la ciudad, esa subida donde diariamente acuden todos los gordos y gordas de la ciudad, y no me refiero a los o las que suben y bajan para perder peso, me refiero a esas gordas y gordos de carácter sombríos meapilas y rapavelas, más jamás se le ocurriría hablar de carnes a un gordo como yo.

Al pasar por San Marquino, ¡Oh casualidad me encuentro con mi amiga Isabel, que ha venido de Sevilla a probar unas migas Extremeñas para desayuno y un frite de cordero para el almuerzo, y bajaba de ver a la virgen de la montaña, por cierto que no es Cacereña ni Extremeña siquiera, que es Catalana, porque el ermitaño Paniagua la trajo desde tierras catalanas halla por 1.620, después de invitarla a una Mirinda con un pincho de morros con morcillas en el bar de Chan, salimos y en la tercera curva a partir de fuente fría, nos apartamos hacia el manojo de casas que nos contemplan desde arriba en el cerro, y desde allí, admiramos la muralla Almohade, con sus lienzos de adobe, también se divisa el arco del cristo o puerta del concejo, de fábrica de sillares romanos del siglo I, del romano tardío, la primera puerta de la ciudad, ya muy retocada y quiero imaginar como seria en la época almohade, sin duda ahora es muy fotogénica pero por aquel entonces debería ser todo un espectáculo, junto a esta y la muralla , cipreses, este árbol sinónimo de muerte, de miedos y supersticiones con el fin de la existencia, costumbre por otro lado de los antiguos Griegos, un ciprés por cada amigo desaparecido.




Desde esta atalaya natural, y sentado con calma ya que el día lo propicia y en uno de los bancos, señalo a Isabel el Cáceres actual, el Cáceres Medieval que es el que se observa con embobamiento por su belleza, El palacio de las Veletas , la torre del palacio de Diego Cáceres de Ovando o torre de la Cigüeñas, la torre de Sande, la torre de Cáceres - Andrade o de espaderos, las torres ochavadas del adarve del cristo y la de la Torremochada ambas albarranas del siglo XII , el palacio de los marqueses de Torreorgaz, sede del parador de turismo, y los campanarios de Santa María o San Mateos, siglos mezclados XII, XIII, XV , extasiados de tanta belleza, le sugiero que tome nota para cuando lleguen Hily y Ana que están en misa mayor en Santiago de los Caballeros iglesia extramuros, para después pasar a la plaza mayor a desayunarse con una tostada de cachuela ibérica, y como Hily conoce la ciudad de sus tiempos de estudiante visitar la plaza del Socorro con la puerta del mismo nombre ya desaparecida pegada a los restos de la muralla romana, y la puerta de Coria, la actual que la original hubo un regidor listo que la mandó derribar, dejo a Isabel en la espera de sus amigas y mientras me adentro en el barrio judío donde en pleno corazón y en la ermita de San Antonio me encuentro con Estrella que aunque vive lejos es paisana y conoce el paño , para que se embriague con los silencios del entorno de sus rincones y la paz del olivar de la judería, yo mientras sigo viajando con mi imaginación, sigo buscando y preguntándome ¿ que fue, donde está por qué no se ve, donde esta aquel Cáceres, aquel Al-Qazris Almohade, como siete siglos han podido desaparecer de un plumazo, como que no quedan vestigios de setecientas años de cultura, solo vemos edificios serios del siglo XV medievales, pero si nos fijamos todo tienen algo de las construcciones árabes, todo gira alrededor de un patio central, dando luminosidad y ventilación a los diversos pisos de altura, patios llenos de ventanas y huecos y que apenas estos se vislumbran en las fachadas, con sus patios y jardines en el interior y ventanas de arcos de herradura que admirar y arcos de ladrillo cocido, el Cáceres parece que comienza y en 1.942 tras la conquista de América, todo basado en principios del XV, pero no, Cáceres ya estaba aquí mucho antes, mucho tiempo antes, Cáceres ya era un pueblo culto, hasta que llegaron las tropas cristianas y lo devoraron como la marabunta devora todo lo que pilla, sembraron la ciudad de miedos de destrucción y de analfabetos , derribaron todo lo habido y lo por haber y se perdió en unas horas lo que había costado mas de siete siglos en florecer, el asesinato la lujuria, la pobreza y la miseria todo ello en nombre de una religión de fanáticos como es la cristiana tan fanáticos al menos como es la musulmana, decía que ningún vestigio, pero he mentido,nos quedan las torres almohades



 

Subiendo por la calle Cuesta de Aldana, calle llena de embrujo y misterio, justo al lado de la casa-palacio de esta familia que da nombre a la calle, se encuentra la única muestra de vivienda de la historia Almohade de la ciudad y cerca muy cerca, de donde debió de estar situada la gran Mezquita, en la iglesia de San Mateos, su ábside está orientado hacia la Meca y su campanario de hoy, feo donde los hubiera debió de ser el artesanado minarete desde donde cada salida y puesta del sol cantaba el almuecín llamando a la oración y en su plaza, la explanada de los rezos, el Palacio de las Veletas actual donde antes estaba emplazado el Alcázar del Kaib moro, con su aljibe que solo el justifica la cultura musulmana del agua, sin cuya presencia no se entendería las canalizaciones, jardines y huertos y espacios abiertos en esta tierra de clima tan extrema y la torre de las cigüeñas donde debió de estar el harén, la casa de las preferidas del kaib al mando de la ciudad, y junto a la gran Mezquita las madrazas para el estudio de sunnas, los eruditos de la religión que más exige, escuelas y mercados, y en el actual convento de las monjitas de san Pablo, los baños públicos, que según dicen tiene un gran aljibe y con un inscripción hebrea en su fachada, paradojas de lo que otrora fuera lugar de esparcimiento y relajación del pueblo musulmán, sea ahora convento de clausura.

Ya bajando por la calle Cuesta de la Compañía, para llegar a Santa María, y desde allí imaginar como seria la vida de callejuela enlazando con más callejuelas, llenas de vida de gente, ociosa o trabajadora en los puestos del mercado, haciendo regateos para cerrar sus negocios con una taza de té bajo los toldos del tenderete para protegerse de un sol de justicia como solo en Hins-Qazrix sabe hacer, los aguadores pregonando su refrescante mercancía y el olor de nuevo el olor me lleva a ensoñar con el olor de especias por sus calles, sus fabricas de alfombras para llevarlas a las tenerías, sus fábricas de cerámica y ladrillos de adobes hasta llegar a la muralla, no solo para proteger la ciudad de los ataques del exterior, si no también para perseverarse de los ataques internos.





Veinticuatro torres, veinticuatro nos cuenta el historiador que llego a tener la ciudad, imponentes albarranas de fabrica de adobe aprovechando los sillares romanos y de planta cuadrada u ochavada, siendo estas el preludio de la torre Sevillana del oro,la de Bujaco, la de la Yerba la de los hornos, son las más vistosas junto con la de los pozos, otras apenas entrevistas camufladas entre viviendas, todas incluidas en el lienzo de una muralla que rodeaba la ciudad y que la hacía prácticamente irreductible, y que si lo fue , solo es a causa de la traición que le abrió las puertas de la ciudad un aciago día de un 23 de abril al diablo para hacerla desaparecer y enviarla al infierno, casi del todo, o sin él casi.




Hins-Qazris , nunca fue un paraíso, Hins-Qazris fue una ciudad fronteriza de ida y vuelta , siempre asediada por propios y extraños, pero sigo pensando que setecientos años no pudieron desaparecer de un día para otro, y yo me pregunto y tendré que preguntar por si lo sabe a algún cronista local ¿dónde está la ciudad de Hins-Qazris, que fue de ella, por que desapareció sin dejar apenas rastro, ¿por qué esa enorme muralla y sus imponentes torres , si no había nada que guardar, ¿por qué dejaron esa única casa como muestra de la grandeza de una extraordinaria cultura, porque, porque , porqué, y donde está por que nos la robaron, porque estos malditos nos robaron tanta belleza como debía tener una impresionante ciudad.. ¡porque tengo la impresión paseando por sus calles de que los palacios y casas medievales que decoran y embellecen la ciudad son en realidad los palacios y casa de los Almohades, y que solo les echaron una capa de piedra encima para enterrar todo vestigio de belleza y la cultura y todo de setecientos años de historia , de bullicio, de colorido ,de alegría y de olores para dar paso a una ciudad triste, monumental, bella, pero fría en blanco y negro encerrada en su propia tristeza.



Me vuelvo a casa, llego cansado del viaje sin salir de mi cocina, mi imaginación se desborda en mis viajes a ninguna parte y sin punto de partida, pero ahora que lo pienso ¡Carajo si yo solo estaba preparando unas lentejas!, vaya si me dieron de si, ¡ya saben sean felices y no dejen de sonreír!

Agustin Díaz

 
 
 

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