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SANTA MARIA-CONCATEDRAL-CÁCERES

  • Foto del escritor: Llopis Ivorra-AgustinDiaz
    Llopis Ivorra-AgustinDiaz
  • 7 oct 2022
  • 6 Min. de lectura

SANTA MARIA-CÁCERES

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra

Primer templo intramuros de la villa cacerense, construido a raíz de la conquista de villa por Alfonso IX de León y Galicia, y tal vez este el motivo por que mantuvo la jerarquía como templo principal, al compás que iglesia mayor, haciendo de ella punto de convergencia de las vidas civiles y religiosas de una la población que comenzaba su andadura por Cáceres. Desde los primeros días de vigencias de sus jueces, su puerta daba cobijo y resguardados de las inclemencias del tiempo, tal vez por un porche, se reunían los oficiales de la villa y su campana, que fue durante mucho tiempo pregonera que llamaba al común de los vecinos convocándolos a Concejo.

Asegura el cronista que, la primitiva iglesia no fuera muy diferente de la que vemos actualmente, y según los datos que afirman que la obra no era mucho menor que la actual, más este templo sin dudas y según los especialistas se data entre finales del siglo XV y principios del XVI.

Dan por buena, la fecha de su construcción en los años posteriores a la conquista de la villa por los cristianos, dentro del segundo cuarto del siglo XIII, cuestión esta que al parecer no les ofrece dudas a los señores estudiosos del tema, y no por ser citada en los fueros como tal, sino por la existencia de datos según atribución cronológica.

En la fecha que se le supone su construcción, ya triunfaba el estilo gótico sobre el románico, por los que los expertos fijan que la iglesia fuera concebida con resabios del antiguo modo de construcción, y se construyera con el nuevo, no olvidemos que eran tiempos complejos, en esta tierra que no había posibilidad de contrastar las construcciones con otros modelos de una clase constructiva ni de otra, como se denota de su estructura y decoración.

Más dicen que lo mencionan el los fueros concedidos a la villa por el monarca Alfonso IX de León y Galicia en el año de 1230, pero como se puede imaginar, es imposible que la construyeran en un solo año, en el supuesto de que existiera otra Santa María anterior la actual, esta debió ser construida entre 1170 año que la ciudad cayó en manos de Fernando II de León, y 1174 en 10 de marzo, fecha que Abu-Y’a Qub, la recuperó de nuevo para el moro, lo que no parece probable, ya que conociendo el fanatismo religioso de los Almohades, Abu-Y’a Qub, no ordenara su derribo, por tanto lo más probable es que la iglesia se construyera entre los veinticinco años posteriores a su conquista definitiva



Las actuales puertas, se asemejan bastante a las originales, aunque son algo más moderna, y es posible que sustituyeran las primitivas en el muro de las antigua portadas, más románico aun que la que corresponde a los canes (cabeza de viga interior que carga en el muro y sobresale hacia el exterior) de sus tejaroces (pequeño tejado) y que es el recuerdo del trazado de las ventanas de la nave. La puerta principal, la que llaman del evangelio, con un gran arco abocinado, con molduras de baguetanes, amplio tímpano liso y con mainel interrumpido al cuatro por historiada con bichas tenantes al escudo, también de los Figueroa, la puerta que llaman de los Pies y lo mismo la del claustro, parecen gemelas por el estilo aunque varíen en los detalles, faltando n esta ultima el tejaroz sobre los canes, tan acentuados lo mismo en la Puerta del Evangelio como en la de los Pies.

Estas puertas tiene el detalle de que no se abren en los muros generales del cuerpo construido, si no en otros que avanzan sobre ellos a la manera de las puertas que se abren sobre los extremos de las naves de los cruceros, por todos estos detalles los expertos creen que a finales del siglo XIII, todo lo que es el cuerpo inferior de la iglesias estaba hecho, y que sin duda en la parte de la cabecera, el templo se cerraba con tres ábsides que quizás fueran redondos, que no extendían tanto como los actuales, tal vez por falta de recursos, y que fue provisionalmente cubierta seguramente con maderas con artesones transversales a uno por tranco, ya que parece acusarse en el exterior los antiguos apoyos, con la idea de voltear la bóveda tan pronto como fuere posible, y llego el día en que fue posible, y ya a mediados del siglo XV comienza la obra de ampliación de la cabecera, se abren las capillas absidiales, se forma el semi polígono del testero y haciendo el ochavado de la parte de las naves laterales por medio de trompas, que parece ser solución característica de las construcciones de la época.



Y así las cosas a comienzos del siglo XVI, quedó esta iglesia de planta rectangular terminada en la cabecera por un semi-poligono y dos capillas absidiales, esta dividida en tres naves separadas pilares en haz, que reciben arcos longitudinales apuntados, consta con seis tramos con los formeros* de medio punto (*los que soportan un tramo de Bóveda) de crucerías que multiplican sus nervios en el ábside, incurvándose a veces para formar puntos conopiales.

Corría el siglo XVI, más o menos por la mitad, cuando se hacen obras de reforma, de gran reforma, en la iglesia, donde se procede a derribar la escalera y el coro viejo, reconstruyéndolo de nuevo, y haciendo una escalera de caracol y ya por ultimo la torre del campanario.



Esta obra fue ejecutada en el año de 1554, por los maestros canteros Pedro de Ibarra y Pedro Gómez, acudiendo am concurso, donde además de estos dos, optaron a la obra los maestros Pedro de Marquina y Sancho Ortiz, siendo este último el encargado de realizar los trabajos, rematándose por un total de 400.000 maravedís, más en 13 de junio de 1544 Sancho Ortiz, traspasa a Pedro de Marquina la mitad de la obra, quedando esta concluida en el año de 1557, y ya n el año de 1558 Pedro de Marquina y Pedro Gómez, elevan la torre campanario.

El conjunto del retablo es muy lucido y vistoso, a lo que contribuye el no estar pintado, ni dorado, siendo el del color de la madera, que es pino de Flandes y cedro, esto permite apreciar en su totalidad y mejor su finísima factura y perfectos acabados, que en las molduras, relieves decorativos o grutescos que ornamentan frisos y columnas donde se adivinan la buena mano y la habilidad del tallador, tal como e las escenas, donde se puede apreciar el arte del escultor.



El retablo, obra de los escultores Ferrant y Roque de Bolduque, natural de Sevilla el primero de ellos, siendo el segundo flamenco de Bois le Duc, que lo contrataron con el mayordomo y diputados de la iglesia siendo el 20 de agosto del año de 1547, nos cuenta el cronista el detalle de que, figura en la escritura de contratación el tallado del retablo tal y como se puede apreciar actualmente, en ordenación y disposición, y se establecía que la obra fuere y donde conviniere, guarnecida y adornada como mejor se acomodara a tan singular obra de arte del románico, y siendo el plazo de ejecución de la obra de tres años y quedando el precio rematado en 1.600 ducados.

En este mismo año de 1547, siendo el día 5 de octubre, se autoriza a Sancho Carrasco, teniente de cura de Santa Maria, para que exija a los escultores que cumplan las cláusulas del contrato en el que se obligan a dar finanzas, consiente los escultores dando satisfacción a los diputados de la iglesia y se ponen a trabajar utilizando para taller el palacio Episcopal, tal fue el ritmo de trabajo que era del gusto de los patronos de la iglesia, y tanto que al llegar el mes de julio y en día 22 del año de 1548, año siguiente de haberles mandado el encargo, requieren a los escultores que los seis tableros que según contrato habían de ir rasos para ser pintados de pincel, sean de imaginería como todos los demás, aceptan el requerimiento los escultores, pero se ignora porque el maestro Guillen Ferrant no hace ningún trabajo en todas las historias de referencia, corriendo todas ellas a cargo de Roque de Bolduque, según consta en la escritura otorgada ante Cristóbal de Cabrera el dia 16 de marzo del año 1551 cuando se otorgó la carta de pago y el finiquito de toda la obra, que fue terminada en 1550, según consta en la capela en la parte inferior del guardapolvo de lado de la epístola sobre un angelito.



El retablo se inauguró el 2 de febrero de 1551, y de ello se hizo memoria en las inscripciones que sostienen dos ángeles en los remates de la derecha donde se lee:

M-EL MAG-SR GRR-DE SOLIS

Mayordomo- el magnífico- Gutiérrez de Solís-año de 1551.

El pavimento de este templo, es un mosaico de la heráldica cacerense que glosara los ejemplos con laudas antiquísimas y de magnificas tallas, entre las que destacan las de Galíndez y la de Gutiérrez de Solís.

Entre las joyas que contiene, es mucho interés la cruz procesional, labrada por el platero Juan de la Pedraza de plata dorada con esmeralda.

(Fuentes Floriano Cumbreño-Guia Cáceres)

(Muñoz SanPedro-Tierra)





Agustin Díaz Fernández)




 
 
 

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