SUPERTICIONES
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 30 sept 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 20 dic 2021
CREENCIAS SUPERTICIONES Y DEMAS
I
De siempre en esta tierra, digamos de gentes sencillas y simples, se mezclaron las supersticiones y creencias para todo lo relativo a la vida, enfermedades, suerte, mal de ojos y más de más.
Los hay que persiguen la suerte en las loterías, y en enriquecerse por este medio tan descansado, los hay que odian los números pares, otros tienen aversión a los terminados en cero, estos eligen los que tengan treses y sietes, por ser guarismos cabalísticos y de fortuna decidida, aquellos eligen porque tiene fe, en este o aquel múltiplo, y esos, que prueban combinaciones aritméticas, y en aquella época de la primitiva lotería se puso de moda la coplilla:
Si quieres que te toque
La lotería,
Duerme con el lotero
Si quiera un día.
Pero en tiempos de las quintas de los mozos para cumplir con la madre patria, para librar a los mozos de los destinos llamados malos, o incluso para llamar a quedar exentos, se cosía entre el forro de la chaqueta de los alistados una peseta, pero sin que el interesado lo sepa, de esto depende el éxito.
Cuando a uno se le caldea y enrojece la oreja derecha, puede dar por seguro que están hablando de él y nada bueno, y en este caso solo basta con que el interesado muerda la punta de un pañuelo, para que se muerda la lengua el que habla mal de él.
Las manchas blancas de las uñas, implican condición de embustero, ya que cada mancha indica una mentira reciente.
Si el cabello remata sobre la frente en forma de ángulo o pico, el sujeto en cuestión esta predestinado a la viudez.
Se recomiendan a los que sean creyentes, no salir de casa en ayunas, por si la primera persona que se encuentra sea un tuerto, pues están en la creencia que les haría un mal de ojo, ni de que al salir sea el primero en salir por el umbral el pie izquierdo, de esta guisa estaría expuesto a un tropezón.
Al concurrir a una banquete o celebración, hay gente que cuenta el número de comensales, y si por casualidad el numero recayese en el número trece, hay alguno que abandona el lugar, ya que es en la creencia corriente que de comer tal número de personas, una de ella morirá antes de que acabe el año.
El barrer las casas por las noches, es ahuyentar de ellas la felicidad.
y en el domicilio en que se llegue a romper un espejo, no tardara en ocurrir una desgracia, lo mismo dicen del derrame de aceite o el vuelco de un salero, pudiendo deshacer el primero diluyendo un poco de sal en agua y arrojándola a la calle, y que el segundo se neutraliza, tirándola hacia la espalda, por encima del hombro izquierdo.
A jaula nueva, pájaro muerto, dicen lo supersticiosos, aludiendo a la preocupación de que ha de morir al poco de ir a vivir a una casa de nueva construcción, un individuo de la familia que la estrena,
No se debe arrancarse las primeras canas, porque por cada una que te arranques, te saldrán siete.
El que de los relámpagos pretende leer su destino, observa si se cruzan el espacio de izquierda a derechas, es síntoma de buena señal, si de derecha hacia la izquierda, es muy mala.
El aullido de un perro en el silencio de la noche, junto a la casa de un enfermo, es presagio de muerte.
El coger una silla por la extremidad superior de uno de los largueros y hacer con ella molinetes, apoyadas en el palo delantero, se da por hecho que es precursor de desgracias. Al igual que si se hace girar con rapidez unas tijeras, sujetas con el dedo por uno de sus anillos.
La memoria es a veces un quebranto para la tranquilidad, cuando se vayan a casar, sepan de antemano cuál de los contrayentes ha de dar a la otra mitad un disgusto de dejarla en estado de viudez, y que, al terminar de velarlos, observad al sacristán o monaguillo: El cónyuge colocado al lado de la vela que aquel, apague primeramente, será el que antes deje este mundo, por eso los acólitos enterados de esto, juntas las dos velas apagándolas al mismo tiempo.
Hay, aun hoy día localidades en que los duelos por la muerte de una persona se hacen eternos, acuden los amigos de la familia del difunto, a acompañar a los dolientes durante las exequias, y aunque estas terminen, suelen permanecer en los asientos como si les hubiera clavados allí, sobre todo las mujeres, una hora tras otra, unas pensando en que hacer de comer al día siguiente, otras pensando que tal vez no apartaron el puchero al salir de casa de la lumbre, pro sin decirse al ser la primera que se levanta para marcharse, porque está la creencia que la primera que lo haga, será la primera en fallecer.
Para que una cosa salga mal, basta con echare una bendición con la mano izquierdas. Para un pie entumecido, o dormido, despierte, basta con hacer sobre él la señal de la cruz.
Para cuando una visita inoportuna y de esas pesadas, se duerme sobre la silla y se olvida de marcharse, se coloca una escoba tras la puerta de la habitación, donde se encuentre la visita, con el mango hacia abajo y la palma hacia arriba.
Es una generalidad en toda Extremadura el convencimiento, de que todos los compradores ambulantes de objetos de oro y plata, sobre todo si son portugueses, anuncian próxima lluvia, cuando los campos están necesitados de ella, cosa que son del aprecio de los labriegos, pero cuando aparecen tras una larga y dura invernada, son maldecidos por todos como los precursores de más agua, y los prejuicios que estas puedan ocasionar, legando a darse el caso en algunos lugares que los apedreaban.
El que se encuentra una herradura, en una calle o camino, se tiene que tener por afortunado, la herradura es un talismán que asegura una interminable dicha.
Hay quien tiene por verdad, que para criar una culebra, basta con introducir un cabello de mujer en agua clara, y tenerla a la luz de la luna los siete días que dura el plenilunio, la que provenga de un cabello rubio será inofensiva, pero el originado por un cabello negro, será venenosa y dañina,
(Supersticiones Extremeñas)

Agustin Díaz
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