UN PUEBLO QUE AGONIZA POR LOS CACIQUES
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 14 mar 2022
- 5 Min. de lectura
UN PUEBLO QUE AGONIZA
Un pueblo que agoniza por la mala administración de sus caciques y dictadores.
En 1886, tuvo logar en España la última manifestación del sufragio restringido y en 1923, se realizaban las últimas elecciones de la Monarquía. El resultado de estas elecciones se decidía independientemente de la voluntad del electorado, ya que los votos contaban poco, lo que si era verdaderamente fundamental era el acceso a la condición de candidato oficial, donde los primordial era contar con el calificativo de personal político adicto, adicto no a un determinado planteamiento o ideas, si no adicto al que ejercería el poder. Y así las cosas aparece en primer plano el caciquismo, caciquismo que ofrecía servicios, favores o dineros, a cambio de fidelidad, siendo su caldo de cultivo, las sociedades rurales atrasadas, de una mayor pobreza y que, cuyo desajuste se incrementaba todavía con el alto porcentaje de analfabetismo, era en estas sociedades donde el cacique ejercía más fuerza de presión y cuyo poder se acento más al reintroducirse el sufragio universal masculino en 1890, que hacía depender el resultado de la elección de los votantes, ya que, un hecho de tanta trascendencia no podía dejarse en manos de las masas inconscientes.
Buscando información para un trabajo que no viene al cuento, me encontré con esa joya, que paso a reproducir, fue publicada por el diario Hoy, en la década de los 90 por capítulos, con el nombre de La Historia de Extremadura.
Carta de un vecino
Casas de Palomero
Es una villa de la provincia de Cáceres, partido judicial de Hervás y distrito electoral de Hoyos, y que, está formada por la matriz y tres caseríos, y con un total de mil y seiscientos y cincuenta habitantes, produce aceite, vino, castañas y frutos diversos. Posee además otras condiciones que podrían desarrollar en sus habitantes una vida pacifica, de bienestar y salud envidiable.
El Caciquismo imperante en toda España, ha adquirido tales bríos en esta villa que convertido en dictadura sus representantes don Jacinto Santos, don Acacio Terrón, no hay justicia ni administración, más que sus insaciables apetitos, los hechos cantan.
En novecientos seis, que empezó a ejercer su dictadura don Jacinto Santos, cobró como alcalde cuatro mil pesetas por un camino vecinal y por recursos extraordinarios, hasta doce mil seiscientas ochenta y siete pesetas.
El camino no se hizo, y aquella cantidad que representaba el veinticinco por ciento y que unido al setenta y cinco por ciento que hubiera dado el estado para la construcción del camino vecinal desde el inmediato pueblo de Moheda a esta Villa supone un capital de cuarenta y ocho mil pesetas que han dejado de percibir los obreros. El pueblo que por no estar construido el camino tiene un perjuicio de más de diez mil pesetas, y ya han pasado siete años desde que debio terminarse.
Público y notorio es el ofrecimiento de una persona amante de esta localidad, para facilitar y adelantar el proyecto de construcción del camino vecinal y que ni por delicadeza fue contestado. Hay quien asegura por conocerlos bien de cerca que el Jacinto Santos y los íntimos que le siguen, predominan la idea de perjudicar a los vecinos, negándose a practicar el bien común alegrándose cuando ven sufrir a los demás procurando no dar nunca la cara, buscando otras personas para que ejecuten los que ellos piensan y dirigen. De ese conjunto de perversas ideas nació la Defensa, periódico local que, en vez de defender los intereses morales y materiales de esta Villa, se dedicó a difamar escandalosamente al peritisimo medico de esta Villa dotor don Víctor Sanchez Hoyos, y coaccionar, amenazar y atropellar a los vecinos que no se sometía a la soberbia y mandato de los caciques, los gastos del periódico y de la querella que origino tan desastrosa y criminal campaña, fueron pagadas con creces de los fondo municipales, , como se han pagado otros pelitos sostenidos en beneficio de los caciques o sus parientes, ocurrió según referencias que merecen créditos, que para decidirse el entonces secretario, alma de la redacción del periódico, recurrió de los tres cuñados un contrato en el que se obligaban a darle un sueldo de mil quinientas pesetas cada año de los que estuviese desterrado y si el muriese se lo dieran a su viuda e hijos, falleció el secretario y el sueldo que debían pagar los tes cuñados, lo está pagando el pueblo.
En donde se ve patente su mala intención de sangrar el bolsillo de los vecinos para pagar servicios particulares, suyo es el contrato que hicieron con do Mariano Pizarro, obligándose a pagarle de su bolsillo particular su tío Acacio Terrón y el reducido numero de amigos que le siguen, este como alcalde se apodera de los fondos de la titular y se los entrega a su sobrino Sr. Pizarro, abusando de su autoridad, se apodera de los fondos de la recaudación de pastos e iguales, que pagan los vecinos por los servicios facultativos prestados por don Víctor Sánchez, según contrato, las pesetas que le sobran de pagar el servicio particular suyo, se las guarda para su negocio y no se las da a su verdadero dueño, que es don Víctor Sánchez, y pretende que los vecinos volvamos a pagar.
Publico es, que valiéndose de un acta falsa nombraron una comisión y recaudador insolvente a Mariano Diosdado, a quien para tenerle bien cogido y que no diga verdad cuando se le llame a declarar, le tiene escriturado Acacio Terrón las pocas viñas que poseía.
Su incesante labor de destrucción, empobrecimiento de este sufrido vecindario, no ha sido bastante a saciar los taimados intentos del dictador Jacinto Santos en unión de su cuñado Acacio Terrón, los que continúan aumentando los insoportables recursos extraordinarios.
En 1 de enero de 1914, habia un sobrante de depositaria de tes mil ciento setenta y una pesetas, y en lugar de aliviar a los vecinos les cobraron por recargos extraordinarios hasta mil ochocientas veinte pesetas. En 1915, cobraron además a los vecinos cuatro mil seiscientas treinta y cuatro pesetas, y en 1916 cinco mil cuatrocientas cuarenta y una peseta, en 1917 mil setecientas setenta y tres pesetas, haciendo un total de veinte y una mil quinientas treinta y ocho pesetas, sin contar las diez y ocho mil seiscientas noventa y seis pesetas noventa pesetas que deben a don Víctor Sánchez Hoyos, por los servicios facultativos prestados a los vecinos de esta villa y sus anejos que estos ha pasado hasta con recargo, y este Alcalde sin dar cuenta de su inversión, y aquí tan fresco, amenazando y coaccionando a los vecinos que no se doblegan a su voluntad o a la de su referido cuñado. No atienden a las reclamaciones de los vecinos y cuando estos se hacen a la superioridad o denuncian los delitos que cometen por aprovecharse hábilmente de los ajeno contra la voluntad de sus dueños, entonces salen de viaje, el Jacinto y Acacio, que la volver con su sequito se jactan de decir que no dará resultado, por que ellos todo lo pueden con la palanca de plata y con la influencia del diputado. Que para ellos no hay gobernador que les obligue a pagar, ni fiscal que los acuse, ni juez que le procese, ni tribunal que los condene.
Excmo. Sr. Conde de la Casa Valencia, diputado en cortes por Hoyos, V.E, que esta bueno, tan noble, tan distinguido caballero, ignorará como emplean su influencia los dictadores de esta localidad, con gravísimos perjuicios a los vecinos. Sepa sr, diputado que estos llamados jefes locales, comen y beben juntos con el jefe contrario, no tienen otra política más que la de su provecho particular, engañando a V.E. y perjudicando a los vecinos que, extenuados por tanta sangría metálica a costa de tanta farsa, han empezado a unirse pidiendo moralidad, justicia, buena administración, cuentas exactas, castigo de los culpables y devolución de lo que hayan cobrado de más.
Casar de Palomero mayo de 1917
Un vecino.

(Fuente Historia de Extremadura-Diario Hoy)

Agustin Díaz
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