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POR UN PUÑADO DE BELLOTAS

  • Foto del escritor: Llopis Ivorra-AgustinDiaz
    Llopis Ivorra-AgustinDiaz
  • 29 mar 2020
  • 8 Min. de lectura

Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra.

Ya habían pasado algunos años, muchos se podría decir si es que la barbarie se puede medir en tiempo, más cuando la barbarie es fratricida, muchos años de pagar deudas que nadie contrajo al menos conscientemente, de los que perdieron la partida que sin saber jugar se vieron obligados a participar en ella, unos por sus ideales, otros por convicciones, aquellos por defender la legalidad, esos otros en nombre de una patria que nadie les había pedido defendieran, una bandera y un dios , como si cada uno de nosotros no tuviéramos nuestra bandera y nuestro dios propio , los más por miedos, la mayoría por salvar el pellejo sin darse cuenta de que ganara quien ganara el pellejo ya lo tenían hipotecado , el caso es que todos estuvieron obligados a jugar, unos como pones otros como reyes los de siempre. A los que no les importaba el número de peones a sacrificar en aquella macabra partida.

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En apenas tres años aquel terrorífico juego dejo al menos 600.000 muertos, por la mezcolanza de patrias, banderas, religión para y en su nombre sembrar la noche en tierra Española, noche eterna que tuvieron que pasar cuarenta años con sus días para empezar a clarear y en la que todavía está en la penumbra del alba , de esas muertes 300.000 fueron en combate, 200.000 ejecutados , 50.000 por parte de los republicanos y 6.800 curas, por los fascistas 130-140.000 ejecutados ,hasta los años 50 la represión de franco se llevó entre 30-40.000 personas 2173 guerrilleros del maquis y 300 de las fuerzas armadas en la represión contra estos , más un numero enorme de desaparecidos , víctimas de la barbarie también fueron los familiares de todo desafecto al régimen del caudillo, ¡ malditos sean todo los que en nombre de una religión y una bandera siembran el terror .

.Ya no se vivía en los pueblos de Extremadura asaltos del maquis , en 1.946 habían caídos abatidos José Monge “ Francés “ , Jesús Gómez Recio “ Qincoces” ,y José Monge Jaramago “chato de Malcocinado “ , por su parte Joaquín Ventas Cintas “ Chaquetalarga” había conseguido pasar a Francia, siendo los guerrilleros del maquis más significativo, en 1949, fue detenido el jefe de la 31 división “ el Bellotas” siendo fusilado en 1.950 dando así por terminado el maquis en Extremadura, aunque para ello tuvieron que sembrar el pánico en toda la región el loco de Gómez Canto , teniente coronel de la guardia civil que ajusticio a 28 peonas por no querer delatar a los suyos provenientes de los pueblos de Cañamero y Logrosán, 24 en Alía, y un cabo y dos números de la Guardia Civil , según el no habían actuado con el valor suficiente cuando la partida del “Francés” ocupo el pueblo, , aunque desmantelado en infraestructura , algún golpe aislado se tuvo conocimiento que en algún pueblo que otro , lo que permitía que algunos no durmieran por por lo de las conciencias tranquilas , aun se respiraba cierta la desconfianza en aquel pueblo de…


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Corrían los últimos años de la cincuentena del siglo pasado, más o menos a principado el mes de Junio de aquel 1.956, llegaron a la plaza de aquel pueblo de la provincia de Cáceres, pueblo de entresierras, incomunicado o casi y que mal vivía de la escasa ganadería y de la poca agricultura, venían de ningún sitio y con destino a ningún lugar pretendido, viendo llegar un día nuevo y mirando cómo se marchaba el antiguo ,con todo los enseres y propiedades a cuestas, buscando sobrevivir en aquella mísera España que aún respiraba con cada en bocanada el hedor a muerte . Aunque había pasado tiempo, todavía corría el veneno del odio y venganzas , oliendo a miedos o a represalia los unos, ser represaliados los otros, a desconfianzas los unos de los otros, vecinos, familias, amigos , todos contra todos que fue la manera más eficaz de sembrar el terror , todos vigilados por todos , como un gran hermano pendientes de quien denunciaría a quien ,miedos los que perdieron y los que ganaron , porque estos sabían que los otros era consiente de quien habían ajusticiado a los suyos, todavía se apreciaba el miedo en los habitantes de aquel pueblo , que tenían que convivir y mirar a la cara a aquellos que habían delatado a su familia, una de las causas era que el maquis no hacía mucho había puesto en jaque a aquel pueblo al ocuparlo durante dos noches y un día, solo vinieron a buscar provisiones de boca y algo de munición y de paso llevarse a dos caciques y un soplón que habían segado la vida de no pocos jóvenes de la localidad y sembrado el terror en el resto , no tuvieron suerte alguien puso en aviso a los caciques y solo cogieron al soplón escondido en una cochinera,al día siguiente de su marcha se presentaron en el pueblo una escuadra de falangistas , se cobraron en porcentaje diez por uno elegidos al azar, cortaron el cero el pelo de algunas mujeres las atracaron de aceite de ricino y l para mayor escarnio las pasearon desnudas en un carro tirados por bueyes , por la plaza del pueblo, antes mayor ahora del caudillo, a plena luz del día a la vista de todos, para mayo vergüenzas de todos disfrutando de inculcar miedos de muertos.

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En aquella plaza , aquel hombre con sus pertenencias a cuestas su mujer y cuatro hijos, dos apenas adolescentes , dos apenas destetaos, en misión de trabajo , en aquellos años estaba todo por hacer solo campaba la miseria y la hambruna, lo primero era presentarse a las autoridades locales , credenciales, cedulas, certificados , autorizaciones , salvoconductos, todos en regla, todos debidamente sellado y formalizado, todo en orden , el mosqueo empezó con el cabo de la guardia civil al contactar la célula para manejar explosivos junto con un documento que ponía en duda su afección al régimen , venia cosido con hilo blanco a otro que le autorizaba como trabajo esencial., al punto el cabo paso el informe al alcalde y jefe local de falange a la sazón, el cual ordeno atar en corto al forastero mientras se pedían referencias a la capital, como le había pedido permiso para contratar gente para la obra que tenía el encargo de realizar, confeccionaron una lista dejando fuera a los desafectos , esos eran el enemigo y al enemigo ni agua, demás era que los permitían vivir o malvivir en el mismo pueblo, empezaron por no autorizarle arrendar una vivienda para él y su familia , ni coger una habitación en la única fonda del pueblo, para ponerle en sus sitio y que se enterara quien mandaba, lo enviaron al hombre ,su mujer y sus cuatro hijos a cobijarse en la caseta que para limpieza y mantenimiento de carreteras y cunetas , servía además para vivienda del peón caminero ubicadas a cada legua unas de otras , y que distaba casi media del pueblo, el peón caminero, hombre tosco , los acogió con resignación viendo que era un superior y por tanto casi compañeros de trabajo y más con documentos oficiales y ordenes de la autoridad les presto un rincón, en el salón , comedor , cocina y dormitorio que era en lo que consistía la caseta, aparte de un anexo para los animales con más acomodo que las personas en si en sí, le ofreció un rincón y rancho conjunto, el con su mujer ocupaba otro rincón ,el hijo había caído en el frente de Belchite en el bando nacional, la hija desde el principio de la guerra no tenían noticias de ella, la vieron por última vez desapareciendo dentro de un Citroën de un mandamás de la falange de la capital que pasaba por el pueblo de inspección, allí tendieron los jergones en el suelo, colocaron los pocos enseres de su propiedad y colgaron una cortina que les daba una falsa intimidad, como era anochecido cuando terminaron , tras despachar un trozo de tocino con un mendrugo de pan se echaron a dormir , sin pensar en el futuro , el futuro era el día a día y mañana era otro día.

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Recién amanecido y tras compartir un tazón de café negro con el caminero y su señor, amargo ,el azúcar era cosa de estraperlo y todavía no había confianza , migado con pan duro, salió en busca de su negociado no sin llevare las recomendaciones y precauciones de su casero , corrían malos tiempos para la gente decente, se encontró en la plaza del pueblo , plaza mayor antes, ahora del Caudillo por la gracia de dios que hasta vino el Sr. Obispo a bendecir la placa que pusieron en la esquina que va dese el casino del pueblo al camino de la dehesa boyal , casino donde se juntaban todas las gentes desocupadas del pueblo, que era mucha y joven, a esperar en su desesperación si caía algo de faena para echar sustancia al puchero diario, estando en plena contratación , concertado jornales e invitando tragos de aguardientes sintiendo la alegría de la gente al ser contratada en la obra de la carretera nueva que significaba al menos dos años de comer a diario, hicieron acto de presencia alcalde y el cabo de la guardia civil con una lista con los hombres que podía o no podía contratar , al decir que ya había contratado a gente suficiente y que gracias, al alcalde le dijo que no había entendido que no se trataba de una recomendación se trataba de una orden , en ese mismo momento se dio cuenta de lo que estaba en juego , los que habían ganado Aquella guerra cruel se habían ganado el derecho de dejar vivir a quien ellos quisieran .

Había recibido varios avisos en los dos meses que hacía que habían llegado , casi anónimos unos, otros susurrados a medias , otros dejados caer entre dos conversaciones, los mas a voz en grito, incluso presentándose en el puesto de trabajo , llevándolo a dormir al cuartelillo sin ninguna acusación o para ser preguntado por conversaciones que ni había escuchado ni tenía interés en escucharlas , hasta lo detuvieron en alguna ocasión por que no cuadraban los estadillos de uso de cartuchos de dinamita por que los escondía para saber que uso darle decían entre risas y miedos, y entre detención e interrogatorios el consejo siempre era el mismo, despide a estos que te decimos y todo acabara, pero el hombre los había conocido, había visto en sus ojos la mirada de la miseria al hambre y desesperación y era el incapaz de ser cómplice de otra atrocidad , había visto a hombres apaleados por coger un puñado de bellotas, bellotas que se estaban pudiendo en los suelos de las dehesas.

Daba las boqueadas aquel verano ya estaba en puerta el de San Miguel, lejos quedaba aquel mediodía que se llegaron a la plaza de aquel pueblo, plaza mayor antes, ahora del Caudillo, los chiquillos en la escuela, la mujer a sus quehaceres el a su trabajo, todo parecía ir normal dentro de aquella engañosa normalidad que al menos les permitía seguir viviendo el día a día, dormían o al menos descansaban en sus jergones apostados en el rincón de la caseta cuando escucharon ruidos procedentes de la puerta de la caseta , era tarde o temprano aún , todavía la clara de la madrugada estaba por llegar, al abrir se encontró con el cabo y dos números de los beneméritos, ordenando a gritos que salieron todos , no se adivinaban los ostros en la oscuridad pero si el hedor a aguardientes matahombres que habían ingerido en gran cantidad para infundirles un falso valor, a aguardiente y a miedos olía aquella madrugada, hicieron saca de toda la familia y les obligaron a hacer el paseíllo hasta un desmonte al pie de cuneta que formaron pelotón de fusilamiento .



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Han pasado los años,muchos años, y todavía vagan por los campos, pueblos y cunetas de la madre patria los fantasmas de los inocentes.

Agustín Díaz.

 
 
 

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