LA OTRA HISTORIA DE LA CASA DEL SOL
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 6 nov 2017
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 7 jul 2021
LA CASA DEL SOL O DE LOS SOLIS CACERES
26.12.2014 21:23
Desde mi llopis Ivorra, y dado el tiempo libre que por causas ajenas a mi voluntad disfruto, si es que las cosas que vienen en contra de tu voluntad se pueden disfrutar, claro que las cosas que se me ocurren tampoco es que sean muy normales o eso creo yo, imagino que a los seis millones de parados nos pasara lo mismo en la espera de tiempos mejores…. Hoy vamos a hacer un relato de historia, si, si de historia no se rían y más concretamente de la historia de una familia y una casa, la de los Solís y su casa del Sol… aquí se la presento

Algunos paisanos, me dicen que nunca escribo ni opino ni comento nada en mi blog de política, a decir verdad, me da pereza y no es por nada particular, pero el 95% de los
blog están dedicados a eso a la política, el 4% a historia, viajes y cultura, el 1% restante a tonterías como el mío, pero eso si en el mío las tonterías son mías y no plagio a nadie, claro que tampoco nadie estará tentado a plagiarme a mí, y quisiera daros las gracias a los visitantes y los comentarios que me enviáis, gracias de corazón.
La historia de hoy viene propiciada a que una niña de nueve años preguntona y enreda, ya sea porque me explayo en las contestaciones sobre lo que me pregunta por qué me enrollo o por que la aburro con mis historias, el caso es que memoriza mis contraseñas y me piratea mis apuntes , espero que no me cuse de copiarla encima.
Es curioso cómo somos los humanos, nacidos de la misma madre y que diferentes unos de otros y no solamente por fuera si no por dentro también en pensamiento y alma, muy diferentes si, existe un pueblo muy cerquita de Cáceres donde dentro de la misma familia los hay morenos muy morenos y colorados del color del óxido de hierros olvidados, hermanos de la misma madre y nacidos en la misma casa, y sin que nada tenga que ver cierto cura de este color que llego al pueblo en los años de la emigración de los hombres a Alemania, década de los sesenta y setenta, ni que en un pueblo cercano al embalse del Tajo subiera el promedio de altura del 1,60 m, a el 1,80 m, desde que se construyó el pantano y trajeron para esto a unos cuantos de Alemanes cabezas cuadradas en la España de la desnutrición y la hambruna de Franco, o de los años de la emigración que las mujeres Españolas tardaban un año en parir esperando a que sus maridos pudieran venir de vacaciones desde Alemania o Suiza, a reconocer al niño bautizarlo y hasta el año que viene a reconocer a otro nuevo hijo, que mujeres de entereza que mujeres más anegadas un año duraba el parto, nacieron algunos niños por entonces que no se parecen en nada a la familia y si se parecen al cartero o al que repartía del pan , pero esto no tiene nada que ver, aunque conozcamos casos así, ¡ Ay señor señor que cosas, siempre existe diferencias por mucho hermano que se sea, que le vamos a hacer pero hoy vamos con la historia pura y dura..
Ubicada en la calle Callejón de la Monja y a espaldas de la Iglesia de San Mateos, otrora gran Mezquita de la que no queda ni una sola piedra ni un solo documento por aquello de destruir todo lo que se conquistaba y el odio a la cultura, nos encontramos con la casa del Sol o de los Solís, por ser su fundador el de la casa y el de la familia, D. Miguel de Solís y Ovando, casa-fuerte solariega del siglo XV y arreglada en el XVI, hasta aquí la historia, ahora vamos a por la realidad.
Cuentan las malas lenguas que el fundador de la familia ganó título de nobleza y dineros a espuertas sirviendo de correveidile de señores de alcurnia, y que el pelotazo mayor lo consiguió al llevar un recado de Cáceres a Valladolid a la Reina Isabel la I de las castellanas, donde le daba cuenta de las traiciones de los nobles de la ciudad en su contra, y que este recorrido lo hizo en una sola jornada,( no sé yo pero distaran cuatrocientos kilómetros hoy en día, pero al lio,) recibiendo como recompensa títulos y terrenos, los cuales empleó en la edificación de la casa familiar, mientras el tío Solís iba acaparando títulos y dineros, casose el buen hombre con una muchacha muy limpia y muy de su casa poco amiga de cotilleos y de muy buena familia de nombre Isabel de Solís y de Ovando, por aquellos tiempos todas se llamaban igual que los maridos, seria para ahorrar tinta , chica responsable de misa diaria y poco gastosa, era muy de ir a comprar al mercadillo, ( tres bragas un leuro ), tuvieron dos hijos no encuentro los nombres, así que lo llamares X y Z o mejor no les llamaremos de ninguna manera, bueno los llamaremos así.
El mayor de dos los el llamado X era un portento de chico, listo obediente nunca daba disgusto a sus padres, estudioso , cariñoso todo lo que ganaba lo entregaba en la casa, y no se quedaba ni con una peseta para ir a comprar raspaduras de pan de ángel a sus vecinas las monjitas de las claras, que no están lejos de su casa es más, los sábados iba al cine Norba a la sesión de familia que le costaba más barato y allí echaba la tarde, los domingo su padre le daba 5 euros y se iba a tomar una caña a el bar el Pato a la Plaza mayor con una muchacha que le hablaba del llopis Ivorra, guapa muchacha y también muy limpita de familia acomodada, hasta iba a por agua a la fuente del concejo para que la mama, la señora Isabel cociera los garbanzos, el padre el tío Solís que solía frecuentar la taberna del Manso y comerse unas morcillas cocidas especialidad de la casa y juntarse allí con sus amigotes a echar un rato de tertulia y unos vinitos y viendo que todos se hacían lenguas de carácter dulce de su hijo, y que nunca daba disgustos en casa, decidió llamar al maestro cantero y modificar el escudo familiar , (Sol con rayos mordidos ocho cabezas de serpientes y yelmo ) y esculpir la cara de este en medio de la`puerta de entrada, he aquí el es escudo.

Pero ¡ Ay amigos, la felicidad de la familia no podía ser completa, el segundo hijo el llamado Z, mal bicho, siempre guerreando por ahí, andando con muchachas de esas que fuman y trabajan en locales con música y bombillas de color rojo y ligeras de ropa, cuando tenía un rato se iba a la taberna de la “Colora” y se gastaba el dinero en cartas, domino y pistolas de vino, les gustaba correr a los gatos y cazar pajarillos en la ribera del Marco para luego venderlos a los bares, al Leoncio o al Lidia, todos los días el padre andaba a la gresca con el por su comportamiento pero no había forma, ni iba a las escuela ni a misa ni daba los buenos días cuando se encontraba con gente por la calle, fíjense si era malo que hasta iba a comprar a las monjitas raspaduras de dulces y cuando le ponían en el torno el cucurucho los cogía y salía corriendo sin dejar el dinero, al tío Solís y a la señora Isabel, los traía de cabeza y hasta pensaron mandarlo a trabajar a la construcción a ver si así cedían mal bicho vamos, hasta tiraba de las trenzas a las niñas del colegio de las monjitas Trinitarias cuando las sacaban de excursión. Cuando vio la cara de su hermano en el escudo de la familia monto tal bulla que hasta los del barrio judío corrieron a esconderse en sus casas temiendo alguna tragedia, por la intervención del obispo Galarza se llegó al acuerdo que esculpirían también la cara de este hijo, pero que lo colocarían en un costado de la casa, la zona que da al Callejón de la Monja, y como con el otro el maestro cantero reflejo la cara del hijo malvado. Sin se fijan bien en los dos escudos pueden apreciar la cara del bien y del mal.

Esta es la historia real de la casa y de la familia Solís o del Sol, los historiadores dirán que la historia que cuento es pura invención, y que la realidad fue otra, y digo yo ellos que saben y por qué iban a tener razón y no yo, vengan por ahí hombre, dirán que la realidad fue que D. Michel de Solís y Ovando, fue virrey de las Indias, que no tuvo dos hijos si no que un hijo y una hija que encargo la construcción de la casa y que murió antes de ocuparla ni siquiera la vio ni él ni su mujer e hijos, dirán que murió cuando se trasladaba de filipinas a Europa y que en los papeles dejo dicho que la familia se trasladara a Cáceres si el moría y que no le hicieron ni puto caso y se volvieron a América, dirán muchas cosas y que, que se creerán solo por haber estudiado cuatro papales viejo, háganme caso a mí, que para eso soy del Llopis Ivorra .En la actualidad la casa del Sol guarda documentación de América y Filipinas, custodiados por los padres de la preciosa sangre.

@agustinbotines
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