CASA DE LA MADRE-CÁCERES
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 1 sept
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CASA DE LA MADRE
CÁCERES
Crónica desde la Ronda de la Pizarra.
Francisco de Godoy Y Rosario
su nacimiento fue entre 1.505-1.506. Abandono su patria chica, en 1.527, en una de aquellas bandadas de aquellos de extremeños que con frecuencia navegaban de las costas españolas a suelo americano. Participó de las empresas más comprometidas que se abordaron en el imperio Inca, y siempre se contó, entre los favoritos de la fortuna, ejecutó una marcha estratégica y altamente meritoria al frente de un escuadrón de caballería, desde la ciudad de San Miguel de Piura a la Ciudad de los Reyes, en socorro de Hernando y Gonzalo Pizarro, acosado a vanguardia y retaguardia por miles de indios de una extensión de veinte leguas. También estaba en la batalla de Salinas contra Diego de Almagro.
Fue Godoy uno de los integrantes del famoso trío de primos hermanos cacereños en la conquista de Perú, siendo Lorenzo de Aldana y Perálvarez Holguín, los otros dos, ya que las madres de Godoy y de Holguín eran hermanas del padre de Aldana. Pasó Godoy a la provincia de Jauja, donde fundó un pueblo, y luego estuvo en la conquista del Cuzco, capital del imperio inca. Cuando Pizarro fundó la ciudad de Lima, le dio repartimiento, con lo que pudo edificar una casa para su morada, dejando aquél a Godoy por teniente general de la ciudad en diversas ocasiones en que tuvo que salir a combatir a los indios.
. Encontró un tesoro en el templo de un dios indígena, y a diferencia de otros conquistadores que resolvieron quedarse para siempre en las Indias, Francisco de Godoy en todo momento decidió regresar a Cáceres, para lo cual iba enviando remesas de dinero a su primo hermano Álvaro de Aldana con la finalidad de que le fuera comprando tierras y rentas en Cáceres. Sirvió este palacio, en los últimos tiempos, para Casa de Maternidad, y, anteriormente, sería, “casino de señores”, bajo el nombre pomposo de Círculo de la Concordia. Igualmente hubo de ser hospital de guerra.
(fuente Publio Hurtado-Indianos)
Más no confundir a este Francisco de Godoy, con un tal Manolo de Godoy, el primero emigró al Perú, y haciendo horas extras consiguió ahorrar unas perrinas para hacerse su casa en la villa cacerense, el otro, Manolo, aunque parientes por linaje, este último y según las crónicas hizo su fortuna bajando las bragas a doña María Luisa de Parma, reina consorte de Carlos IV, “El Cazador” aunque jamás cazó un espécimen con una cornamenta tan grande y poblada como la suya, pero esto, esto, es otra historia.
Andaba yo cierta tarde una mes de junio, pasando a limpio lo que había hecho por la mañana, ósea nada, cuando me vino a la mente que tenía pendiente hacer un estudio de las lunas para saber cuándo echar huevos a la culeca, para que salieran más poyos que pollitas, y rebuscando entre papeles viejos, encontré unos apuntes sobre ciertas noticias que no ha mucho tiempo corrieron por la villa cacerense, tiempos en los que me dedicaba a la farándula, tiempos en fin en los que todo eran golpecito en la espalda y todo risas, parabienes y cuentos sin acabar, ahora, ahora sin embargo esos mismos que te debieron al pasar te miran raro, tan extraño como mira un cura cogido en falta en un burdel, pero esto también es otra historia.
Aquellos apuntes me señalaron una historia que quise contar, y que como otras muchas se quedaron en el limbo, o mejor en el olvido, estos apuntes indicaban una mirada hacia aquellos niños robados de los años de la posguerra en la Casa de la Madre en la antigua villa cacereña y de adopciones ilegales que haberlas hubo, aunque las denuncias presentadas se quedaron archivadas por faltas de pruebas, claro cojones que, pruebas iban a existir tras cuarenta años de hacer lo que les salía de los huevos, esta casa, la de la madre es la que estaba ubicada en el solar que elevó don Francisco de Godoy en el siglo XVI, y que la adecuaron como paridera en los años de 1943 y cuyos servicios duraron hasta 1973. Ruego perdonen mi lenguaje, no doy más de sí, y de no tampoco.
Y como se puede comprobar denuncias por niños robados, adaptados ilegalmente, desaparecidos, las hubo, más ninguna tuvo mayor recorrido, a pesar de haber sido señalado en muchas ocasiones esta casa de la Madre como sede donde se perpetuaban estas aberraciones, como ejemplo:
Creada por el Auxilio Social de la dictadura franquista, aquí nacieron más de 25.000 cacereños y en el año 2011 fue foco de la actualidad por el caso de los niños robados. Hoy, todas las causas que se abrieron están archivadas
Se sospecha que la Casa de la Madre fue utilizada como uno de los centros donde se llevaron a cabo las adopciones ilegales de bebés. De hecho, algunos testimonios indican que el Palacio de Godoy fue usado como lugar de acogida temporal para los niños antes de que fueran entregados en adopción.
Uno de los testimonios más terribles fue el de María Jesús Luceño, que buscó a dos hermanos en la Casa de la Madre, uno nacido el 6 de enero de 1956, y otro el 31 de marzo de 1957. «Mi madre preguntó por qué se le morían los niños si habían nacido bien. Le dijeron que porque ella tenía algo en la sangre que impedía que siguieran con vida; pero yo nací en 1959 y otra hermana que tengo en 1964.
Otro de los casos estremecedores fue el nacimiento de un bebé en marzo de 1965. La madre, una mujer de Coria, tuvo gemelos. Le dijeron que uno había nacido muerto. La hija fue la que denunció los hechos. Entonces narró que en esa misma casa había ingresado la mujer de un guardia civil, en un principio muy apenada y que al poco tiempo salió con un bebé en brazos, algo que les resultó sorprendente-
(Periódico Extremadura-21 marzo 2023-Casa de la Madre)
“pero hubo en sucedido que la cambio toda su vida, la que conocía, la que jamás llegó a sospechar ni remotamente, Julia aquel día se dio cuenta que u vida había sido en engaño, que había vivido en la ignorancia, la claridad le vino al producirse un hecho luctuoso en la persona de la que hasta ese mismo día la creía madre durante 62 años, y que un pelín antes del óbito, y ya recibido el viatico, y con motivo de que su alma pecadora descansara en paz decidido relevarle en mejor secreto guardado de su vida, ya con un los últimas momentos de su vida hizo llamar a su hija y contarle-
“Veras Julia, tu no eres mi hija, tampoco te llamas Julia, fuiestes recogida de la casa de la madre, apenas recién nacida, hace 62 años para unos, para otros 60, debió ser según mis cuentas allá por el año de 1962.
Por esta época seria cuando, un señorito de los de casa principal en Cáceres y que me solía visitar, me dio un boleto ordenándome pasara por la Casa de la Madre a recoger a una recién nacida, y que te cuidara y criara como si la hubiera parido yo, y ni se le ocurriera enseñarle el oficio, que el proveería, en el boleto le indicaba razón de la neonata, día y hora que debía ir a recoger a la criatura, solo bastaba enseñar el recibo a la responsable y alguien le estaría esperando, y para todos los efectos, él, el señorito le pasaría unos dineros y vivieres para la buena crianza de la niña, y para cerrar el trato le pasó a la firma un documento donde se especificaba que jamás revelaría el nombre del padre ni la filiación de la madre, bajo severa consecuencias para ella, caería sobre ella y la niña todo el peso de la ley esto le hizo firmar ante un señor muy serio.
Ni decir tiene que, el caballero en cuestión no volvió a pisar la casa de la señora que adoptó la niña, y eso que era muy asiduo de visitar a la señora o a sus pupilas, más los meses trascurrían sin detenerse, los dineros fluían las viandas también, al igual que los productos de aseo para la niña, todo bien hasta que, pasado dos años, quizás un poco más, los dineros empezaron a no llegar, las viandas sí, pero menguadas en calidad y cantidad, hasta que al final llego el final y no volvió a recibir prebendas de ninguna clase. La madre no preguntó, no hizo por entrevistarse con señor tan principal, por miedo quizás, hasta que pasado un tiempo una de sus pupilar comentó que fulanito, también caballero de postín y asiduo a su casa, echaba en falta en el casino al señorito padre de la criatura ya que había finado hacia varios meses, por un tabardillo que le dio cierto día cuando iba o venia de vigilar sus posesiones.
La mujerona sintió la perdida, no por el sujeto en sí, echaba de menos los dineros que cada mes habían estando llegando y la cesta con las viandas, la que hacia entrega un propio del señor, por él se enteró, que era la esposa una vez finado el putero fue la que ordenó siguieran llevando la comida, pero no dinero, hasta que dijo basta, este vilipendio se acabó, que hubiera aprendido a tener las piernas cerradas.
Confusión en la cara de Julia al ir enterándose que fue adoptada de aquella manera, y mas al saber que su nombre no era ese que era Josefa como quiso su madre natural, pero hasta eso le quitaron, pidió más detalles, pero fue inútil, la madre la que había sido su madre a todos los efectos ya no rindió más cuentas en el mundo terrenal.

Más el azar o la casualidad, o como se diga, hizo que pasados algunos años, un hijo de nuestra amiga Julia, se encontrara haciendo unos trabajos en un pueblo de la provincia de Badajoz y de cuyo nombre i me acuerdo, pero no viene al caso el nombrarlo, y coincidió que el propietario de la vivienda donde se realizaban esos trabajos tenían los mismos apellidos que los que le pertenecían a Julia por parte de madre, uno de estos apellidos escasos, y de ahí el hilo, el hombre preguntó, yo también nacido en Cáceres, el hijo algo le contó y resulto que era hermano pequeño de la madre natural y:
Era Josefa una niña despierta, espabilada para su edad, mjuy despierta aunque analfabeta porque no tuvo escuela, hermana median de otros cuatro varones, de finas facciones se adivinaba ya con siete años que seria mujer guapa, en la finca del amo, donde los padres hacían sus labores como guardeses, la chica ayuda en todo lo que se le pedía, atendía a los animales, ordeño, ayuda en la faenas del campo, al fin feliz, aunque pobre, feliz dentro de una familia unida para pasar juntos la calamidades.
Hacían su laboro en una finca propiedad de señor principal de la villa cacerense, y aunque esta solo era una de las posesiones y que se encontraba a tiro de piedra de la entrada a Cáceres unas veces por el sitio que dicen el Puente Vadillo, otras por la carretera de los cuatro lugares y por San Blas.
La madre que aunque pobre de tonta tenia lo justo, se percató al punto de que el señorito cada día pasaba más tiempo en la finca, y no era precisamente para vigilar la trilla, ni la siembra, ni la quema de barbechos en la parcela que había de dejar de posío para el año que viene, no lo hacía sin apartar la mirada de la chica, con ojos de lascivia cayéndole la baba, con cara de sádico, la madre asustada y prevenida lo puso en conocimiento del marido.
-El amo no quita la vista de la chica.
-Como la toque le mato.
-Calla insensato, no ves que es el amo-
Y así se la llevo, cuando llego su hora, como señorita de compañía del ama, les dijo a los padres, que al no tener descendencia se encontraba sin que nadie le riera las gracias
-No me gusta nada esto marido-
-Que le vamos a hacer, no ves que es el amo mujer.
Se la llevo y aunque todavía niña ya apuntaba en lo que en breve se iba a convertir, se la llevo por la comida, vestido y de pascuas a ramos alguna peseta suelta, ele tiempo seguía su curso, tanto para el amo como para la criadita, y algo tuvo que adivinar el ama que ya no la quiso más como dama de compañía, tenía que servir de criada, y cierto día la llevo a la universidad de las criadas, una academia donde se enseñaba a servir a las chicas, si, la que había en la plaza de Santiago, si, aunque la niña ya no lo fuera, todas las tardes ya de anochecido se veía un “Aiga” negro a recogerla la hora de la salida, con un mecánico al volante, con cara de alcahuete sin tanto por ciento, de lameculos de poderoso, nacido allá por la calle Guatemala, o tal vez Paraguay de aquel Carneril de mi Llopis Ivorra, ustedes disimulen mi despiste.
Más de golpe la niña desapareció de la universidad de criadas, ya no se veía el “Aiga” con señorito y mecánico en la puerta, ya no se ve a la niña haciendo compañía al ama por el paseo de Cánovas, ni por el paseo alto, y no se le permitía ir a la finca los domingos a visitar a padres y hermanos, ya tenían a la niña recluida en su cuarto del vetusto caserón de la calle…. De la ciudad monumental de Cáceres, solo la sacaron al noveno mes de embarazo acompañada del mecánico y del cura párroco de la parroquia de San Mateo, o de la de Santa María, quizás de la de Santiago el Mayor, o quizás de dedicada a la advocación de San Juan Bautista, no lo tengo claro, más cura y mecánico fueron cómplices de esta aberración, que su dios se la haya hecho pagar con creces.
La niña, forzada, violada, por el hijo puta del amo, al cumplir su tiempo parió a una hermosa niña, a la que puso el nombre de Josefa.
La madre al punto la despreció, no quiso ver a su hija recién nacida, tal vez ya sabía que no podría quedársela, la abuela tampoco quiso ver ni a madre ni a hija, la despreció a ambas al enterarse del parto.
-ya te decía yo, que no me gustaba como el señorito miraba a la niña, ni esas confianzas de la niña con él, y esos caprichos que aprendiera a servir y a leer y escribir, que falta nos hacía eso a nosotros si semos probes.
-que se le va a hacer mujer, si el amo, dijo el padre.
Y así la niña, recién parida se vio en la Casa de la Madre, sola abandonada y sin hija, tan solo con un boleto de viaje y cuatro perras para que desapareciera, en los registros aparecía como niña de padre desconocido, que falleció recién nacida.
Y así como la chiquilla recién nacida, aparece por casa de la Candela, con un papelito donde le decía que había adoptado a una niña de nombre Julia.
Nunca más se supo de la niña vejada y violada, solo que abandonó la ciudad para nunca más regresar, el amo, cierta noche por San Juan, cuando había pasado un año, pasó por casa de la Candela, no se sabe si a conocer a su hija o aliviarse con cualquiera de las pupilas o con la misma Candela.
Más pasan los años, sesenta y dos creo, y sin saber cómo ni porque, yo al menos no lo sé, a la ahora Julia, le llega un número de teléfono y tras mucho tiempo guardado se decide a usarlo:
-Digui.
-Oiga que llamo desde Cáceres.
-yo no tengo nada que ver con ese lugar.
-ya, pero es que aquí se dejó a su hija, de eso hace 62 años y todavía no ha vuelto a por ella.
-Quien es usted.
-Aquella niña que abandonó nada más nacer
Silencio, largo, muy largo, largo.
-Oiga sigue usted ahí.
-Que es lo que quiere
-Nada, solo decirle que aquella hija que usted abandono soy yo
-Y ahora que busca dinero, después de tanto tiempo pasado.
-Es usted una mujer perversa, solo quería saber de usted y que me respondiera a algunas preguntas, ¡dijo Julia con una buena llantina al verse rechazada una y otra vez.
-Mira niñata, aquí no vuelvas a molestar, ni armas jaleo, tengo un hijo que es persona importante en Cataluña y no sabe nada de aquella historia y tampoco quiero que se le perjudique si sale a la luz, asi que no vuelvas a llamar, para mi moriste al nacer en aquella Casa de la Madre de Cáceres.
y así Julia o Josefa, se volvió a quedar sin madre por tercera vez, una la que la parió, otra la que la crió, y la tercera y quizás la qua mas dolió, la que la negó
Historia real, nombres y salvo la Casa de la Madre, son ficticios, la historia me la contó la protagonista y así la resumí yo para contarlo según mis entendederas.

Agustín Díaz Fernández
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