DE PASEO POR EL CASAR DE CÁCERES
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 24 ago 2023
- 7 Min. de lectura
DE PASEO POR EL CASAR DE CÁCERES
II
Crónica desde la Ronda de la Pizarra.
Prometí volver por el Casar de Cáceres, y aunque con prisas he vuelto a pasear por el pueblo y su entorno, veíamos en el primer capítulo como se fueron gestionando las calles, pero se nos hizo de noche y hubo que dejarlo para mejor ocasión.
El 18 de febrero de 1291, el Rey Sancho IV de Castilla (el Bravo) concedió a Casar de Cáceres un Privilegio para que los “omes buenos del lugar del Casar”, que era una aldea cacereña, poseyeran el derecho de aguas, heredamientos y pastos para poder apacentar sus ganados.
El Ayuntamiento, fue construido en el año de 1749:
“Y tiene por arboles este pueblo en la fachada del nuevo ayuntamiento que se hizo en 1749, un castillo de cantería que en la fachada del viejo el cual se derribó estaba el mismo castillo que se colocó en el nuevo, juntamente en la fachada del viejo habia pintada un águila y el supuesto entre alas y colas tenía pintado un escudo que ostenta un castillo y el otro un león, allá por el año de 1477, la católica reina doña Isabel se vino a la capital, Cáceres, y ordenó que los dos sellos que tenia la villa cacerense, uno con un castillo y con un león el otro, que los caballeros de su ayuntamiento divididos en dos bandos, donde unos destacaban por Castillos y los otros por León, se desbarataran y se hiciera un solo sello partido en dos cuarteles y en uno se pusiese un castillo y en el otro un león, dando estas por armas suyas propias a la dicha villa por siempre jamás.
Siempre teniendo en cuenta que el casar era una aldea de Cáceres”
(Así lo cita el Sr. Sanchez de Dios)
Más las conocidas como Portas, son símbolos del Casar de Cáceres, como por ejemplo la Porta Blanca, que se encuentra el llamado paseo de Extremadura, esta se abre en arco de medio punto, junto a la ermita de Santiago existe otra porta, tambien la hay en la llamada fuente Quinea.
En la zona sur del municipio se encuentra otro parque, justo enfrente de la piscina municipal, y en sus inmediaciones se ubica el Albergue Rural Vía de la Plata, que sirve de alojamiento para los turistas, un poco más abajo llegamos la Plaza de Sancho IV, al final del paseo se sitúa la estatua de Ángel Rodríguez Campos, un famoso maestro y escritor casareño que se hacía llamar “Helénides de Salamina”. Personaje que es una estampa mítica en Casar de Cáceres, no solo por su vestimenta, que lo hacía como un personaje eminente de la antigua Grecia, gozó de amigos intelectuales, incluido Unamuno. Con él, la gente de Casar imaginaría la antigua vida clásica, tan cercana en obras del Imperio, no muy lejanas de Casar de Cáceres.
Nació en un pueblo cercano a la Alberca, en Mogarraz (Salamanca). Marchó a Salamanca donde dejaría la impronta de un ser fuera de lo común,
Pertenecería al entorno de Unamuno y hasta hablaba latín y griego. Tras aquella travesía humanística en Salamanca, llegó a Casar, donde ejerció como maestro entre los años 1913 hasta su fallecimiento en 1956, levantaría el templo de la educación a sus alumnos, ante la singularidad de su vida: comería como se hacía en la vieja Grecia: se reclinaba sobre el triclinium y hasta cultivaba un jardín y un huerto. Respetado, amigo de sus alumnos, incluso pagaría la carrera a algunos -, escribió una obra cumbre de veinte libros y veintiún mil versos, El Panelenio.

Helenides de Salamina
En el tema constructivo, destacan las construcciones del pasado en el pueblo del Casar de Cáceres como el chozo, que es el tipo de arquitectura vernácula más representativa, por estar diseminado por todo su entorno, algunos de ellos se han restaurado y recuperado para el turismo rural. Los chozos son “viviendas” muy básicas de forma circular, construidas con piedra vista y sin argamasa, que se utilizaban de manera temporal por los pastores de la trashumancia.
El chozo es denominado como bujío o gurugú, si es de piedra. Cuando se construía con bálago se le denominaba chozo. El majano o gurugú del paraje «La Retoña» y el corral, se construyeron como recuerdo a los antiguos gurugús o chozo de los serranos que servían de refugio para pastores y descanso de ganados trashumantes, que hacían la ruta de la Cañada Real Soriana Occidental. Ubicado a la entrada del cordel, donde la cañada entrelaza con la calzada romana, en el camino de las Barcas.
La presa Es una importante obra hidráulica de planta recta con una ligera desviación, construida en el ámbito rural en el siglo XVI, que sirvió a los habitantes de Casar de Cáceres para abastecer al ganado y a las huertas de su ribera, así como para generar una pequeña industria de molinos y tenerías. Tomás López, indica que se hizo el año 15079, por su parte, el Diccionario de Pascual Madoz lo sitúa en el año 1517, es una obra hidráulica que ha recibido importantes modificaciones, su finalidad fue la generación de fuerza motriz para la molienda del trigo y otros cereales, si bien se usó también para abastecimiento de Casar, abrevadero de ganado, lavadero de lanas y criadero de peces, que stá formada por un murode fábrica con contrafuertes y aliviaderos, tenía un molino adosado que fue desmantelado.
Tomás López indica la situación de otras construcciones en la zona como molinos y las obras hidráulicas del entorno: “Dos lagunas o charcas, muy inmediatas al pueblo. La primera es la nueva y mayor que se hizo el año 1507 y en su desaguadero tiene un molino de harina y el agua que vierte ésta entra en la otra vieja y menor, no hay noticia cuándo se hizo y hoy conserva el nombre de Albuera Vieja, en la que hay otro molino. Y siguiendo el arroyo su curso al Norte, hay en su inmediación, hasta por bajo de la ermita de Santiago, 26 casas tenerías con todas sus oficinas para la fábrica de curtidos de que se hará expresión, y en la distancia de un cuarto de legua del pueblo hay en dicho arroyo otros dos molinos de harina y algunas huertas de hortaliza y a una legua distante del pueblo.
También Madoz hace referencia a las mismas construcciones, la Albuera Nueva, un molino de harina en su desagüe y la Albuera vieja, con otro molino, veintiséis casas de tenerías y dos molinos de harina, de los que no quedan restos.
La Albuera Vieja existió antes que la Albuera Nueva, se trataba de una pequeña noria o azud construido aguas abajo de la nueva, con una extensión de apenas 0,40 ha, y a unos 800 m de la misma, en ésta había también un molino, pero no quedan restos ni del azud ni del molino, que se desmanteló en los años 40 del siglo XX. A continuación de la Albuera Vieja, el arroyo aparece canalizado con una serie de industrias en ruinas a su alrededor, estas constituían una serie de 26 tenerías, en Casar de Cáceres se encontraban todos los elementos necesarios para el abastecimiento de una industria de estas características, como agua, explotación ganadera que garantizaba el surtido de pieles y productos necesarios para el curtido. La existencia de cabaña ganadera, gracias también a la existencia de agua enla Albuera y en pozos, aseguró el abastecimiento de pieles de vaca, cabra y oveja necesario para la elaboración de los diferentes productos, permitiendo asimismo una especialización de los oficios relacionados con el
Cuero, la existencia de arbustos de zumaque y encinas, ricas en tanino, así como la cercanía de lugares de abastecimiento de cal, en Cáceres, todos ellos productos necesarios para el curtido de pieles, favoreció el desarrollo de una industria de este tipo, cuyo origen se remonta al siglo XVI, más no quedan restos del molino de harina de la Albuera Nueva que estaba ubicado entre los contrafuertes del trasdós. A comienzos del siglo XX se le añadió un generador que daba luz al propio molino, y en el año 1938 fue adquirido por Eduardo Pitarch, dando origen a la actual CompañíaEléctrica Pitarch. Estuvo funcionando desde entonces con uso hidroeléctrico y fábrica de harinas, hasta que, en el año 1940, con el enganche de la línea de Casar al tendido de Cáceres, se cerró y dejó de tener actividad.
También destacan las pilas de un lavadero, en total 9, situadas a escasos metros de distancia de la presa, donde se conserva un aliviadero de La Albuera Vieja existió antes que la Albuera Nueva. Se trataba de un fondo de la presa. El aliviadero coincide en su salida con el aliviadero original de ese mismo tramo, en cuya salida había un aljibe, y a partir de ahí, una serie de cinco pilones, y a un lado aparece un canal que recoge las aguas de todos unos sistemas de compuertas permitiría el paso de las aguas entre ellos, se utilizaron las pilas para algún tipo de lavado previo al envío de las pieles a las tenerías que se situaban aguas abajo.
Tambien contó el Casar de Cáceres con un Pósito (almacén dedicado a guardar y recoger productos alimenticios, granos etc) según Madoz, fue edificado en el año 154020. Este pósito de grano fue construido por Rodrigo Pérez Hernández, Arcediano de Lima, que en su testamento donó una gran fortuna al Casar de Cáceres, su pueblo natal, destinada al Pósito de grano, capilla de Santa Ana de la iglesia parroquial y al Hospital. El Pósito o casa-granero estaba en la casa lindante con el edificio consistorial, en su fachada aún puede verse un escudo de granito en el que se representan las llaves del Pósito. Llaves que responden a la voluntad del Arcediano citado de poner tres cerraduras en el Pósito, cada una de ellas a cargo y cuidado de una persona distinta, una llave en manos del alcalde del Concejo, otra en manos del Patrón nombrado por el mismo Arcediano (un familiar) y la tercera a cargo de un Diputado electo. La función del Pósito fue el abastecimiento de grano a pobres y caminantes necesitados. Con los beneficios del Pósito se creó un fondo para huérfanos y pobres del municipio.
Otro de los edificios interesantes del municipio es el albergue del peregrino ubicado en la Plaza de España, frente al Ayuntamiento, y que es Albergue de carácter municipal que ofrece alojamiento a los peregrinos que pernocten en Casar de Cáceres, tiene veintidós plazas en literas, distribuidas en dos salas, una con catorce y otra con ocho.
Más otra vez se nos echó la noche encima, y aún queda por ver y conocer, debemos retirarnos, pero, pero queda siempre la promesa de volver.
(Fuentes José Antonio Ramos
Oscar de San Macario
Rosa Maria Holgado)

Agustin Díaz Fernandez
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