EL FANTASMA DEL TEATRO PRINCIPAL
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 5 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra.
Hablemos de cosas, casos y sucedidos en Cáceres, porque no. hoy vamos a hacerlo de uno de los misterios de la ciudad y es ni más ni menos que del fantasma del teatro principal, quizás, poco conocido toda vez que este teatro desapareció en la década de los 40, vamos en 1.940, seguro que la mayoría de Vds., no habían nacido aún, pero y si les hablo de la panadería la Romalda, lo mismo les suena, aunque solo sea por referencias, tengo que decir que los datos los he ido recopilando, de aquí y de allí, de gente ilustrada que siempre las hubo por nuestra ciudad de algunos recuerdos de mi niñez de a ver, de escuchado, de olvidado, alguna cuestión al respecto, , vaya por delante que mi suegro" KIKI" el padre de mi compañera, trabajó en esa casa durante muchos años y que jamás se le escuchó mencionar hablar del fantasma que nos ocupa, de otros si, de los , de carne y huesos que de esos también abundan por la ciudad feliz, y en grandes cantidades, que la ciudad cacerense los vio pasearse por sus avenidas.
El Teatro Principal, o también conocido como teatro Pedralla o de la calle Sande, fue el primer teatro estable que se levantó en Cáceres, halla por diciembre de 1.798, ubicado en la actual plaza de las Canterías, y cuya inauguración oficial fue en Junio de 1.802, y que para el estreno se eligió la obra, El Desdén con el Desdén, de Agustín Moreto, y la casa de Tócame Roque de Ramón de la Cruz,
En 1.923 el teatro fue adquirido por el Obispo Pedro Segura Sáez, y le cambió el nombre por el de salón de Extremadura, dedicándolo a funciones benéficas, al igual que a proyecciones de cine, siendo también el primer cine que se instaló en Cáceres, en este mismo año de 1.923 a primeros de Abril este obispo fundó el periódico Extremadura.
Ya en los años cuarenta, el edificio lo adquirió la familia Alonso, y en el mismo instalaron su negocio de panadería llamándolo panadería Principal, para la instalación de esta industria y construir varias viviendas, tuvieron que derribar gran parte del edifico original, conservando las columnas de piedra que separaban los palcos del coliseo ,y que sostenían una galería en la parte superior, siendo esto lo que se conserva en la actualidad, con el tiempo esta panadería pasaría a ser conocida por todos los ciudadanos de Cáceres como la panadería de la Rumalda.
La señora Rumalda, por lo que cuentan las crónicas , solía contar a quien la quisiera escuchar, que en muchas ocasiones y siempre de madrugada , se podía ver junto al brocal de un pozo que había en un patio interior , a una monjita mirando hacia el fondo del mismo y al rato desaparecía, lo que nunca dijo es si le hablaba a ella o no, como digo ,mi suegro y su hermano, trabajaron toda la vida en esta casa y jamás oyeron ni vieron nada de nada, pero los espectros son así de caprichosos, que le vamos a hacer, lo mismo era una parroquiana que madrugaba para recoger su pan diario y esta señora recién levantada y eso confundía las cosas, o alguna copitas de anís machaquito y tal, o alguna parroquiana que se llevaba el pan al fiado y no se le iba de la cabeza a la Rumalda, menuda era, menudo es el aire para el candil.

La historia nos cuenta, que en ese lugar antes de ser teatro, existía un oratorio de monjitas, y que de una de ellas se enamoró un joven caballero y que ya hablaba a la muchacha, le pedía salir a tomar una Miranda al bar "el Sanatorio" de la calle Paneras y comer una de Calamares, y después ya de vuelta del baile de la Rosa, tomarse un vinito en bar "el Extremeño "del amigo Sansón y llevarla de vuelta al oratorio a la hora de los rezos del rosario, pero en esta estaban tan contentos los pollos, que se enteró la familia de la moza, y al hablar con la muchacha esta les dijo que quería romper los votos y casarse con el muchacho, y como santa Rita, Rita, lo que se da no se quita, habiendo la familia pagado la dote para el ingreso de la joven en la orden, y al negarle a la familia la devolución de la misma, le dijeron a la joven enamorada que verde las habían segado, la chica con el disgusto y para vengarse de la familia aquella noche se arrojó al pozo del oratorio quitándose la vida, su espectro se aparece algunas noches sentada en el brocal del pozo, llorando por su chico como alma en pena, y a comprar una libra de pan a la Rumalda

Agustín Díaz
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