ALONSO DE MONROY-CÁCERES VI
- Llopis Ivorra-AgustinDiaz
- 29 mar 2022
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Actualizado: 4 abr
HISTORIA DE LA VILLA CACERENSE
DON ALONSO DE MONROY
Clavero de la Orden de Alcántara (VI)
(Alonso de Maldonado-Hechos de Alonso de Monroy 1492)
Vida de Don Alonso de Monroy
Crónica desde la calle Cuba de mi Llopis Ivorra
Dejábamos el capítulo anterior en:
En las Garrovillas tuvieron esa noche gran fiesta y banquete porque el conde de Alba de Lister, hizo la fiesta, la cual acabada se fueron a dormir, no le tenía el Maestre Góme de Solís al Clavero Alonso de Monroy, en nada por lo que le habían jurado sus espías, pero con todo esto mandó poner guardas.
El Clavero y su gente no hacían sino caminar, y sin cenar aquella noche llegaron a las Garrovillas (Garrovillas de Alconetar) a las tres de la noche con toda su gente, y los peones a las ancas de los caballos, hizo dos capitanías de su gente,él entró por una parte con los de a caballo derecho a la casa del Conde, porque en aquella villa no hay fortaleza. Luis de Herrera entró por otra parte, y todos iban diciendo a los del conde de Alba de Lister:
“tenemosios por amigos, no queremos sino á nuestros enemigos”.
Tan de recio dieron en ellos por las dos partes, y con tan gran ímpetu y fuerza, que rompieron las guardas, y rotas todo lo otro eran hombres en camisa, los más del Maestre fueron presos, y muertos, y robados. El Maestre Solís y su hermano Hernando el conde de Coria seescaparon huyendo en camisa en sendos caballos ligeros y se fueron a Alcántara. El Clavero estuvo allí dos días, haciendo muy gran robo, que los peones del Clavero ninguno habia que no tuviese caballo tomado y corazas.
El Conde de Alba de Lister, quisiera hacer mucha fiesta al Clavero, como habia hecho al Maestre Solís, más el Clavero la rehusó, y le dijo que él no estaba para detenerse, ni era amigo de aquellas fiestas, por ser embarazoso el mucho comer y beber para quien habia de usar la guerra, más que la fiesta que recibiría seria que mandase cargar todas las bestias que tuviese en la villa de mantenimientos y cebada, porque le era forzoso de tomar á apremiar a aquellos de las Brozas, que ahora que el Maestre estaba desbaratado se le darían como gente que no esperaba socorro, y dicho esto, luego se partió para las Brozas, y el Conde de Alba de Lister,envió muchos mantenimientos al Clavero hasta que las Brozas se le entregaron, y el Clavero las entregó al Comendador mayor, y él se volvió a Azagala.
Esto sucedía en el año de 1467.
Gran tiempo habia a esta sazón que el duque don Beltrán tenía perdido a Albuquerque, que se le tenía ocupado un alcaide suyo, y el duque enviaba cada año cuatrocientas lanzas sobre ella y muchos peones, pero como la tierra estuviese llena de guerras y las vituallas ya ocupadas por los guerreros de la tierra, volvianse cada año sin hacer nada por falta de los abastecimientos, visto esto por el Clavero, tomó la determinación de tomar aquella villa de Albuquerque para el duque don Beltrán, esto sin que sin haberle tenido por amigo ni enemigo, hizo juntar su gente que en guarnición estaba en sus fortalezas guerreando siempre a la gente del Maestre, y como hubo juntado doscientos de a caballo y cuatrocientos peones, se fue para Albuquerque y dio salto en la villa de improvisadamente, y como él volviese hablado con algunos criados suyos naturales de allí que le tuviesen una puerta abierta por donde entrase en la villa, y fue así hecho, y como entrase , luego se apoderó de la villa , pero la fortaleza era cosa muy fuerte y no se podía tomar por combate. El Clavero la cercó y le puso sitios muy cerca de ella, de manera que nadie podía salir ni entrar, y él estaba con mucho cuidado en que no le socorriesen los de don Alonso de Cárdenas, Comendador Mayor de León, que era gobernador de la provincia del Maestrazgo de Santiago, que andando la historia seria Maestre de Santiago.
Pero como don Alonso de Cárdenas tuviese voluntad de apremiar al Clavero, envió dos capitanes contra él con doscientas lanzas y algunos peones, y escribió a Pedro de Grijalva, capitán del Maestre don Góme de aquella guarnición que tendría otras doscientas lanzas y muchos peones, para que se juntasen con esta gente suya y todos fuesen sobre Albuquerque, los cuales todos juntos vinieron sobre Albuquerque, más como estos capitanes viniesen muy diferentes de cómo se habia de hacer la cosa, pero al fin concluyeron que ante todas cosas robasen el campo, y que hecho esto, el pelear seria lo postrero, y luego enviaron sus corredores, y de tierra de Cáceres y de otras partes trajeron gran cabalgada de ganados y fueron a media legua de Albuquerque, y tomaron mucho ganado de los de Albuquerque de vacas y ovejas, y marcharon con todo esto enviaron sus peones con el ganado para que a gran priesa lo metiesen en Valencia de Alcántara, porque aunque a ellos les conviniese pelear, el ganado estuviese en salvo.
Sabido todo esto por el Clavero, mandó cabalgar con prisa sus doscientas lanzas, y él cabalgó en un caballo blanco hermosísimo por milagro, y salió de Albuquerque, que no quiso llevar los peones porque el alcaide del castillo no se abasteciese, y porque los de la villa, que confirmados estaban en su amistad, no se volvieran con el alcaide, los fue a alcanzar el Clavero a una legua de Albuquerque, sus corredores que iban delante le daban nuevas que la gente era mucha más que la suya, y que no debía de pelear, pues lo menos del ganado que llevaban era de los de Albuquerque; pero como el Clavero tenía aquel animo tan valiente, pasó adelante de los suyos, diciendo que por más que fuesen, convenia pelear, y dichas estas palabras arremetió el caballo contra sus enemigos. Todos los suyos le siguieron con el miedo de su temeraria osadía y puso embarazo en sus contrarios, de manera que no pudieron sostener el ímpetu del arremetimiento de los del Clavero, ni pudieron pelear, de manera que livianamente fueron rotos y puestos en huida, los del Clavero, que pegados iban a sus espaldas , iban matando e hiriendo entre los enemigos como querían, los del Maestre don Gome, se acogieron a su cabalgada pensando con su muchedumbre de peones poder salvarse, pero como llegasen a sus peones, y los peones los viesen venir huyendo, y que los del Clavero los iban alcanzando, perdieron el ánimo del todo, y comenzaron a huir, los del Clavero Alonso de Monroy, se esparcieron por muchas partes con gran alarido y siguieron su alcance hasta que fue bien noche, fueron muertos en esta pelea más de trescientos hombres y ciento presos, y el campo fue robado, y el ganado traído y dado sus dueños.
Sabido esto por el duque de Albuquerque de la toma de esta villa, en gran manera le pesó porque pensó de jamás la sacaría de su poder y manos del Clavero, verdad sea que aun las diligencias no hicieron por parecerle escusadas, antes pensaba que el Rey Enrique IV, metería la mano en que se le volviese su villa, más tampoco le parecía esto satisfacerle por estar la gente indomable y sin sujeción alguna.
Estando el duque don Beltrán con varios pensamientos, le llegaron cartas del Clavero, por las cuales le hacía saber que él habia ganado á Albuquerque, por eso que le enviase él a quien la entregase para que estuviese en su servicio, gran placer tuvo el Duque con estas nuevas, y fue tanto que, él mismo se partió luego para Albuquerque a tomarla por sí y el Clavero se la entregó, y el Duque fue muy contento de conocer al Clavero, pareciéndole que la fama que tenía no era nada con ver la persona.

Don Alonso de Monroy, después de esto se vino a Azagala y de allí y de las otras fortalezas suyas continuó por espacio de tres años muy gran guerra contra el Maestre y sus valedores, en el cual tiempo sucedieron extrañas cosas en las armas, que si todo se tuviese de contar como pasó seria nunca acabar, salvo que pasados dos o tres años el Duque de Alba de Lister y el Duque de Plasencia, que eran grandes amigos vinieron a reñir y a estar mal, y a hacerse guerra el uno al otro, el maestre don Gome, del cual ellos eran amigos, se mostró en favor del Duque de Alba de Lister.
El Clavero don Alonso, como hombre discreto, no quiso perder esta sazón y pensó esta cuestión de estos señores redundaría en su provecho contra el Maestre su enemigo, y luego llamó su gente que en guarnición estaba, y de este parecer de él dio parte al Conde de Feria, que grande su amigo era, y luego vinieron para él muchos deudos y amigos suyos, entre los cuales vinieron el comendador Mayor de Alcántara y el Comendador de Santibáñez, y a este llamamiento vino Gonzalo de Raudona, Comendador de Lares, este vino de Belalcázar con la gente de doña Elvira de Zúñiga, señora de Belalcázar e hija del Duque de Plasencia.
Pues el Clavero, teniendo esta copia de gente junta, fue sobre la villa de Zalamea, porque él quería tomar primero la Serena, porque valía mas que el partido de Alcántara, y como el Clavero llegase combatió la villa y entando por fuerza, aunque le mataron alguna gente, y un alférez que traía su estandarte, pero la gente del Maestre, se recogieron en la fortaleza, más la gente del Clavero, cegados en la toma de la villa, combatían tan fuerte tan fuerte la fortaleza y con tantos ingenios y escalas, que matando uno los de la fortaleza, era puesto enseguida otro, sin mostrar ningún pudor, de esta manera fue combatida por diez días, no pudiendo sostener las muchas arremetidas de los hombres del Clavero don Alonso de Monroy, hacían en los muros tanto de día como de noche, al cabo de este tiempo se vinieron a rendir, puestas en salvo las personas y la ropa, el clavero entro en la villa y la abasteció lo mejor que pudo.
A esta sazón, en este mismo tiempo Hernando de Monrroy el Bezudo, señor de Monroy, vino a Plasencia a ciertos negocios, y el Duque y la Duquesa estaban en Oropesa, y de allí se iban derechos a Arévalo que suya era, y enterado el Conde de Coria que aquellos señores faltaban de Plasencia, envió ciento y veinte de á caballo con un capitán suyo que se llamaba Pedro de Carvajal, y este vino a Plasencia y robó muchos ganados de los vecinos de Plasencia.
Sabido esto en Plasencia habia gran tumulto, los dueños de los ganados se vinieron a quejarse al bachiller de Camargo que Justicia mayor era del Duque, y Juan de Arias, alcaide de la fortaleza, pero estos no sabían ningún remedio, porque toda la gente principal, y aun casi todos los que tenían caballos eran idos con el Duque, y gente de a pie era poca. Supo esto Hernando de Monroy y movido a compasión de los dueños del ganado, dijo a Juan d'Arias que mandase juntar, la gente que tuviese poca o mucha que él saldría a quitarles la cabalgada, Juan d'Arias le respondió que él lo decía como buen caballero que era, y luego mandó llamar al alguacil Vergara, y él por una parte y el bachiller de Camargo por la otra con el alguacil, se juntaron hasta sesenta de a caballo y dieron a Hernando de Monroy, y él salió a gran prisa de la ciudad y tanto anduvo que alcanzó, aunque lejos, a la gente del Conde de Coria, que como los vieron venir luego se metieron en orden de guerra, y la pelea fue herida valientemente por ambas partes, pero al fin los de Coria no pudiendo sufrir la mucha valentía de Hernando de Monroy, huyeron y Hernando de Monroy trajo la cabalgada a Plasencia y diez y ocho prisioneros, y veinte quedaron muertos en el campo.
(fuente alonso de Maldonado-Hechos de Alonso de Monroy)

Puerta del Socorro-Cáceres
mandaba derribar por Joaquin Muñoz Chaves en 1879
Agustin Díaz Fernández
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