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ERMITA DE SAN ANTONIO DE PADUA-CÁCERES

  • Foto del escritor: Llopis Ivorra-AgustinDiaz
    Llopis Ivorra-AgustinDiaz
  • 1 mar 2024
  • 9 Min. de lectura

Actualizado: 26 mar

                      LA PARROQUIA DE SAN MATEO IX

                   ERMITA DE SAN ANTONIO DE PADUA

Crónica desde la Ronda de la Pizarra.

Cuando el cristiano un 23 de abril del año de 1229 conquisto la villa cacerense del poder almohade, ya por aquel entonces se alzaba en el sitio que ahora ocupa la ermita dedicada a la advocación de San Pedro de Padua, que de antiguo se llamaba de la Quebrada, al ser sinuosos el terreno donde se encontraba, una sinagoga de judíos que existió hasta mediados el siglo XV, y fue que al adquirirla la todo poderosa familia Golfín, de la rama de los de abajo, concretamente Alfonso o Alonso Golfín, que con estas dos maneras  lo nombra el cronista, aunque no se sabe el motivo ni qué razón de este contrato, cuando los seguidores de Moisés que ya tenían en la Plaza Mayor su centro principal de contratación, erigieron otra sinagoga en la Calle Rio Verde, ahora calle de la Cruz, y que está a espaldas del palacio a que pasado el tiempo seria morada del Marquesado de la Isla y  al que en la actualidad se encuentra incorporado el local, y que años después en 1492 con la expulsión definitiva del pueblo judío de los territorios de las Españas, se convertiría en ermita de la Santa Cruz.

El edificio de la sinagoga antigua, la del barrio de San Antonio de la Quebrada, se convirtió en casa morada donde vivió el poderosos Alonso Golfín, Señor de Torres Arias, quien cambio de domicilio en el año de 1469, y buscando, buscando, se estrujo la sesera para encontrar destino a la casa, y decidió convertir en ermita parte de la casa, y dedicada a la advocación de San Antonio de Padua, que al parecer por aquellos entonces estaba de moda en la cristiandad por ser santo milagrero y tal.

Así que don Alonso, o don Alfonso, que a estas alturas no sé cómo llamarle, mando a un propio a enterarse de los trámites necesarios para tal fin, y pidió audiencia al obispo de Coria-Cáceres don Iñigo Manrique de Lara, para solicitarle licencia para emprender las obras de edificación de ermita en casas de habitación de su propiedad, licencia que el prelado le concedió estando el hombre en Dueñas, provincia de Palencia y vaya Vd. a saber que hacia allí, la fecha 22 de septiembre del año de 1470 y en previsión de penurias futuras con objeto de poder remediarlas, concedió cuarenta días de perdón a cuantas personas contribuyera a reparar la ermita ¡Por cada regada segunt la forma de la iglesia.

El templo de la Ermita de San Antonio de Padua, no debía tener más que un altar con su retablo este con la imagen de San Antonio, que se hizo a cargo de su fundador, también dispuso de una hornacina para la Virgen.

Pero pasaron los años, trescientos poco más o poco menos y el Santo Antonio ya carcomido por la antigüedad se caía a pedazos, entonces la cofradía trajo otra efigie desde Salamanca en el año de 1765 y cuyo coste fue de mil y veinte y tres reales, pero en 1767 se hizo otro retablo por José González, que por lo visto el tal José era tallista de mérito cacereño y cobro por él dos mil y trescientos reales y el costo subió en otro dos mil reales por dorarlo.

Bueno estos son los orígenes de esta ermita que por lo vulgar se la nombraba como San Antonio del Barrio Judío San Antonio de la Quebrada. Con posterioridad se le reformo el coro se cerró el presbiterio con balaustrada y se amplio el altar mayor, y que por cuyos flancos donde se colocó por el lado del evangelio un grupo de la Sagrada Familia y en el opuesto el precursor bautizando al Mesías.

Los días 13 de cada mes de junio, su cofradía celebra su fiesta, en la víspera tiene o tenía mesa de ofrendas para dejar algún beneficio a la cofradía, pero como el resultado era que la gente no era desprendida y el beneficio era escaso y más bien gravoso, terminaron por suprimirla.

En este templo fue donde se estableció por primera vez en Cáceres la institución del pan de San Antonio, con el que se remediaba periódicamente el hambre de los necesitados, ya en 1900 se estableció en la ermita de San Antonio la Asociación de la Pía Unión de San Antonio, la que hacia seis años fuera fundada en Roma por el P. Ministro General de Franciscanos.



                        ERMITA DE SAN ANTONIO DE PADUA

La Ermita dedicada al santo Antonio de Padua, está junto a la muralla, en el barrio llamado de San Antonio de la Quebrada, en el sitio que se formó, fue casa de habitación, propia de D. Alonso Golfín, y antes había sido sinagoga de judíos, expresamente consta de la licencia original, que dio el ilustrísimo Sr. Don Iñigo Manrique de Lara, obispo de Coria, en Dueñas, obispado de Palencia, 22 de Septiembre de 1.470, pata el que D. Alonso Golfín, pusiese edificar iglesia en honor a San Antonio, en una casa que fue sinagoga, y dio comisión para su bendición y demás al cura de San Mateo.Es capilla pequeña, solo tiene un altar, y su cofradía celebra su fiesta anual el 13 de junio.

(Simón Benito Boxoyo)

Dentro de la zona amurallada, y enclavada en la judería vieja, entre calles estrechas y empinadas, y apoyando parte de sus muros en la propia muralla, nos encontramos que la ermita de San Antonio del Barrio, también conocido como de San Antonio de la Quebrada, o de San Antonio de Padua, edificada sobre lo que fuera la antigua Sinagoga.

Existen datos documentales de la existencia de judíos en Cáceres, y la primera noticia  es a través del fuero que Alfonso IX de León otorgó a la por entonces villa, en el año 1,229, en este fueros se presta a los judíos una atención especial, dedicándoles hasta ocho capítulos, en los que reglamento como debían de jurar, como debían de desarrollarse los pleitos entre judíos  y cosas similares,  por lo que se colige que Cáceres en el siglo XIII tenía una comunidad judía importante, que ya existía y  convivía con los musulmanes antes de la reconquista, además la judería de Cáceres, figura en un registro de la Cancillería de Sancho IV relativo a los años 1.283-1.286, Lacave, calculó según el padrón de Huete del año 1.290 que habría unos 1125 judíos en Cáceres, y en el siglo XV, etapa en que se va alcanzando la máxima expansión, la aportación de la aljama judía al erario real era de 8.200 Maravedíes, cantidad solo expuestas en comparación con las cinco primeras aljamas de Castilla, y con la más importante de las de Extremadura.

Se comunica con el exterior por la puerta del rio, hacia la zona de Fuente del Concejo, destacando las calles quebradas y angostas de estilo árabe, allí estaba ubicada la sinagoga, en el, solar que ahora ocupa la ermita de San Antonio de Padua, que sería comprada por Alonso Golfín , señor de Torres Arias , transformando una parte del solar en ermita la otra en vivienda, la primera edificación en el siglo XV, más tarde la actual en el siglo XVIII con una cúpula la cabecera sobre pechinas ( triangulo de lados curvos que está formado por el anillo de una cúpula ) y linterna que fue restaurada en 1.971, un pórtico se abre a una pequeña plazuela.

La fábrica es de mampostería, la ermita de San Antonio se construye en 1470, bajo el mecenazgo de Alonso Golfín, se accede al interior mediante puerta abierta hacia el norte, precedida de un pórtico, con tres arcos irregulares de medio punto, uno frontal y dos laterales, dos pilastras muy gruesas sostiene los arcos en las esquinas delanteras y el muro de la ermita sirve de soporta a la parte trasera de los arcos laterales, sobre el pórtico se levantó una espadaña de mampostería con un vano de medio punto.

Pequeña ermita pero muy popular, de una sola nave y un presbiterio recto, la nave se cubre con bóvedas de aristas y la cabecera con cúpula hemisférica con linterna, de estilo barroco, tipo popular fruto de la transformación efectuada en el año 1661, El retablo de estilo Rococó, de un cuerpo y tres calles con dos columnas estriadas y rocallas (motivo decorativo del estilo rococó) y frontón partido, obra del tallista José González, que vino a sustituir a otro anterior, llegando a cobrar por él 2300 reales y por el dorado otros 2000 reales, en la hornacina central la escultura de San Antonio de Padua con el niño en madera policromada, obra de del año 1.735 encargada a un escultor de salamanca, de nombre desconocido y que cobro por ella 1023 reales,  para sustituir a la imagen del santo original , muy deteriorada por la mala conservación ,y que fue colocada en el retablo por el escultor local Vicente Barbadillo .

La escultura de san Antonio de Padua, en la hornacina central, es talla policromada de 115 cm de altura, y representa al santo imberbe, con tonsura monacal y vestido con el hábito pardo de la orden   franciscana, ceñida por un cordón, sostiene con su brazo izquierdo al niño Jesús, recuerdo de su milagro más celebrado, la aparición de este al santo en casa de su amigo el conde Tirso III de Camposanprieto, la mano derecha sujeta un ramo de azucenas.



Las tradiciones no se saben de dónde vienen,  ni el porqué de estas pero el caso es que existen y hay quien tiene mucha fe en ellas y en lo referente a San Antonio y como no podía de ser de otra forma en esta ciudad de embrujo también tiene su tradición y es a la que se agarran los solteros y solteras de la ciudad para que el Santo Antonio les ayude a encontrar el amor, el santo y a un puñado de alfileres, según parece ser el origen de todo esto proviene de un milagro efectuado por Antonio el Santo de Padua en Roma, cuya imagen cobro vida dentro de una iglesia para amonestar a un joven que no quería matrimoniar con la novia de toda la vida, le dijo ven aquí periñan que te meto dos hostias que no vas a saber por dónde te vienen ya te estas casando con la muchacha, ya fuera por las hostias o el susto de que una imagen de yeso le hablara y que saliera corriendo tras él, el joven dijo a la moza, venga pa cuando la boda.

En Cáceres, según mi amigo el del chicle comenzó en el siglo XIX y la empezaron a poner de moda las modistillas que estando en edad de merecer no tenían a nadie que les dijera ni siquiera lindos ojos tienes, así que decidieron poner en práctica poner en marcha el ritual de presentarse ante el San Antonio pidiéndole un novio en su ermita, el santo de Padua además de encargarse de hacer aparecer los objetos desaparecidos también es  muy apañado para convocar novio o novia a quien tenga intención y ganas de ella o de él, tanta que de ahí viene el refrán, la moza que a los quince años no se ha echado novio, que se arrime a las sayas del santo Antonio, pero en Cáceres tenemos otra originalidad, para hacer más efectiva la cosa de los novios las modistillas cogían las alfileres dobladas que ya no les valían para el ejercicio de su profesión, se las llevaban a la ermita de San Antonio y las echaban a la pila de agua bendita. Las mozas y mozos metían las manos en la pila del agua y apretaban contra las paredes, al sacarlas, las manos, y según el número de alfileres que se quedaran pegadas en la mano, era el número de novios o novias que tendría en su vida, pero si esto no funcionaba y a la moza se le estaba pasando el arroz y la edad de merecer, y para que el santo apurara en lo suyo le enseñaban el tirante del sujetador y dicen que el de Padua corría a cumplir con el encargo que se las pelaba.



Fueron muchas y muchos los que acudieron a pedir amores y muchos y muchas los que recibieron el premio, también se dio el caso que el santo tuvo que intervenir en persona porque no había manera, y así se le veía los domingos por la tarde en el baile de la Rosa en el paseo de Cánovas tratando de emparejar desemparejados, me cuenta mi amigo que a una que no había manera de que ningún muchacho le hablara de lo arisca que era, Antonio el santo la emparejo con un muchacho calladito y prudente que lo único que habló en sesenta años de matrimonio fue para decir por fin libre y se murió, a otra que también cuentan que estaba dura para lo del novio, le hechó tantas ganas el de Padua que a los nueve meses justos de la despedida de soltera dio a luz a un varón, todo normal y quizás hasta se le adelantara el parto quince días como dijeron las allegadas, también dijeron que ella tenía muchas ganas de ser madre, cosa lógica si me apuran lo único que ella era rubia como la cerveza y el colorado como hierros puestos a la intemperie y el vástago salió negro, negro como la noche, quizás fuera lógico también que en la despedida de soltera se la vio a la muchacha muy acaramelada con un jugador de básquet de Cáceres C.B. que vino del norte de América a jugar una temporada, lo mismo tiene algo que ver que ella se puso al derecho y el al revés una invitada que se fijo dice que no sabían lo que hacían pero se le movían los pies, el caso es que la muchacha quedo casada, preñada, parida y jodida, también el santo Antonio tuvo sus fracasos como aquel empeño que se lo tomo como algo personal el emparejar al hijo del “algarrobo”  pero tuvo que desistir a los dos años de empezada la causa se dio cuenta de que el muchacho era un imposible porque,  cosía para la calle.

(Fuente Publio Hurtado-Parroquia)

(Fuente Benito Simón Boxoyo-Noticias)



Agustin Díaz Fernández

 
 
 

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