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PELIN DE HISTORIA I -CÁCERES

  • Foto del escritor: Llopis Ivorra-AgustinDiaz
    Llopis Ivorra-AgustinDiaz
  • 30 dic 2022
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 26 mar

LA TABERNA DE LA COLORÁ-UN PELIN DE HISTORIA I

XXIII

Crónica desde la Ronda de la Pizarra.

Hasta los del juego de la rana miraban y habían dejado de jugar, en realidad eran todos los parroquianos los que miraban, hasta los lindos que pese a las broncas el hijo puta del Piyayao, no dejaba de llevar a que conocieran como se divertían los pobres, miraban como embobados, y por primera vez se podría decir que el tío Matamoros, aquel que era un no nacido, había levanto la vista del pocillo de aguardiente para mirar, bueno esa vez y la que se lio a hostias con los señoritos.

Ocurría que, y bajo la mirada atenta de Eugenia “la Colorá” había hecho presencia en la humilde taberna, la Ignacia, “la Cañona” mujer de mucho mérito, guapa donde las hubiera y con mucha gracia y arte, que saliendo de las pedreras del barrio del Espíritu Santo, había juntado un capitalito respetable para cuando la hora le llegara, que a la gente de su oficio le llega más pronto que tarde, a la jubilación me refiero, y es que la Ignacia tenia su industria entre las piernas, y se había presentado en busca de clientela, entre los lindos claro, que la Cañona era de morro fino y como mucho a los pobres les dejaba mirar su porte, y alguna invitación de una palomita.

Y por allí andaba, recorriendo las mesas, rellenando los vasos de vino o de aguardiente, vendiendo bien la mercancía que dejaba casi toda a la vista, y mientras el rincón de los señores de levita jaleaban a la doña, el resto de la parroquia habitual miraban con cara de haber abandonados su funeral para acercarse a la taberna de la Eugenia para disfrutar del espectáculo.

-Venga a beber y dejaros de tonterías, bramo la Eugenia, que le había molestado que le quitaran, aunque fuera por una hora la corona de reina del local, tu Chivario, cierra la boca que te va a entrar un murciélago y cuéntale al mozo la historia del día, y vosotros no escucho los tejos golpear en la boca de la rana Clan, Clan, Clan, 8 de 10 cantó el tío Miguel, primero en tirar.

-pues me place Eugenia, dijo Chivario, que ese ganado es muy bravo para una charlotada, mirando a la Ignacia, que andaba de conversación con el abogado de los lindos, aquel que pasado el tiempo acabó como acabó, échame otra pistola de vino y tu zagal pilla papel y pluma, que hoy vamos de historia de Cáceres.

Cáceres está limitada al mediodía, comenzó Chivario, por la divisoria montañosa que, partiendo de las altamiras, se dirige hacia Guadalupe, Santa Cruz, Montanchez, San Pedro, San Mames, y que a esto se la llamaba la marca inferior, o tierra de fricción entre cristianos y musulmanes, y que perduró hasta la conquista definitiva, el territorio que habría de ser Cáceres, quedaba reducido a la parte central de esta marca por el Este, a partir del Almonte comenzaba la zona de expansión del reino de Castilla, a la que pertenecía Trujillo, Santa Cruz y Montánchez, Cáceres terminaba en las cuestas de Araya, desde aquí hasta la frontera con Portugal y que en el momento de la conquista era dominio de las Ordenes Militares.

La extensión que ocuparía la región cacerense, se aproxima a los 1769 kilómetros cuadrados y con el paso del tiempo hubo de sufrir diversas modificaciones o mutilaciones, así como Malpartida creó un semi enclave, Arroyo del Puerco estuvo unido a Portugal y que termino siendo señorío de los Herreras, Aliseda creó tras un largo pleito, otro enclave al borde de las tierras de la Orden de Alcántara, y por privilegio de Enrique IV, se creó lo que después sería la pertenencia del casar de Cáceres, más sin dotarlo determino.

Sucedía que se estaba rodeado de vecinos revoltosos, tenia por el Oeste los Caballeros de la Orden de Alcántara, que aprovechando la imprecisión de los limites por la parte del Araya, entraban con sus ganados en el termino de Cáceres, más otras veces ocurría, al contrario, pero los alcantarinos apresaban el ganado, con el pretexto que estaban pactando en las tierras de sus encomiendas, por el Norte en Alconetar, era feudo de los Caballeros del Temple, estos, sin alegar pretextos de ninguna clase, solían hacer correrías de pillaje por las riberas del Almonte, donde no solo se dedicaba al robo de ganado, si no que recurría a la violencia sin contemplaciones, hasta que les salieron al paso los Caballeros Cacerenses, estos amparados en la protección real, pusieron coto a los desafueros templarios.

Pero el termino de Cáceres es de singular característica, por lo variado del mismo, al Norte, tierra de riberos, tierra quebrada que sigue los márgenes del Tajo y de sus afluentes, tierra quebrada en los tortuosos riberos del Almonte y del Tajo, hasta llegar a Alcántara

La penillanura se extiende hacia el Sur, con la interrupción del espigón de las sierras que promedian la vertiente desde Santo Toribio al Risco de Sierra de Fuentes, espigon que da forma a Valdecajarillo, la Sierrilla, el Teso, la doble ondulada donde Cáceres se asienta, el Valle de Valincoso, La Butrera y la Sierra de la Mosca, terminando en el Portanchito, en el Risco, dando paso a la tierra de las Torres al Puerto del Collado.



Sucedió que, el centro de la conquista se traslada a la línea del Tajo, una nueva invasión de los temibles Almorávides se había producido, estamos en el siglo XI, llegando la incursión africana hasta el rio Guadiana, rápidamente el Rey de Castilla Alfonso VI corre a contenerlos, atravesando los puertos por las sierras de San Pedro y ya en campo de Sagraje (Badajoz) y siendo el 23 de octubre del año de 1806, dio una horrorosa batalla para el cristiano, tan tremendamente horrible que las huestes cristianas se dispersaron en plena batalla, resultando herido el monarca castellano, teniendo que ser transportado en unas angarillas a través de campos desolados y resecos, toda vez que aquel año el calor se mantenía en tierras extremeñas, Alfonso VI, sufría una espantosa sed por la pérdida de sangre, al no encontrar agua le daban a beber vino, con lo que su majestad pillo una soberana turca.

Subieron por la antigua Vía Lata (Ancha), ya llamada llamada Vía Guinea, o Ruta de la Plata, en Alcántara tomaron desvío hacia la Vía Dalmacia, (Garrovillas hasta Perales del Puerto) hasta llegar a Coria, donde ya por fin pudo ser curado, de las heridas y de la borrachera.

Ya pasado el tiempo, la batalla de Zalaca hizo de aprendizaje del terreno para Yusuf Ben Tashufin, que al punto de dio cuenta de qu no era suficiente para la defensa la cuenca del Guadiana, junto con la defensa natural de las montañas divisorias, vio claramente que era preciso avanzar más hacia la línea del Tajo, para crear posiciones que le sirvieran de contención y vigía de los movimientos de losa cristianos, y le llamo la atención para sus planes, la sierra que promediaba el territorio cacerense, y que en su centro se encontraba un enorme corralón abandonado, este corralón era la Norba Caesarina, viendo al punto el enorme potencial de esta, como sitio estratégico para sus fines.

Desde las montañas o sierras que rodean Cáceres, desde sus alturas se dominaba toda la penillanura por el Norte y por el Sur se encajonaba las Sierras quedando bajo dos fuegos, las dos vaguadas de la Ribera de Cáceres y las zonas del hoy San Blas hasta San Antón, y ante lugar con las enormes posibilidades estratégicas instaló una guarnición.

Y llegando a este punto, ya tenemos otra vez a Cáceres figurando por derecho propio dentro de la historia.

-Chivario, te queda mucho, bramó la Eugenia, vete aligerando que es la hora de cerrar, mañana termina tu historia siete cuentos.

-ya va lenguarona, constestó Chivario, mirando hacia el respetable publico de perdedores donde había conseguido que enmudecieran y prestaran atención, ¿y la Ignacia, “la Cañona”? preguntó

-Venga, a tomar por el culo Chivario, y todos los demás a pagar que de veinte me llevo tres, la Cañona hace cuanto ha, que se marcho del brazalete del abogado de lindos, seguido de un guaperilla de levita. ¿Qué ibas a festejar Chivario?

-Venga, mala mujer, que tienes la lengua de vibora, mañana segurimos, buenas noches a todos, dijo Chivario, apurando la pistola de vino.

-Salud, dijeron los jugadores de la rana, con los últimos tejos rozando el cuello de la boca de la rana.

Clan, Clan, Clan,

(Fuentes Floriano Cumbreño-Villa)

(Fuentes Biografias)



Agustin Díaz Fernandez


 
 
 

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