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ERMITA DEL ESPÍRITU SANTO- CÁCERES

  • Foto del escritor: Llopis Ivorra-AgustinDiaz
    Llopis Ivorra-AgustinDiaz
  • 16 may 2024
  • 11 Min. de lectura

Actualizado: 26 mar

                     PARROQUIA DE SAN MATEO-XV

                       ERMITA DEL ESPÍRITU SANTO

                                            CÁCERES

Crónica desde la Ronda de la Pizarra.

Ubicada al lado de la fuente del Rey, o Acuífero del Marco, a unos ochenta metros según miramos dirección Sureste, y es de las ermitas más típica de la villa cacerense, tiene un mucho de estilo Mudéjar, lo que indica el estilo y mezcla del árabe con el ojival, que se empleaba frecuentemente entre los siglos XIII y XIV, y según parece, este es el motivo por el que algún que otro experto sostienen su origen fuera como mezquita de moros, debido a sus disposición en la orientación y en los transversal de sus tres naves.

 Pero basándose en la orientación, otros expertos sostienen su origen cristiano ya que, esta misma orientación las muestran diferentes templos cristianos, y en especial los levantados por los caballeros templarios, a los que este templo pertenecía, las disposición de las naves tambien se aprecian en la ermita de Nuestra Señora del Salor, que fuera ejecutada en la misma época y que tambien perteneció al Instituto de los caballeros templarios, y sin que nadie se atreviera a decir de esta ermita que fuera templo de moros, y más teniendo en cuanta que la puerta de acceso se abrió siempre frente al mirab, y no a un costado como es el caso de la ermita del Espíritu Santo o la de Nuestra Señora del Salor. 

Si son ciertos estos datos, nos encontramos con una edificación de estilo Mudéjar de finales del siglo XIII, Principios del XIV, aunque esta desnuda de trabajos ornamentales, grecas, arcos angrelados y demás ornamentos propios de ese estilo de construcción, a no ser que el paso del tiempo y las distintas reformas acabaran con ellos.

Por tanto, en sus principios perteneció a la Orden Militar del Temple que, aunque no existe base documental, la tiene la tradición y los indicios que así lo sugieren.

(Publio Hurtado-la parroquia de San Mateo)

“La iglesia del Espíritu Santo, está cerca del manantial Fuente del Rey, es iglesia muy capaz, su fábrica de estilo gótico, y aunque se dice que tuvo algún altar, hoy solo cuenta con el principal. Se dice fue convento de templarios y lo delatan algunos vestigios Recordemos que el páter Boxoyo, los estudió y los vio insitu.

En la habitación del ermitaño hay un enlosado antiquísimo de ladrillos, que, donde fue patio a la entrada de la iglesia, existe una lápida sepulcral y de cantería y de relieve, un bacilo pastoral y jarras de flores igualmente en una cantería labrada está una cruz que parece las que usaban los del temple.

Consta que en la villa cacerense, un 5 de marzo del año de 1252, y ante García Benito, escribano, se celebró una concordia entre el Maestre y frailes de los caballeros del Temple, y el Concejo de Cáceres, para evitar las muchas hostilidades, variadas y robos por ambas partes, por la de Cáceres se nombraron compromisarios a un Lope Pérez, comendador a la sazón de Capilla y a Miguel Navarro común de los de Alconétar, frailes del temple por este instituto junto con su Maestre nombraron a Pedro Yáñez y a Ximen Sanchez, caballeros estos y avecindados en Cáceres, que deciden concurrir a Alconétar el día de San Juan Bautista, 24 de junio, y por tercero en discordia a Rodrigo Flores, y para ello otorgaron ambas partes dos cartas, partidas por A,B,C y selladas con los sellos de Cáceres y los del Temple, esto era costumbre en la época, cada una de las partes tomaba la mitad de la escritura partida que, uniéndola después, sabían si habia sido falsificada o modificada, esta precaución tuvo sus principios en el año de 1191, todo indica que tuvo el temple conventos por las inmediaciones de la villa, y pudo serlo este templo del Espíritu Santo.

Con fecha de 25 de marzo de 1493, se funda la cofradía del Espíritu Santo y celebra su fiesta por Pascua de Pentecostés”

(Simón Benito Boxoyo-Noticias de la villa 1794)



Por los mentideros de la villa cacerense, corría de boca en boca y de generación en generación, como bienes que habían pertenecido al instituto de la Orden del Temple, la cerca llamada de San Jorge, los olivares del calerizo colindantes, las tres primeras huertas que regaba la Ribera del Marco, estas incluidas en los que andando en la historia serian las Huertas del Conde, varias hozas de tierras en las cercanías al templo, y hasta era de su propiedad la charca existente a medio kilómetro dirección sur de la ermita y que de antiguo se llamaba Charca de los Caballeros del Espíritu Santo, pasado el tiempo le suprimieron las palabras que demostraban su origen y pertenecía, dejando solo el nombre de Charca del Espíritu Santo, años mas tardes seria conocida como Charca Musía.

Queda entonces meridiana mente claro la procedencia de esta ermita, el Páter Boxoyo, cuenta que en su época existían cimientos  de edificaciones, ya desaparecidas hace muchísimos años, y que quizás pudieran ser del convento, y Publio Hurtado relata que, ojeando los libros de la cofradía encontró partidas de data, de cantidades de mayor o menor importancia, gastadas en jícaras, platos, vasos, tinajas y demás utensilios y útiles para casa y cocina, y en reparar y aderezar la hospedería donde se alojaban los devotos que allí acudían a novenas.

De todas estas cosas no quedan documentos que expliquen si fue o no, propiedad   de los Caballeros Templarios este edificio, tampoco se puede justificar su estancia en esta zona, tan solo que existe esa posibilidad, tambien hay que tener en cuenta que la disposición del fuero Alfonsí lo prohibía, que tuvieran casa en Cáceres las ordenes militares y los de la cogulla y los que renunciaban al siglo, concediendo para ello que el templo del Espíritu Santo, estaba dentro de la villa cacerense, por estarlo dentro del radio de su campana (Y si escuchas la campana, estas dentro de los límites de la poblacion.)

Más nada es de extrañar, del siglo XIII son raros los pergaminos que se conservan, y en lo referente a la prohibición del fuero, nada significaba para la Orden del Temple, así como tampoco significara nada años más tarde a Franciscanos y Dominicos.

Si se da por bueno que este templo tiene orígenes y pertenencia a la Orden del Temple, y que esta orden fue abolida en 1311, se puede datar su construcción en la segunda mitad del siglo XIII o principios del XIV.

Quedo en ruina la capilla principal, causa del paso del tiempo y fue reedificado por la hermandad en el año de 1514. Resultando al termino de estilo gótico, sin más leyenda que la que se lee trazada sobre una ventana del presbiterio, que acredita la fecha de la reconstrucción y el nombre de Francisco Ponce Bracero, que fuese Mayordomo de esa cofradía.

No existen túmulos ni sarcófagos, así como tampoco enterramientos, solo bajo el púlpito se ven grabados en una cantería dos osos, blasón heráldico de la familia Mogollón, familia esta de mucha riqueza, con ello demostraban si no la propiedad sobre parte o todo del templo, si el haber contribuido con largueza a su reedificación.

Con muchos altares contaba este templo, no haba en la villa cacerense ermita que contase con mayor número de ellos, esto acredita su importancia, la capilla mayor dedicada al descendimiento del Espíritu Santo, los tenía separadamente, con efigies de talla casi todos, el Santo Cristo Crucificado, al que todo el vencindario tributa especial veneración, fue restaurado en 1694 y otra vez en 1753, un Jesus amarrado a la columna, que por varios motivos vino a esta ermita desde la de la Consolación, y que fue vendido a la parroquia del Casar de Cáceres, un Padre Eterno, un San Martin de mucha devoción y que se cree de especial cuidado y esmero por la cofradía, santo este con San Jorge, San Sebastián y Santiago, compartían el patrocinio de la Ordenes de Caballerías, y que vuelve a aparecer otro indicativo de los orígenes de este santuario, Nuestra Señora del Buen Suceso, que contaba con un capital importante de alhajas y ropas de vestir, Nuestra Señora de la Encarnación, y una Santa Águeda, esta pintada al óleo sobre lienzo.

Y seguían pasando los años, con más o menos tranquilidad sobre los asuntos ordinarios del templo, hasta que, en 1798 la rivalidad de Francia e Inglaterra, arrastraron tras de ellos a Portugal y España, con la necesidad del gobierno de España de acantonar un ejército numeroso en la frontera portuguesa, y ocurriendo que este ejercito necesitaba un hospital general, se decidió que se estableciera en Cáceres, y en Cáceres se eligió como lugar para su asentamiento, por tener local bien acondicionado la ermita del Espíritu Santo y sus dependencias.

Estando, así las cosas, y para evitar profanaciones, la hermandad dispuso trasladar sus principales imágenes a lugares más seguros, unos se acercaron a San Mateo, otras al monasterio de San Francisco el Real, algunos se repartieron entre las ermitas intramuros, las menos recayeron en casas particulares en la espera que soplaran mejores vientos.

Pero resultó que al levantar el campo los huéspedes del hospital de guerra, quedara tan mal parada ermita y hospedería que se hacia imposible volver las cosas al su estado original, sin que se acometieran importantes obras de reparación en sus edificios, y para este menester habia que quedar en la espera de poder recaudar fondos, más pasaron los años, y les pilló otra guerra, esta la de la Independencia, y se presento el Frances ante sus puertas, y causaron tal daño en sus instalaciones que el resulto fue de ruina total.  En octubre de 1811 el general francés Girard destrozó el Templo y los documentos de la Cofradía y, más tarde, el general liberal español Juan Martín El Empecinado hizo lo mismo en 1823. La iglesia quedó maltrecha y sin imágenes.



Llegamos al año de 1833, año en que el cura de San Mateo y Vicario de la villa, Pedro Chaves y Flores, reorganiza la cofradía, que estaba casi extinguida, se reformó y se techo, dejando solo tres altares, se gestionó la vuelta de las imágenes, en especial la del Santísimo Cristo del Espíritu Santo, esta efigie la custodiaba en su casa la viuda de un Faustino Gómez, que a la sazón habia sido escribano de cámara de la audiencia, hay que mencionar que para la recuperación de las imágenes ayudo el obispo de la diocesis de Coria Ramón Montero con un auto del 27 de marzo del año de 1833 ordenando la recogida de las efigies exiliadas del templo del Espíritu Santo, pero mandando que el Cristo fuera llevado no a su ermita como correspondería, sino a la Parroquia de San Mateo, matriz de la ermita del Espíritu Santo, así se hizo, y se colocó en el altar de la Sacristía para pasar tiempo después  la capilla de los Saavedra, este Cristo fue el que se veneró hasta principios del siglo XX como el Santo Cristo de la Buena Muerte, después fue traslado al cuerpo central del retablo de la capilla mayor de San Mateo.

“Y pasaban los años y a la ermita volvieron pocas imágenes de aquellas que un día la colmaron, ahora con solo tres altares, el de la capilla principal con un cuadro, representando el descenso del Espíritu Santo sobre las cabezas de los apóstoles obra esta de un andes Valiente, que lo copió de otro de más calidad que ya habia ocupado el sitio pero bastan deteriorado ya, y que fue a parar al convento de Santo Domingo, sobre la ménsula una Santa Rosa de Lima, fuera de la epístola aparece una Santa Ana, que ocupa un modesto altar, en el otro lado del evangelio un cristo crucificado que, según los expertos es de mediocre talla.

¡ahh, pero resultó que, aquel que habían mencionado como mediocre, aquel crucificado es el Cristo del Humilladero, que en lugar solitario, desterrado del que fuera su altar, es el mismo crucificado que presidiera durante cientos de años las procesiones de penitencia en las noches del Jueves Santo y que diera pie a serias contiendas entre los caballeros de la villa por ser sus porteadores.

En 1915 apenas si volvía a quedar la cofradía bajo mininos, casi extinguida, la mesa de ofrendas tuvo que ser suprimida al no aportar beneficios ningunos, y la fiesta que esta celebraba ya quedó relegada en el olvido y no se volvieron hacer las verbenas del Espíritu Santo.”

(Publio Hurtado-la Parroquia de San Mateo)

Entre las piezas-muebles que se encuentran en su interior destaca, una imagen de vestir de la Virgen Maria Corredentora, efigie obra de un tallista local de nombre Venancio Rubio del año de 1960, se ha restaurado en los últimos años y tambien incorporado al patrimonio de la cofradía la imagen denominada en Cáceres como la del Indiano Martin Carrasco que la donó en el siglo XVII, que es un cristo en el momento de la flagelación, esta es talla de la escuela sevillana, y en el año de 1960 el obispo Manuel Llopis Ivorra autoriza el culto a esta imagen en el monasterio de San Francisco el Real, años más tarde seria trasladado al templo del Espíritu Santo.

Tambien destaca un amarrado a la columna del siglo XVIII obra del escultor José de Arce y donada por el Alférez Francisco Martin Carrasco a la cofradía de la Vera Cruz, sobre esta imagen se hicieron interacciones de conservación que resultaron desastrosas.

En 1913, la marquesa de Camarena Justa López-Montenegro y Carvajal, regala a la Vera Cruz el paso de la flagelación, entonces la imagen de José de Arce, tratado su mal estado, termino depositada y abandonada en el piso superior de la antigua casa del ermitaño, anexa al templo, donde permaneció durante años y en un estado de conservación lamentable, habiéndole causado irreparables daños, más en 1990 se hizo un intento por parte de la cofradía de procesionar el señor de la columna y de la Vera Cruz, que si se hizo en 1995 y que fue restaurado por Venancio Rubio Solana, hermano de la cofradía e hijo de aquel que restauro la efigie de Maria Corredentora.

Actualmente preside la capilla mayor un crucificado de finales del XV, conocido como Cristo del Humilladero y que fue trasladado al templo del Espíritu Santo, desde su casa original, ermita del Humilladero, ermita esta que se derribó a principios de 1900 para construir fábrica de harinas.

La cofradía se refundó en 1950, y en este mismo año se inicia su total restauración a iniciativa del Gobernador Civil Antonio Rueda con cargos a los fondos del paro obrero.

Entre las nuevas cinco parroquias que se crean en Cáceres por decreto de 10 de mayo de 1958, figura la del Espíritu Santo, con se de en la ermita y dependiente de ella es la iglesia del Buen Pastor.

Poco antes, el 21 de enero de 1949, la ermita del Espíritu Santo fue declarada, junto con otras construcciones de la ciudad, Conjunto Monumental de Cáceres, quedando bajo la protección del Estado, según el decreto publicado en el Boletín Oficial del Estado.

Más sucedió que en el de 1814, por fin se hizo realidad el deseo de acondicionar el campo santo fuera de la población, pero el proyecto de cementerio en la Cerca de los Muertos, quedaba de momento guardado en el cajón donde se guardan los proyectos pendientes del ayuntamiento, así las cosas, los avisados y entendidos de la villa cacerense se ponen a buscar otro terreno, y lo encuentran alrededor de la ermita del Espíritu Santo* y ya en 1814 se veían los primeros enterramientos en este cementerio provisional de la villa.

Tambien seria encargado del acondicionamiento de este campo santo a Narciso Gallardo y la capilla fue pagada por Pedro Cayetano Golfín y Colón, nacido en 1765 y finado en 1828, Conde de Torrearías, este cementerio en el año de 1828 todavía seguía en uso, al compás que el de San Blas, que ya llevaba varios años dando servicios de enterramientos.

*Pascual Madoz en su diccionario Historico-Geografico de 1855:

Hubo otro cementerio frente a la arruinada ermita del Espíritu Santo, que dejó de usarse por ser insuficiente

Daba comienzo el siglo XIX, y hasta los años cincuenta del mismo, la villa cacerense sufre un incremento de mortalidad con trazas de catástrofe, las causas fueran varias, la guerra de la Independencia entre los años 1808-1814, malas cosechas sufridas en los años 1816-1817, desordenes políticos del periodo constitucional y la venida a la villa del Empecinado entre los años 1820-1823, epidemia de viruela de 1835, la epidemia de colera de 1855-1857,* en el año de 1837 se sitúa la cifra de fallecidos en 437 habitantes, lo que supone una tasa del 40% de una población que rondaba los 7400 habitantes,*

J.A. Campesino-Estructura y paisaje urbano de Cáceres 1982

 Estas circunstancias dieron en saturar los cementerios, así las autoridades se vieron obligadas a clausurar el cementerio del Espíritu Santo, por falta de espacio para más enterramientos.

Y al cerrar este campo santo del Espíritu Santo, la gestión del ayuntamiento de la villa cacerense fue nefasta, dejaron el cementerio abandonado a su suerte, con una superficie del suelo dejaron a la vista del público los huesos de los difuntos allí sepultados con los problemas derivados de una carente higiénicas.

(Fuentes Simón Benito Boxoyo-Noticias 1794)

(Fuentes Publio Hurtado-la Parroquia)

(fuentes Ramos Rubio-Oscar San Macario-ermitas)

(Fuentes Juan A, Campesino-Estructura Y)

(Fuentes Pascual Madoz-diccionario)



Agustin Díaz Fernández

 

 

 

 

 

 

 
 
 

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